viernes, 27 de febrero de 2015

Viernes Criticón: Whiplash

No entiendo de música, pero al subirme al coche después de haber visto Whiplash tuve que apagar la radio porque me empezaron a sangrar los oídos. Y todo es culpa de Damien Chazelle, ese director de origen estadounidense que aunque de pequeño soñaba con convertirse en un músico famoso, acaba de dar a luz una película que deja muy claro que su lugar está en el mundo del cine.

Chazelle, que tiene tan sólo treinta años, reconoció que la idea de convertirse en músico se le fue de la cabeza al salir del instituto porque, simplemente, se dio cuenta de que no podría brillar todo lo que él quisiera. Por lo tanto, este jovencísimo artista optó por dedicarse a su segunda mayor pasión y, gracias a esa decisión, hoy podemos encontrar en cartelera un filme tan espectacular como Whiplash, una historia que tiene, al parecer, muchos elementos autobiográficos.

Además de una escandalosa banda sonora original.

● Año: 2014
● Director: Damien Chazelle
● Cast: Miles Teller, J.K. Simmons, Paul Reiser
● Música: Justin Hurwitz
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Actor de Reparto (J.K. Simmons – Ganador), Mejor Guión Adaptado (Nominada), Mejor Sonido (Ganadora), Mejor Montaje (Ganadora).
● Duración: 106min

Esta película, que fue inicialmente concebida como cortometraje hasta que, tras la proyección del mismo en el Festival de Sundance, muchos inversores se pegaron de inmediato a Chazelle deseando convertirlo en largometraje, cuenta la historia de Andrew, un jovencito que acaba de incorporarse en la mejor escuela de música de EEUU y cuya habilidad con la batería capta la atención del despiadado Terrence Fletcher (interpretado por el recientemente premiado J.K. Simmons).

El eventual fichaje de Andrew en la banda de Fletcher, muy en contra de lo que el protagonista se podía imaginar, no va a terminar siendo una experiencia sencilla de digerir ni para Andrew, ni para los espectadores, porque el método utilizado por el instructor para enseñar a hacer música a sus alumnos consiste en un constante ataque psicológico – e incluso físico – que les pondrá al límite. Y cuando digo al límite, es al maldito límite.


Durante la proyección de Whiplash lo pasas mal. A pesar de que la música sea una delicia para la cadena de huesecillos del oído medio de cualquier amante de la música, el inmenso J.K. Simmons consigue que se te contraigan las tripas y que no encuentres una posición cómoda en la butaca con la que no sientas angustia por lo que el protagonista está soportando.

Y es que resulta que con Whiplash, toda esta empatía que pensabas que no tenías se deja ver al ritmo de una frenética historia sobre la superación, la búsqueda de la excelencia y el deseo de conseguir ambiciosos objetivos ya no sólo para estar satisfecho con uno mismo, sino también para dar un sopapo en toda la cara a todos aquellos que desprestigian tu trabajo y que no dan un duro por tu valía. Eso es Whiplash, que, a golpe de tambor, se convierte en una despiadada e intensísima película que no deja de resultar terriblemente trágica por la desafortunada filosofía que ese jovencito de aproximadamente 18 años tiene sobre lo que es la vida y lo que hay que hacer para alcanzar las metas que cada uno se impone.


Yo tenía un amigo que estaba enamorado de la batería. La tocaba extremadamente bien y, a día de hoy, es el encargado de la misma en un grupo de música británico que, poco a poco, se está haciendo notar en Londres. A lo largo de todo el metraje de Whiplash me acordé de él. Me preguntaba constantemente si Rupert – que ese era su nombre – habría visto esta película, qué conclusión habría sacado de la misma y si él habría estado dispuesto a pasar por lo que Andrew pasa. Además, y gracias a algún artículo que he leído por ahí, también me preguntaba si de verdad esta grandiosa obra de Chazelle no había plasmado correctamente lo que es el jazz.

Pero todo eso da igual. Para empezar, la sufrida trayectoria de Andrew hacia el éxito es aplicable a cualquier situación imaginable, y, para terminar, no tengo ni idea de música, así que me da bastante igual que el jazz de Whiplash sea más o menos acertado. Yo sólo sé que disfruté muchísimo con esa elegante, despiadada y salvaje banda sonora, que el J.K. Simmons de Spiderman no era el verdadero J.K. Simmons, que, al salir de la sala y subirme al coche, me dio vergüenza poner la radio, y que el título de esta película no podría ser más acertado. Porque Whiplash es como un latigazo que te sacude, te hace daño, y te deja conmocionado. Y, paradójicamente, lo disfrutas muchísimo. 

Qué cosas.

●Te gustará si: disfrutas del buen cine con buenas bandas sonoras, de grandes actuaciones y, sobre todo, de dramas musicales de excelente calidad.

● No te gustará si: no estás dispuesto a presenciar la angustiosa odisea en la que se embarca el protagonista para llegar a la excelencia.

Jerry

11 comentarios:

  1. Yo de las pelis que llevo vistas hasta ahora de las nominadas a los oscar, es la que mas me ha gustado, si bien es cierto que sufro una pasion por la bateria, aunque la toque a nivel particular como hobby, pero la cuestion es que es una situacion particular, pero muy altamente aplicable a cualquier cosa que hagamos en la vida y te da qué pensar todo lo que sucede.

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  2. Esta tengo ganas de verla! Muchas gracias por la reseña! Saludos!

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    1. ¡Gracias a ti por leer la entrada, Beatriz! No te la pierdas, que merece mucho la pena

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  3. Muy disfrutable e intensa. Uno siempre podrá encontrarle detalles pero en general es una película diferente, muy bien lograda y que te hace pasar un rato increíble. De lo bueno que se vio en 2014.

    Saludos
    Esteban
    http://politocine.blogspot.com

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  4. Vale la pena el sufrimiento! por ahi leí que es el Black Swan de las baterías jeje. Aveces hay que llegar a nuestros límites para poder alcanzar la grandeza.

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    1. Sí, sí... Merece totalmente la pena. ¡Y qué gracia la comparación que se hace con Cisne negro! jajaja

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  5. Sin duda una maravilla, claro que sí.

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  6. Casi todas las películas que hablan de la música, siempre muestra a prodigios tocados por los dioses que tienen el camino fácil, cuando en realidad no siempre es así, por lo cual creo que Whiplash es una película sobresaliente en ese tema, la pasión por llegar a ser perfecto es algo que sin duda atrapa al espectador, además de la gran actuación de Miles Teller que lo hizo de maravilla

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