Tengo que reconocer que, a
estas alturas, ya paso de tener que revisitar películas de hace mil años para “tener
derecho” a ir al cine a ver la quinta entrega de una saga que nunca llegó a inquietarme
demasiado. Ya lo hice con la segunda adaptación de la serie Divergente y, aunque recibí reproches y amenazas de muerte por
haberme metido en una sala sin haber visto la primera parte de una apestosa
saga adolescente, lo he vuelto a hacer con Misión
Imposible: Nación Secreta.
Por mucho que la tercera y cuarta
parte de esta saga de acción hubiesen corrido a cargo del casi siempre
brillante Brad Bird y del excelente J.J.Abrams, las aventuras de Ethan Cunt me
interesaron tan poco después de haber visto (de nuevo) los primeros sesenta
minutos de la original Misión: Imposible que, sin cortarme un pelo, me armé de valor y fui
al cine a ciegas para intentar apreciar ese peliculón que todo el mundo estaba
prometiendo.
Lo que nadie me dijo es que,
durante los últimos cincuenta minutos de su metraje, iba a tener que soportar el
aburrimiento más soporífero que he experimentado en mis últimas visitas al
templo cinéfilo.
● Año: 2015.
●
Director:
Christopher McQuarrie.
●
Cast:
Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Ving Rhames, Sean
Harris, Alec Baldwin…
●
Música:
Joe Kraemer.
●
Duración:
131min.
El día en el que me aventuré a ver esta nueva
demostración de la eterna juventud de la que goza el magnate de la Cienciología
(al que le encanta ver cómo su nombre es el único en figurar en los trailers y
pósters de sus películas), le dije a un amigo mío que había leído verdaderas
maravillas sobre ella. Sin embargo, una vez las luces de la sala se encendieron, me arrepentí de mis palabras por culpa de esa responsabilidad que tanto atormenta a cinéfilos como yo, quienes, al comprobar que la compra de una entrada no sale rentable, se vuelven locos pensando que sus acompañantes les van a echar en cara la decisión tomada. En esta ocasión, y después de haberle comentado a mi
colega – para dejar bien clara mi decepción – que casi me quedo dormido durante
la proyección de la película, él me reconoció que le había pasado lo mismo. Y yo pude respirar tranquilo.
El problema de todo
esto es que nos hacemos mayores y que las películas de espías de trama facilona
y humor bobalicón (pese a que entre los miembros del reparto figure el
desternillante – y británico - Simon Pegg) ya no nos entretienen. Como mortales
y subjetivos espectadores que somos, a lo mejor ahora buscamos películas de
espías con tramas elaboradas como las del Bourne
de Damon, soplos de aire fresco como el de Kingsman, constante renovación técnica y temática como la del Bond de Mendes, o una aureola de excelencia como la de El Topo. Y Misión Imposible no tiene nada de eso.
Pero no. Pensándolo mejor creo
que el verdadero problema de este filme es, y siempre será, su protagonista: Ethan Cunt, ese héroe que se las
da de sobrado y cuya credibilidad es tan escasa que sus últimas aventuras bien
podrían haber vuelto a incluir el calificativo de “fantasma” en su título o el apunte de "Vive. Muere. Repite" para dejar bien claro que en ella hay de todo menos novedad u originalidad. Y aunque una vez más la
subjetividad y poca simpatía que Cruise me transmite terminen siendo las
responsables de que sus fantasmadas, pese a tener mérito por eso de que están
protagonizadas por él mismo y no por algún desconocido doble, no me convenzan, muy nostálgico hay que sentirse para alabar a una película y a un personaje que son tan prototípicos.
Los dos únicos filmes en los que he obviado que uno de los personajes estuviese interpretado por el
visualmente tedioso Tom Cruise fueron Magnolia
(gracias a su soberbia – y reconocida - interpretación) y Al Filo del Mañana (porque la película en sí misma desprende pura
originalidad). Todo lo demás lo tiraría al cubo del pienso artificial de los pollos de mi querida Petra y me quedaría más pancho que la Beatrixe que
amenazaba con asesinar a Melvin en aquella grabación de aquel episodio de los Looney Tunes en el que Silvestre las
pasaba canutas por un minino que parecía una mosquita muerta. Controlar a ese
gato sí que era una “misión imposible”.
Por lo tanto, y a pesar de que
Misión Imposible: Nación Secreta
cuente con grandes secuencias de acción concentradas en el ecuador de su metraje,
este nuevo “prometedor estreno veraniego” me ha parecido mediocre: por culpa de
Cruise, por culpa de su escasa aportación al género, y por ser tan vulgar.
Porque lo es.
Y sí, sé perfectamente que no
se llama Ethan Cunt.
●Te
gustará si:
eres fácilmente sorprendido por un filme que, lo queramos o no, es de todo
menos original.
●
No te gustará si:
después de haber visto joyas contemporáneas del género, no quieres volver a las
raíces de una película que, desde su primera entrega, no te convenció.
Jerry
Imágenes
vía Forbes y CP Entertainment.
Póster
de IMP Awards
Hola! La verdad es que me quedé en la primera porque Cruise no me entusiasma nada.
ResponderEliminarUn saludo!