viernes, 14 de agosto de 2015

Viernes Criticón: Misión Imposible, Nación Secreta

Tengo que reconocer que, a estas alturas, ya paso de tener que revisitar películas de hace mil años para “tener derecho” a ir al cine a ver la quinta entrega de una saga que nunca llegó a inquietarme demasiado. Ya lo hice con la segunda adaptación de la serie Divergente y, aunque recibí reproches y amenazas de muerte por haberme metido en una sala sin haber visto la primera parte de una apestosa saga adolescente, lo he vuelto a hacer con Misión Imposible: Nación Secreta.

Por mucho que la tercera y cuarta parte de esta saga de acción hubiesen corrido a cargo del casi siempre brillante Brad Bird y del excelente J.J.Abrams, las aventuras de Ethan Cunt me interesaron tan poco después de haber visto (de nuevo) los primeros sesenta minutos de la original Misión: Imposible que, sin cortarme un pelo, me armé de valor y fui al cine a ciegas para intentar apreciar ese peliculón que todo el mundo estaba prometiendo.

Lo que nadie me dijo es que, durante los últimos cincuenta minutos de su metraje, iba a tener que soportar el aburrimiento más soporífero que he experimentado en mis últimas visitas al templo cinéfilo.


● Año: 2015.
● Director: Christopher McQuarrie.
● Cast: Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Ving Rhames, Sean Harris, Alec Baldwin…
● Música: Joe Kraemer.
● Duración: 131min.


El día en el que me aventuré a ver esta nueva demostración de la eterna juventud de la que goza el magnate de la Cienciología (al que le encanta ver cómo su nombre es el único en figurar en los trailers y pósters de sus películas), le dije a un amigo mío que había leído verdaderas maravillas sobre ella. Sin embargo, una vez las luces de la sala se encendieron, me arrepentí de mis palabras por culpa de esa responsabilidad que tanto atormenta a cinéfilos como yo, quienes, al comprobar que la compra de una entrada no sale rentable, se vuelven locos pensando que sus acompañantes les van a echar en cara la decisión tomada. En esta ocasión, y después de haberle comentado a mi colega – para dejar bien clara mi decepción – que casi me quedo dormido durante la proyección de la película, él me reconoció que le había pasado lo mismo. Y yo pude respirar tranquilo.

El problema de todo esto es que nos hacemos mayores y que las películas de espías de trama facilona y humor bobalicón (pese a que entre los miembros del reparto figure el desternillante – y británico - Simon Pegg) ya no nos entretienen. Como mortales y subjetivos espectadores que somos, a lo mejor ahora buscamos películas de espías con tramas elaboradas como las del Bourne de Damon, soplos de aire fresco como el de Kingsman, constante renovación técnica y temática como la del Bond de Mendes, o una aureola de excelencia como la de El Topo. Y Misión Imposible no tiene nada de eso.


Pero no. Pensándolo mejor creo que el verdadero problema de este filme es, y siempre será, su protagonista: Ethan Cunt, ese héroe que se las da de sobrado y cuya credibilidad es tan escasa que sus últimas aventuras bien podrían haber vuelto a incluir el calificativo de “fantasma” en su título o el apunte de "Vive. Muere. Repite" para dejar bien claro que en ella hay de todo menos novedad u originalidad. Y aunque una vez más la subjetividad y poca simpatía que Cruise me transmite terminen siendo las responsables de que sus fantasmadas, pese a tener mérito por eso de que están protagonizadas por él mismo y no por algún desconocido doble, no me convenzan, muy nostálgico hay que sentirse para alabar a una película y a un personaje que son tan prototípicos.

Los dos únicos filmes en los que he obviado que uno de los personajes estuviese interpretado por el visualmente tedioso Tom Cruise fueron Magnolia (gracias a su soberbia – y reconocida - interpretación) y Al Filo del Mañana (porque la película en sí misma desprende pura originalidad). Todo lo demás lo tiraría al cubo del pienso artificial de los pollos de mi querida Petra y me quedaría más pancho que la Beatrixe que amenazaba con asesinar a Melvin en aquella grabación de aquel episodio de los Looney Tunes en el que Silvestre las pasaba canutas por un minino que parecía una mosquita muerta. Controlar a ese gato sí que era una “misión imposible”.


Por lo tanto, y a pesar de que Misión Imposible: Nación Secreta cuente con grandes secuencias de acción concentradas en el ecuador de su metraje, este nuevo “prometedor estreno veraniego” me ha parecido mediocre: por culpa de Cruise, por culpa de su escasa aportación al género, y por ser tan vulgar. Porque lo es.

Y sí, sé perfectamente que no se llama Ethan Cunt.

●Te gustará si: eres fácilmente sorprendido por un filme que, lo queramos o no, es de todo menos original.

● No te gustará si: después de haber visto joyas contemporáneas del género, no quieres volver a las raíces de una película que, desde su primera entrega, no te convenció.


Jerry

Imágenes vía Forbes y CP Entertainment.
Póster de IMP Awards

1 comentario:

  1. Hola! La verdad es que me quedé en la primera porque Cruise no me entusiasma nada.

    Un saludo!

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