viernes, 6 de febrero de 2015

Viernes Criticón: Birdman

Hace no mucho tiempo una gran amiga mía me dijo que “Todo el mundo tiene una película MIR”. En ese momento pensé que simplemente se refería a que los futuros médicos residentes, en la víspera de la fecha que definiría el resto de su vida, se limitaban a ir al cine para desconectar viendo una película cualquiera. Un plan normal, para un día que es de todo menos corriente.

Resulta que no significaba eso. Al menos no para mí: la “película MIR” es mucho más que la excusa que tomas para no estudiar la tarde de antes del examen. Cuando las luces de la sala se apagan, inmediatamente te das cuenta de que “la elegida” desgraciadamente no va a ser sólo esa excusa, sino el martirio al que uno se somete durante unas horas en las que, en realidad, sólo estará pensando en lo mal que se sabe determinadas asignaturas.

Por lo tanto, yo pensé que no iba a poder disfrutar de Birdman y que, encima, le iba a coger una manía terrible. Pensé mal.

● Año: 2015
● Director: Alejandro González Iñárritu
● Cast: Michael Keaton, Emma Stone, Naomi Watts, Zach Galifianakis, Edward Norton, Amy Ryan, Andrea Riseborough…
● Música: Antonio Sánchez
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Director (Nominado), Mejor Guión Original (Nominado), Mejor Actor (Michael Keaton - Nominado), Mejor Actor Secundario (Edward Norton - Nominado), Mejor Actriz Secundaria (Emma Stone – Nominada), Mejor Fotografía (Nominada), Mejor Edición de Sonido (Nominada), Mejor Mezcla de Sonido (Nominada).
● Duración: 119min

No es fácil sumergirte en los fotogramas de un filme cuando tu cabeza – sin tú quererlo – está lejos de la sala del cine, volando hacia donde quiera que tengas los apuntes que con tanto miedo has guardado durante meses y que en unas horas van a determinar si tu esfuerzo ha merecido o no la pena. No es nada fácil. Sin embargo, Iñárritu hace de lo imposible, porque Birdman es una de las películas más envolventes que he visto hasta la fecha.

El autor de la devastadora trilogía integrada por Amorres Perros, 21 Gramos y Babel ha conseguido – con la colaboración del siempre grandioso Emmanuel Lubezki – rodar un largometraje de dos horas de duración que, sorprendentemente, parece que es un plano secuencia constante. Esa aparente única toma, que para engañarnos aprovecha sombras o planos puramente estáticos (además de otros recursos que no fui capaz de identificar), convierte a Ia nueva cinta de Iñárritu en la Gravity de 2015: la película técnicamente más apabullante del año.


Esa maestría a la hora de manejar la cámara es la responsable de que el espectador se convierta en un miembro más del elenco de actores que se prepara para el estreno de la adaptación teatral de la obra literaria What We Talk About When We Talk About Love a manos del mismísimo Riggan Thomson. ¿Que quién es Thomson? No es más que un actor que no consigue superar el hecho de que ya no es nadie, de que, desde que se negó a volver a protagonizar al personaje ficticio que le llevó a lo más alto, ha pasado de ser una estrella a una mera respuesta a una pregunta de Trivial.

Y es que, tal y como Iñárritu quiere hacernos ver, no todo el mundo tiene talento. No toda celebridad es un buen actor, y nuestro querido Riggan, paradójicamente interpretado por quien una vez fue Batman, parece que ha tocado un fondo del que ya no podrá salir: el fondo de las celebridades, ese vacío post-éxito al que toda estrella de Hollywood sin talento debe enfrentarse después de haber colgado la capa.

Sin embargo, el amargado Birdman alza el vuelo y, sin él quererlo, comienza a dejarse ver en un mundo en el que lo que de verdad cuenta es la polémica, el hacerse notar no por la virtud del trabajo, sino por el talento para llamar la atención. El tweet, el nuevo Me Gusta, la comprometida foto, o el video viral. Eso es Hollywood: un monstruo alado del que huyen los actores para refugiarse en la que probablemente sea la verdadera Meca del buen actor: el teatro.


Pero nadie escapa al poder de la sucia ansia de poder o al del resentido crítico que no hace más que reprimir los esfuerzos de los eternamente egocéntricos actores que necesitan sentirse admirados para poder estar en paz consigo mismos. Actores a los que se les olvida lo que es vivir y quienes trasladan su realidad al escenario, ese podio tan admirable que hunde la ambición y que vacía por completo el cuerpo donde una vez se refugió la ilusión de llegar a Broadway: la tierra prometida del maquillaje, los grandes focos y los aplausos. 

La fama y el espectáculo. Esas crueles bromas pesadas tan aparentemente bien reflejadas en los fotogramas de un Iñárritu que, sin embargo, no deja de parecer presuntuoso e hipócrita con lo que nos cuenta. Una postura pretenciosa y aparentemente falsa que, sin embargo, queda totalmente excusada cuando su guión brilla tanto como el de Birdman, cuando uno nota cómo sus ojos se derriten al ver actuar a Norton, Keaton, Stone o Watts… Cuando, en definitiva, uno se da cuenta de que Birdman – pese a su hasta cierto punto forzado misticismo – es una película que va a pasar a la historia.

Sobre todo gracias al dúo Iñárritu-Lubezki.
Porque Lubezki es mucho Lubezki.

●Te gustará si: eres, como yo, un apasionado de los planos secuencia.

● No te gustará si: la comedia negra no es de tu agrado.


Jerry

7 comentarios:

  1. Esta la quiero ver, pero tengo tantas acumuladas que no es de las primeras que quiero ver. Gracias por la reseña!

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    1. Beatriz! Es que ahora mismo hay muchísimas películas apetecibles en cartelera! Yo estoy volviéndome loco intentando averiguar cuáles durarán más o menos en cartelera para no perderme ni una! Pero vamos, a Birdman aún le queda mucho tiempo en cines españoles, así que no hay que preocuparse! Un saludo y gracias a ti por pasarte por aquí!

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    2. Yo mañana si puedo iré a ver Siempre Alice porque está a punto de desaparecer, en Barcelona solo hay 5 o 6 cines que la dan!!!

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  2. Las películas enrevesadas, de esas que te hacen pensar no me suelen llamar la atención, y si son de 2 horas menos. Esta en sí, me dejó un poco plof, no me enteré de mucho. La actuación de Keaton muy buena, pero el resto...agg. Si alguien le encuentra el sentido de ésta pelicula es que es muy inteligente o yo muy tonta.

    Kiss

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    1. ¡No! No eres para nada tonta! Yo creo que al final Iñárritu se lía demasiado con todo lo que quiere transmitir... Y es bastante confuso (yo salí bastante extrañado de la sala por ese desenlace). Pero, al final, cada uno interpreta la película como quiere, no hay gente más inteligente o más tonta ;)

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  3. La verdad es que es un peliculón! A mi me encantó, pero bueno, me encanta éste director también he de decirlo

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