Cuando alguien lleva muchos
años viendo una serie, o bien desarrolla un odio patológico hacia ella, o bien
le sigue gustando. Aunque parezca que en estos casos sólo pueden darse estas
dos alternativas, considero oportuno especificar un poco más en la segunda.
Puede que una serie siga
gustándote porque la calidad de la misma se mantiene, pero me atrevo a decir que en muchos casos lo que verdaderamente ocurre es otra cosa: el
criterio con el que se analiza cualquier otro programa televisivo es muy
distinto al que se emplea para juzgar a la pertinente serie porque, inconscientemente,
uno se aferra al recuerdo de lo que una vez fue para justificar el seguir viéndola.
Y eso me ha ocurrido con la décima temporada de Anatomía de Grey.
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Creador: Shonda Rhimes
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Género: Drama
● Reparto:
Ellen Pompeo, Sandra Oh, Justin Chambers, Chandra Wilson, James Pickens Jr.,
Patrick Dempsey, Sara Ramirez, Kevin McKidd, Jessica Chapshaw, Sarah Drew,
Jesse Williams…
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Duración: 10 Temporadas
(2005-Presente)
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País de Origen: EEUU
Me enganché al mayor éxito
televisivo de Shonda Rhimes cuando sólo tenía 15 años y, desde entonces, he
seguido religiosamente cada una de sus temporadas. Me he enfrentado a eternas (y
en ocasiones odiosas) historias amorosas, he sufrido con episodios como Death And All His Friends, he llorado
con John Doe y con el llamado Flight y
he reído con casi todos sus personajes. Si a eso le añadimos que Anatomía de Grey es la única serie que sigo
viendo desde que me convertí en un seriéfilo hecho y derecho, creo que no es
de extrañar que le tenga muchísimo cariño (y, consecuentemente, un gran recuerdo de ella).
Sin embargo, y aunque no me di
cuenta hasta la mitad de la misma, esta décima temporada me ha costado terminarla. Empezó con dos primeros episodios de calidad estándar que no
anticipaban nada horroroso pero, conforme fue avanzando la trama, mi
descontento con la serie fue in creccendo.
No sólo estamos ante una de
las temporadas más innecesariamente amorosas de todas, sino que, además, hay personajes
cuyas vivencias en el Grey-Sloan
Memorial Hospital carecen de interés y, paradójicamente, han ocupado
un tiempo demasiado largo delante de la cámara. Sí, me estoy refiriendo a la pareja
April-Jackson: un dúo que podría no ser detestado pero que, al acaparar una
grandísima parte de la primera mitad de esta temporada, funciona como repelente
para espectadores como yo que buscamos de todo menos estas estupideces
melodramáticas molestas en una serie que estaba empezando a ser un delicioso drama catastrofista
con toques de acertadísimo humor.
A pesar de mi enfado y de que
me costó una barbaridad ir al día con los episodios, después del mid-season finale, April y Jackson
comenzaron a ocupar un plano más apartado de la trama, las milongas amorosas dejaron de ejercer su papel protagonista, y la temporada empezó a centrarse en –
por supuesto – Christina Yang.
Para todos aquellos que no lo
sepan, Sandra Oh anunció que se retiraba de la serie y, además, pidió a Shonda
que por favor no aniquilase a su personaje (¿pretende volver alguna vez a la serie?). Ante esto, los guionistas de Anatomía de Grey trabajaron una historia bastante convincente (y, sobre todo, emocionante)
que posicionaba a la Dra. Yang en la cima de su carrera y que justificaba su huída de Seattle. Gracias a este giro temático, episodios como el
fantástico Do You Know? consiguieron hacerme
ver que había que aguantar las
pocholadas de la primera mitad de la temporada para poder ver otro episodio de
esos que, no sólo se centran en uno de los mejores personajes de Grey’s, sino que además
reavivaba la creatividad de una serie que ya había hecho episodios tan apasionantes como Song Beneath the Song,
The Time Wrap, These Arms of Mine o The
Golden Hour.
Además, y para todos aquellos
que esperen una catastrófica finale
en esta temporada, Shonda esta vez ha optado – muy acertadamente y construyendo
satisfactoriamente una despedida digna del personaje de Sandra Oh – por reírse
de sí misma en los primeros segundos del último episodio de la temporada sin
dejar de recordarnos, a lo largo de esos últimos 40 minutos, que en el Grey-Sloan Memorial Hospital puede ocurrir de todo.
Eso sí, la última conversación
del Dr. Webber con ya-sabemos-quién no me gustó nada.
Shonda, o cuidas de Anatomía de Grey o la terminas. No la
tires a la basura.
Jerry
Como siempre me ha encantado, muy de acuerdo contigo en el tema webber.....
ResponderEliminarLo mejor del capítulo el baile yang-meredith
esta serie ya no tiene el encanto y con un reparto original q se va uno a uno creo q lo mejor es q se termine para recordarla como una excelente serie digna de alegrias, tristezas, lagrimas y risas.... algun dia por mas q se extienda se tiene q terminar q mejor q sea en un momento de gloria y no en la decadencia
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