martes, 6 de octubre de 2015

Martes Criticón: Sinister

El gran reto al que un cinéfilo se enfrenta cuando compra el DVD de una película de terror no es ser capaz de verlo a oscuras en su cuarto con la única presencia del espíritu maligno que siempre acecha detrás de él y que le impulsa a, lógicamente, encender la linterna de su móvil para comprobar que no hay ningún fantasma a la vista (porque todos sabemos que ver un filme de terror en un cuarto oscuro deja de ser un problema cuando se tiene una buena manta que evite que el frío - verdadero inductor del miedo - inquiete a los indefensos dedos de los pies). El verdadero desafío al que el cinéfilo se enfrenta al comprarse una película de miedo es que le termine gustando. 

Como todos sabemos, ver títulos de “terror” en el cine a nuestra edad ya ha perdido un poco la gracia. Entre que el 80% de la oferta en cartelera es basura reciclada y mal procesada, y que los espectadores no estamos dispuestos a perder ni nuestro tiempo ni nuestro dinero en eso, la única solución a todo esto será, o ver el título en cuestión online (out of the question, pirates), o pagar por el DVD. Pagar por, al menos, ver potencial basura reciclada y mal procesada en casa con la manta mágica.  


● Año: 2012
● Director: Scott Derrickson
● Cast: Ethan Hawke, Juliet Rylance, Fred Thompson, James Ransone, Clare Foley…
● Música: Christopher Young
● Duración: 109min



Juro que en algún momento de mi vida leí una muy buena crítica de Sinister. A pesar de que la cinta del director del escalofriante Exorcismo de Emily Rose no recibiese una calurosa recepción por parte de la crítica en general, yo estoy convencido de que leí en algún sitio que merecía la pena verla. Así que, tonto de mí, me la compré y pagué por potencial basura reciclada.

Imaginad cuán grata fue mi sorpresa al comprobar que Sinister no era ni basura, ni estaba reciclada. Estoy casi seguro de que hay muchas películas parecidas y de que la propuesta que plantea es un viejo recurso, pero a mí personalmente su historia me sorprendió: escritor - con mujer e hijos - decide trasladarse al domicilio en el que una familia entera fue ahorcada para escribir un nuevo éxito literario. Un éxito que se hará más palpable tras el descubrimiento de una oscura caja en el ático que contiene no uno, sino múltiples rollos de celuloide que tienen grabado en su superficie las imágenes de cómo distintas familias estadounidenses fueron vigiladas durante un tiempo para, finalmente, ser brutalmente asesinadas.

Y ahí comienza el follón.


El verdadero problema de la cinta protagonizada por Ethan Hawke es que está fatalmente procesada. No es basura reciclada, porque sus intenciones son buenas y porque se nota que se pretendía hacer un filme distinto, pero, aunque su historia tenía muchísimo potencial y el villano en cuestión (que tiene un descarado parecido al muñeco que Jigsaw utilizaba en sus juegos macabros) es capaz de inducir el más sincero escalofrío, la complejidad que se le pretende dar a la historia termina reduciendo su potencial a cero. Porque es innecesaria.

Tanto las imágenes de los asesinatos como los secretos que éstos entrañan son poderosos (sobre todo cuando se las combina con una banda sonora bastante perturbadora), pero el aparente ansia por tener “deputies so and so” que colaboren con la investigación, y esa aburrida obsesión por introducir un drama familiar dentro de la trama, terminan rebajando el misterio a chorradas.

Estas dos meteduras de pata llevan a Sinister a precipitarse de una forma extremadamente torpe a un desenlace que, pese a parecer bastante acertado por la ruptura con lo puramente convencional, es un  despropósito si tenemos en cuenta que la película habría sido mucho más interesante si el personaje de Hawke hubiese tenido que lidiar con el misterio por su cuenta. En una casa totalmente solo. Imaginaos. Eso que habría dado mucho miedo.


Por lo tanto, y pese a que el alcance de la historia de Sinister parecía enorme, la película se estrella por culpa de las trabas que ella misma se pone en su camino. Quitando dos o tres elementos de la trama, dando más importancia al “autor” de los crímenes, y dejando que el personaje principal se encargase de hacer toda la investigación, el resultado habría sido uno muy distinto.

Sobre todo si tenemos en cuenta que las escenas en las que el espectador descubre el contenido de los misteriosos rollos de película encontrados en el ático dan verdadero miedo.

Y encima he oído que su secuela da pena. Qué desperdicio. 

●Te gustará si: eres poco exigente con el género de terror.

● No te gustará si: te frustra ver cómo se estrella una gran historia por culpa de los baches que ella misma se pone a su paso.

Jerry

1 comentario:

  1. Hola! La verdad es que no me llama mucho la atención, últimamente evito las películas de terror porque no me dan miedo, la mayoría solo asco, así que ahora ya casi no veo ninguna.

    Un saludo!

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