Como buen cinéfilo que soy, me encanta ir al cine y, a pesar de tener 21 años y poder dedicar todos los viernes del año a salir de “marcha” con mis amigos, si a mí se me ofrece un plan de cine un viernes por la noche, las posibilidades de que opte por lo primero son extremadamente remotas.
- “Jerry, espérate al DVD, o descárgate la película de Internet” – me dicen muchos de mis amigos.
A lo que yo contesto con una simple y concisa frase que yo pensaba que no tenía por qué ser explicada… hasta ahora.
- “No es lo mismo”.
Pues eso, simple y conciso pero terriblemente ambiguo para una persona que está acostumbrada a ver blockbusters en Megavídeo, con una calidad de sonido penosa, una pantalla de dimensiones microscópicas y, encima, con parones de 45 minutos entre medias. Eso no es ver cine. Eso es hacer algo tremendamente contraproducente y absolutamente herético. No me compares ver una película en “eso”, a disfrutar de una sala grande, con una pantalla que supera los límites de tu imaginación, un sonido de calidad extrema y el encanto de poder darte la vuelta y ver, a lo lejos, cómo es proyectada una verdadera película.
En efecto. Para mí ir al cine “no es lo mismo” que malgastar el tiempo delante de un ordenador o que limitarse a ver una película en la televisión en casa porque eres demasiado vago como para sacar unas entradas de cine. [Inciso (I): aquí entran factores como el dinero, que trataré en otro artículo].
Además, ir al cine no es sólo disfrutar de una película con la calidad ya descrita… Ir al cine es una verdadera aventura que no mucha gente sabe apreciar.
Sí, el cine es un lugar que, como el Metro, cuenta con una fauna y una flora característica, con un ambiente peculiar y en el que todo tipo de cosas te pueden pasar… Por lo menos a mí.
Ante esto, a partir de ahora en “¡Malditas Críticas de Cine!” dedicaré una sección a ese “arte” de ir al cine, a esa “aventura” que nos aguarda en cada rincón de esa sala llena de butacas, con esa pantalla tan autoritaria y ese suelo que crepita cada vez que das un paso por las palomitas que se le han caído al chavalín que iba delante de ti.
Si no os lo creéis, esperaos a las nuevas entregas de esta sección… El cine me ha proporcionado un buen arsenal de anécdotas y opiniones que exceden los límites de la razón, lo comprensible o lo políticamente correcto.Y con todo ese "arsenal" espero dejar claro que ir al cine no es lo mismo que ver la película en DVD o en el ordenador... y espero convenceros.
Recordadlo siempre: "No es lo mismo".
Jerry
Totalmente de acuerdo contigo Jerry! Me chifla ir al cine, sobre todo entre semana si tengo tiempo, incluso sola, es una sensación de paz, de que todo lo que hay fuera de esa sala no importa, solo tú y las imágenes que se proyectan en esa enorme sala! Me están entrando unas ganas de salir de clase e ir directa a la taquilla... Jeje un besote y buen fin de semana!
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