No entiendo de música, pero al
subirme al coche después de haber visto Whiplash
tuve que apagar la radio porque me empezaron a sangrar los oídos. Y todo es
culpa de Damien Chazelle, ese director de origen estadounidense que aunque de
pequeño soñaba con convertirse en un músico famoso, acaba de dar a luz una
película que deja muy claro que su lugar está en el mundo del cine.
Chazelle, que tiene tan sólo
treinta años, reconoció que la idea de convertirse en músico se le fue de la
cabeza al salir del instituto porque, simplemente, se dio cuenta de que no podría
brillar todo lo que él quisiera. Por lo tanto, este jovencísimo artista optó
por dedicarse a su segunda mayor pasión y, gracias a esa decisión, hoy podemos
encontrar en cartelera un filme tan espectacular como Whiplash, una historia que tiene, al parecer, muchos elementos
autobiográficos.
Además de una escandalosa
banda sonora original.
● Año: 2014
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Director:
Damien Chazelle
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Cast:
Miles Teller, J.K. Simmons, Paul Reiser
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Música:
Justin Hurwitz
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Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Actor de
Reparto (J.K. Simmons – Ganador), Mejor Guión Adaptado (Nominada), Mejor Sonido (Ganadora), Mejor Montaje (Ganadora).
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Duración:
106min
Esta película, que fue
inicialmente concebida como cortometraje hasta que, tras la proyección del
mismo en el Festival de Sundance, muchos inversores se pegaron de inmediato a Chazelle deseando convertirlo en largometraje, cuenta la historia de Andrew, un
jovencito que acaba de incorporarse en la mejor escuela de música de EEUU y
cuya habilidad con la batería capta la atención del despiadado Terrence
Fletcher (interpretado por el recientemente premiado J.K. Simmons).
El eventual fichaje de Andrew
en la banda de Fletcher, muy en contra de lo que el protagonista se podía
imaginar, no va a terminar siendo una experiencia sencilla de digerir ni para Andrew,
ni para los espectadores, porque el método utilizado por el instructor para
enseñar a hacer música a sus alumnos consiste en un constante ataque
psicológico – e incluso físico – que les pondrá al límite. Y cuando digo al
límite, es al maldito límite.
Durante la proyección de Whiplash lo pasas mal. A pesar de que
la música sea una delicia para la cadena de huesecillos del oído medio de
cualquier amante de la música, el inmenso J.K. Simmons consigue que se te contraigan
las tripas y que no encuentres una posición cómoda en la butaca con la que no
sientas angustia por lo que el protagonista está soportando.
Y es que resulta que con Whiplash, toda esta empatía que pensabas
que no tenías se deja ver al ritmo de una frenética historia sobre la
superación, la búsqueda de la excelencia y el deseo de conseguir ambiciosos objetivos
ya no sólo para estar satisfecho con uno mismo, sino también para dar un sopapo
en toda la cara a todos aquellos que desprestigian tu trabajo y que no dan un
duro por tu valía. Eso es Whiplash, que, a golpe de tambor, se convierte en una despiadada e intensísima película que no
deja de resultar terriblemente trágica por la desafortunada filosofía que ese
jovencito de aproximadamente 18 años tiene sobre lo que es la vida y lo que hay
que hacer para alcanzar las metas que cada uno se impone.
Yo tenía un amigo que estaba
enamorado de la batería. La tocaba extremadamente bien y, a día de hoy, es el
encargado de la misma en un grupo de música británico que, poco a
poco, se está haciendo notar en Londres. A lo largo de todo el metraje de Whiplash me acordé de él. Me preguntaba constantemente
si Rupert – que ese era su nombre – habría visto esta película, qué conclusión
habría sacado de la misma y si él habría estado dispuesto a pasar por lo que Andrew pasa. Además, y gracias a algún artículo que he leído por
ahí, también me preguntaba si de verdad esta grandiosa obra de Chazelle no había plasmado correctamente lo que es el jazz.
Pero todo eso da igual. Para empezar, la sufrida trayectoria de Andrew hacia el éxito es aplicable a cualquier situación imaginable, y, para terminar, no tengo ni idea de música, así que me da bastante igual que el jazz de Whiplash sea más o menos acertado. Yo sólo sé que disfruté muchísimo
con esa elegante, despiadada y salvaje banda sonora, que el J.K. Simmons de Spiderman no era el verdadero J.K.
Simmons, que, al salir de la sala y subirme al coche, me dio vergüenza poner la
radio, y que el título de esta película no podría ser más acertado. Porque Whiplash es como un latigazo que te sacude, te hace daño, y te deja
conmocionado. Y, paradójicamente, lo disfrutas muchísimo.
Qué cosas.
Qué cosas.
●Te
gustará si:
disfrutas del buen cine con buenas bandas sonoras, de grandes actuaciones y,
sobre todo, de dramas musicales de excelente calidad.
●
No te gustará si:
no estás dispuesto a presenciar la angustiosa odisea en la que se embarca el
protagonista para llegar a la excelencia.
Jerry
Yo de las pelis que llevo vistas hasta ahora de las nominadas a los oscar, es la que mas me ha gustado, si bien es cierto que sufro una pasion por la bateria, aunque la toque a nivel particular como hobby, pero la cuestion es que es una situacion particular, pero muy altamente aplicable a cualquier cosa que hagamos en la vida y te da qué pensar todo lo que sucede.
ResponderEliminar¡Estoy totalmente de acuerdo contigo, Fran!
EliminarEsta tengo ganas de verla! Muchas gracias por la reseña! Saludos!
ResponderEliminar¡Gracias a ti por leer la entrada, Beatriz! No te la pierdas, que merece mucho la pena
EliminarMuy disfrutable e intensa. Uno siempre podrá encontrarle detalles pero en general es una película diferente, muy bien lograda y que te hace pasar un rato increíble. De lo bueno que se vio en 2014.
ResponderEliminarSaludos
Esteban
http://politocine.blogspot.com
¡Desde luego!
EliminarVale la pena el sufrimiento! por ahi leí que es el Black Swan de las baterías jeje. Aveces hay que llegar a nuestros límites para poder alcanzar la grandeza.
ResponderEliminarSí, sí... Merece totalmente la pena. ¡Y qué gracia la comparación que se hace con Cisne negro! jajaja
EliminarSin duda una maravilla, claro que sí.
ResponderEliminar¡La verdad es que lo es!
EliminarCasi todas las películas que hablan de la música, siempre muestra a prodigios tocados por los dioses que tienen el camino fácil, cuando en realidad no siempre es así, por lo cual creo que Whiplash es una película sobresaliente en ese tema, la pasión por llegar a ser perfecto es algo que sin duda atrapa al espectador, además de la gran actuación de Miles Teller que lo hizo de maravilla
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