viernes, 9 de mayo de 2014

Viernes Criticón: El Viento Se Levanta

La última vez que fui al cine uno de mis acompañantes se encontró con alguien conocido mientras hacíamos la cola para comprar las entradas. En condiciones normales esto no supondría ningún problema, pero ir al cine con alguien que pretende ser cinéfilo y que quiere empezar a ver películas no muy comerciales pero famosísimas en el mundo del Séptimo Arte, tiene un precio.

Ante este encuentro fortuito, mi acompañante se puso muy nervioso. Se dio la vuelta y decidió hacerse el despistado para no tener que enfrentarse a la dura y difícil pregunta a la que su conocido le iba a someter. Sin embargo, por un giro poco afortunado, se miraron cara a cara y, como cabía esperar, el conocido planteó la maldita y versátil pregunta cinéfila. Una pregunta a la que mi acompañante respondió con un “mejor no te lo digo que me da vergüenza”.

Íbamos a ver El Viento Se Levanta. Y de eso se avergonzaba mi acompañante.

● Año: 2014
● Director: Hayao Miyazaki
● Cast: Hideaki Anno, Miori Takimoto, Hidetoshi Nishijima, Masahiko Nishimura, Steve Alpert…
● Música: Joe Hisaishi
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película de Animación (Nominada)
● Duración: 126min


Reconozco que no había visto ningún otro filme de Miyazaki, así que no puedo comparar El Viento Se Levanta con sus trabajos previos. Sin embargo, lo que sí que puedo decir con una confianza casi plena en mi cuestionable juicio, es que al Sr. Miyazaki se le da muy bien contar historias valiéndose de fotogramas. Historias que, además, están basadas en hechos reales y que, singularmente, son presentadas al público a base de inocentes dibujos animados.

El Viento Se Levanta nos introduce en la intensa vida del humanamente admirable Jiro Horikoshi, un jovencito que desde siempre había querido dedicarse a la construcción de aviones y que finalmente terminó convirtiéndose en el ingeniero aeronáutico responsable del diseño – y construcción – de unos aviones que, posteriormente, serían empleados en el ataque a Pearl Harbour (y no, esto no se considera un spoiler): un logro bastante notable que, sin embargo, resulta paradójico si tenemos en cuenta que Jiro era de todo menos un amante del belicismo.


Durante la proyección del filme, mi hermano de 13 años - además de que casi le tira la Fanta de naranja al hombre sentado en la fila de delante – se quedó dormido. Y yo lo comprendo. A esas edades, lo único que queremos ver son películas gamberras, de acción, filmes basados en fenómenos teen literarios, y alguna que otra cinta barata de terror. En el comienzo de la pavorosa adolescencia, a la gran mayoría de los mortales no les interesa contemplar una historia apasionante proyectada en una pantalla que se verá invadida por los ya desconocidos –e injustamente considerados infantiles - “dibujos animados”.

Qué gran error. Con el Viento Se Levanta Miyazaki no sólo demuestra que las películas de dibujos no tienen por qué morir, sino que además deja muy claro cómo pueden llegar a ser una herramienta perfecta para dotar a un filme con una libertad estética y visual envidiable. Una libertad que consigue sumergir, con una descarada facilidad, al espectador en los sueños del protagonista sin dejar de presentar una realista y enternecedora historia de amor y de agridulces éxitos profesionales.


A pesar de todo, me da la sensación de que, efectivamente, las películas de Miyazaki (o por lo menos su ultimísima obra) no están destinadas ni a los adolescentes, ni a los más pequeños. Son filmes que requieren cierto nivel de madurez para poder disfrutar de todo el potencial que sus dibujos tienen y, sobre todo, de esa grandiosa sonrisa que se le dibuja a uno en la cara mientras contempla las andanzas de Jiro.

Al salir de la sala del cine, apuesto lo que sea a que mi acompañante ya no se sentía tan avergonzado por haber visto la espectacular última obra de Miyazaki. Porque, qué queréis que os diga, El Viento Se Levanta es tan buena que hasta se merecía ganar el Oscar a Mejor Película de Animación.

Qué cosas.

●Te gustará si: disfrutas de historias apasionantes y de películas visual y musicalmente agradecidísimas.

● No te gustará si: no te atreves a ir al cine a ver “una película de dibujos animados…. japoneses”


Jerry

2 comentarios:

  1. Con todos los respetos a tu acompañante, a mí me parece absurdo avergonzarse de lo que se va a ver al cine, aunque sean películas poco conocidas, presuntamente poco buenas o de dibujos animados. Es mejor presumir de cinéfago que cinéfilo. Y con lo que cuentas de la película tengo muchas ganas de verla.
    Saludos

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    Respuestas
    1. ¡A mi no me parece absurdo! A mí personalmente no me da vergüenza reconocer esas cosas, pero entiendo que haya gente a la que sí. Eso sí, te recomiendo plenamente que vayas a ver esta película porque a mí me apasionó... ¡Un saludo!

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