A pesar de que la Academia haya rectificado y haya optado por retirar de su listado de propuestas para el nuevo año la infame categoría de "Mejor Película Popular", después de haber visto Black Panther (Ryan Coogler, 2018) uno puede entender por qué los académicos intentaron engañar al público con una categoría como esa. Y es que por mucho que la película de Coogler recaudase la astronómica cifra de 200 millones de dólares en su primer fin de semana en la cartelera estadounidense, y por muy relevante que sea para el colectivo afroamericano de los Estados Unidos, el chapuzón en Wakanda en realidad no es merecedor de todo ese Oscar buzz del que tanto se está hablando. Las cosas como son.
Así como la relevancia de Black Panther se entiende y comparte, todo el mundo debería alegrarse de que mensajes como el suyo - que, eso sí, pecan de simples por su corrección política y buenismo - hayan tenido una difusión tan grande. Sin embargo, e independientemente de la relevancia social que este nuevo éxito de Marvel tenga, algunos no somos capaces de comprender cómo un filme con un guión tan convencional, unas actuaciones tan olvidables y - entre otras cosas - una dirección de fotografía tan perezosa, está siendo equiparado a joyas del cine como El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008).
Insisto: todos somos conscientes de lo buenas que son las intenciones de Black Panther y de lo importante que es para el colectivo de color que una película protagonizada por afroamericanos haya tenido semejante repercusión, pero ¿de verdad eso debería ser un argumento suficiente para que se haga con una nominación en la categoría de Mejor Película? Porque, teniendo en cuenta todos los aspectos que normalmente debe reunir una buena película, Black Panther, con la muy escasa calidad de su guión, dirección, actuaciones, banda sonora y demás categorías, está a la cola de una larga lista de estrenos que sí han cuidado - aunque sea un poco más - todos y cada uno de los apartados que hacen a una película realmente sobresaliente.
Por lo tanto, en caso de que se quiera premiar a una película sólo por su relevancia social, a lo mejor sí sería necesario que la Academia crease una categoría parecida a aquella "Mejor Película Popular". Porque, aunque sí fue una injusticia que El Caballero Oscuro de Nolan no se hiciese con una nominación (por su calidad como película, no por su impacto sociopolítico), que Black Panther se quede también fuera no sería ninguna catástrofe. Sobre todo porque ni están al mismo nivel, ni son comparables.
Por lo tanto, en caso de que se quiera premiar a una película sólo por su relevancia social, a lo mejor sí sería necesario que la Academia crease una categoría parecida a aquella "Mejor Película Popular". Porque, aunque sí fue una injusticia que El Caballero Oscuro de Nolan no se hiciese con una nominación (por su calidad como película, no por su impacto sociopolítico), que Black Panther se quede también fuera no sería ninguna catástrofe. Sobre todo porque ni están al mismo nivel, ni son comparables.
Jerry
Imagen vía Collider
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