Que actualmente la cartelera
no esté repleta de películas apetecibles no significa que, ante un día en el
que cerca del 70% del potencial público no esté presente en el cine porque dos
equipos de fútbol se jueguen la copa de la Champions, haya que dejar de ir al
templo del Séptimo Arte.
Y es que, desde mi punto de
vista, los días en los que se juega algún partido de fútbol mínimamente
interesante, son la mejor ocasión para ir a las mejores salas a disfrutar de
una película. No hay mucho flujo de espectadores, las salas están limpias, no
hay colas para comprar las entradas, las compañías como Cinesa envían
descuentos a los socios con los que el precio por una butaca se reduce en más
de un 50%... ¡Todo son ventajas! Por lo tanto, creo que fui de los pocos
madrileños que no prestaron ni la más mínima atención al partido entre el Real
Madrid y el Atlético de Madrid. Yo, como buen cinéfilo que soy, me fui al cine.
● Año: 2014
●
Director:
Nicholas Stoller
●
Cast:
Rose Byrne, Zac Efron, Seth Rogen, Dave Franco…
●
Música:
Michael Andrews
●
Duración:
97min.
Como ya he mencionado anteriormente,
puede que no haya muchos filmes que ver ahora mismo (estamos en la típica
sequía que sucede al torrente de películas procedentes de festivales o galas de
premios y que, al mismo tiempo, precede al aluvión de blockbusters del verano), pero eso no significa que tengamos que
dejar de ir al cine. Yo soy de los que defienden que “hay que ver de todo” (aunque eso no significa que no tengamos que poner
en marcha algún mecanismo de filtro).
Poniendo en práctica mi
cinéfilo principio, decidí ir a ver Malditos
Vecinos: la nueva comedia gamberra del que – sorprendentemente – escribió la
resultona primera entrega de la penúltima película de Los Muppets (también escribió su reciente secuela, pero no la he
visto así que cero opiniones al respecto). En esta ocasión, Nicholas Stoller
deja la silla de guionista y ocupa la del director para ofrecer al público una
especie de Proyect X frustrado en el
que una pareja de - como quien dice -
recién casados (con una adorable hijita) tienen que lidiar con el asentamiento
de unos insolentes, hormonados, e infantiles universitarios pertenecientes a una
fraternidad en la casa de al lado.
La historia que cuenta Malditos
Vecinos funciona
como una burda comedia facilona que no terminará de convencer a un público mínimamente exigente. Así como 8 Apellidos Vascos
es una cinta de la que todo el mundo sale satisfecho (independientemente de que
sea buena o no), con esta americanada uno se da cuenta demasiado rápido de que su objetivo está fijado sobre un público teen
al que le apetece reírse con sus colegas en el cine porque reírse de payadas en
el cine con los amigos mola. Pero no, no es tan graciosa.
A mí, personalmente, esta comedia - como tantas otras - me dejó muy, muy frío. Reí
en alguna ocasión (la tardía batalla “Yo
soy Batman” es el punto fuerte del filme) y me sorprendió gratamente alguna que otra escena como aquella en la que los adolescentes aparecen disfrazados... Sin embargo, en su totalidad la película me
pareció un chicle relleno de alguna que otra broma divertida pero poco original
que fue estirado demasiado tiempo a pesar de que su duración sólo sobrepasase, ligeramente, la hora y media. No es que se tome demasiado en serio a sí misma
(que también), sino que llega un momento en el que la batalla “Vecino joven
macizo VS. Vecinos adultos pasados de rosca” termina aburriendo.
Sin embargo, y aunque parezca
que la estoy desangrando, si Malditos
Vecinos no me molestó eso se debe a
que contaba con la presencia de Rose Byrne: esa actriz que se atreve con todo
tipo de géneros y que, paradójicamente, está sumamente infravalorada a pesar de
sus grandes actuaciones en – por ejemplo – Damages (Daños y Perjuicios). Y es que, para los que no lo sepan, esta australiana
de 35 años ha pasado por superproducciones como Troya o X-Men: Primera
Generación, ha estado dirigida por el mismísimo Danny Boyle con la también
infravalorada Sunshine, ha jugueteado
con el género de terror a las órdenes del gran James Wan en la fantástica Insidious y, muy acertadamente, no se ha
terminado de asentar en el género de la comedia a pesar de bordar un pestilente
papel como el de su personaje de Bridesmaids (La Boda de Mi Mejor Amiga).
Sí, admito que lo que me llevó
a ver Malditos Vecinos fue la
guapísima y talentosa Rose Byrne: una actriz que espero que consiga hacerse un
hueco entre la crème de la crème Hollywoodiense tal y como ha hecho este año
Matthew McConaughey, que, en menos que canta un gallo, pasó de ser un vulgar
intérprete a un oscarizado, reconocido y cotizadísimo actor.
●Te
gustará si:
tienes risa fácil o si aún vas al cine con tus coleguis para mirarles ante una escena supuestamente cómica y así emitir,
al mismo tiempo, una molesta, inocente, pero no hipócrita, carcajada para
demostrar lo bien que te lo pasas con ellos.
●
No te gustará si:
no quieres ver un mediocre Proyect X saboteado
por una resultona – pero agotadora – pareja de adultos.
Jerry
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