Cuando entré en la sala del cine dispuesto a ver "Criadas y Señoras" mi estado de ánimo brillaba por la indiferencia más absoluta. Fue uno de esos días en los que iba al cine por ir, por cumplir con mi ritual semanal y por sentarme en una de esas roñosas butacas capaces de transformar esa indiferencia en la más absoluta de las admiraciones.
Sí, cuando salí de ver "Criadas y Señoras", estaba maravillado. No sólo por la espectacular historia que nos había sido presentada, ni por esa grandiosa banda sonora de Thomas Newman... Sino también por la más que destacable calidad de las actuaciones de todos los miembros del reparto.
Sí, todos los integrantes de ese explosivo cast hicieron un gran trabajo, pero fue Octavia Spencer la que finalmente vió cómo el deseo de toda actriz se hacía realidad el día en el que le entregaron esa merecida estatuilla por "Mejor Actriz Secundaria".
No sólo deslumbra el brillo de la estatuilla, ni la música de fondo, ni el lujo que se respira en el ambiente... Lo que deslumbra es la sinceridad de una actriz emocionada.
Que lo disfrutéis.
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Jerry