
Como muchos otros espectadores, yo no solía dar mucho crédito a las películas que eran distribuidas por Netflix por una inquebrantable convicción de que sólo debía dedicar mi tiempo libre a los estrenos que llegaban a la gran pantalla. Sin embargo, como el mundo está en la situación que está y uno ya no sabe si - disculpen mi desconfianza - ir al cine es realmente seguro, he decidido aventurarme a ver El Diablo a Todas Horas (The Devil All The Time, 2020), una de los estrenos más recientes de la plataforma que hace poco nos trajo la espantosa Eurovision Song Contest: The Story of the Fire Saga (2020). Y contra todo pronóstico, mi sorpresa ha sido insoportable.