martes, 15 de noviembre de 2016

Martes Criticón | Sully


No conservo muchos amigos de la infancia. Con el paso del tiempo todos aprendemos que la vida da muchas vueltas y que, inevitablemente, la gente entra y sale de nuestros círculos de amistad sin que podamos controlarlo. Sin embargo, y pese a todas las dificultades que conlleva, sí que mantengo un amigo de absolutamente toda la vida. Es alguien que no sólo ha estado conmigo en el colegio desde que teníamos cuatro años, sino con el que además he compartido todos los fines de semana de mi infancia, los campamentos, e incluso algunas vacaciones. Es decir: es un amigo “de siempre”.


Este buen amigo mío era – y es – un auténtico fanático de la aviación. Desde muy pequeño soñaba con convertirse en piloto y, cada vez que yo iba a su casa, intentaba introducirme en el fascinante mundo del Flight Simulator, un videojuego de – por supuesto – aviones, por el que yo no sentía la mínima simpatía. Pero contra todo pronóstico, y a pesar de que nunca fue capaz de contagiarme su pasión por esas máquinas con alas, indirectamente sí que consiguió que Sully, la nueva película de Clint Eastwood, me llamase la atención.



Año: 2016
Director: Clint Eastwood
Cast: Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney
Dirección Fotografía: Tom Stern
Banda Sonora: Clint Eastwood, Christian Jacob & The Tierney Sutton Band
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Edición de Sonido (Nominada)
Duración: 96min.

Lo leíste hace ya tiempo, pero a lo mejor no lo recuerdas. Corría el año 2009 y el frío envolvía la ciudad de Nueva York, que se recuperaba de la resaca que había dejado tras de sí un duro Diciembre más. En una de esas invernales – pero apacibles – mañanas de Enero, el avión adjudicado para el vuelo comercial 1549 de US Airways – pilotado por el capitán Chelsey “Sully” Sullenberg y el primer oficial Jeffrey Skiles – protagonizó un amerizaje en las mismísimas aguas del río Hudson: una maniobra tachada como "descabellada" e "irresponsable" a pesar de que su razón de ser no fue otra que el fallo de los dos motores de la nave, que habían resultado dañados tras el impacto de una bandada de aves contra las turbinas. Sorprendentemente, el desenlace de esta potencial catástrofe fue de ciento cincuenta supervivientes y cero muertos. Y todo gracias Sully.

La hazaña, que muchos contemplaríamos con frialdad, desconocimiento o indiferencia, impresionó mucho a Clint Eastwood. Ya sea porque durante su servicio militar él mismo fue el que ocupó el asiento de pasajero en un avión que tuvo que recurrir al amerizaje para salvar la vida, o porque simplemente supo apreciar la increíble heroicidad del capitán Sully, el director de Million Dollar Baby (2004) y Mystic River (2003) quiso que todo el mundo admirase el suceso valiéndose de una película. Porque, a veces, las películas están para eso.


Y así nació Sully: un filme pequeño, pero no por ello poco ambicioso, que aborda, con una discreción admirable, uno de los episodios más significativos de la historia reciente de la aviación. Porque, aunque lo nuevo de Eastwood cuente con un reparto mucho más que convincente y con un figura de la talla de Clint a cargo de su dirección y banda sonora, Sully podría haber sido mucho más ostentosa, descarada y fanfarrona de lo que es. Porque, contra todo pronóstico, ese estadounidense gruñón de ochenta y muchos años ha decidido permanecer en las sombras y crear una película humilde que, paradójicamente, acaba siendo poderosa y emocionalmente arrolladora.

Y es que, aunque a la trama le cueste despegar y coger altura, la torpeza inicial de Sully pasa a ser encantadora gracias a la fortísima emotividad que inunda cada uno de sus fotogramas, a su aparente sencillez y fidelidad a los eventos acontecidos, y al extremadamente convincente Hanks, al que nunca he terminado de acostumbrarme pero que, sin embargo, en esta película desempeña uno de sus papeles más convincentes de los últimos años.


Por lo tanto, aunque a muchos os parezca que Sully no tiene más miga que la que ya visteis en los titulares o en la pantalla de vuestros televisores, esta película es un muy satisfactorio drama basado en hechos reales que termina transmitiendo una humanidad y gratitud para nada común en el género.

Porque, si nos paramos a pensar, lo que podría haber sido pero no fue, habría sumido a una de las ciudades más optimistas del mundo en una nube de calamidad de la que le resultaría muy difícil haber salido. Como muy bien decía uno de los personajes de la película: “It’s been a while since New York had news this good—especially with an airplane in it

Y tanto.


●Te gustará si: disfrutas de los dramas aparentemente trágicos que terminan teniendo un agradecido, feliz y muy humano desenlace.

● No te gustará si: no eres capaz de ver a Tom Hanks en la gran pantalla. Con el pelo blanco. Y bigote... Porque no se me ocurren otras razones por las que Sully no vaya a hacer sonreír a cualquier espectador.


Jerry
Imágenes vía Collider & Screenrant
Póster de IMP Awards

2 comentarios:

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