lunes, 21 de noviembre de 2011

Lunes Criticón: WALL●E

Out there there’s a world outside of Yonkers… Way out there beyond this hick town, Barnaby. There’s a slick town, Barnaby… Out there, full of shine and full of sparkle… Close your eyes and see it glisten, Barnaby… Listen, Barnaby…”

Con esta canción, del musical “Hello Dolly!” empieza otra obra maestra más de PIXAR: una que se llevó el Óscar en la categoría “Mejor Película de Animación”, que ponía en el punto de mira del público infantil (y no tan infantil) lo importante que es el cuidado del medio ambiente y de nuestro propio organismo, y que se merece todo tipo de halagos.

● Año: 2008
● Director: Andrew Stanton
● Cast: Ben Burtt, Elissa Knight, Jeff Garlin, Fred Willard, John Ratzemberger, Kathy Najimy, Sigourney Weaver.
● Música: Thomas Newman
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película de Animación (Ganadora), Mejor Guión Original, Mejor Banda Sonora, Mejor Canción Original, Mejor Edición de Sonido, Mejor Sonido.
● Duración: 98min.

Si os gustó el innovador guión de Buscando a Nemo (proyecto en el que, por cierto, también figuraba como director Andrew Stanton), tenéis que conocer a Wall●E sin falta.

Así que… Meet Wall●E (técnicamente conocido como Waste Allocation Load Lifter Earth Class); un pequeño robot diseñado para limpiar toda la basura que los humanos dejamos tirada por el planeta, que lleva más de 700 años llevando a cabo con éxito su labor (después de que todos sus compatriotas robots, tras la huída de los humanos de la Tierra, hayan agotado sus baterías y pasado a una mejor vida).

Sin embargo, tantos años de vida pasan factura en un robot tal y como lo hacen en un humano: Wall●E se ha convertido en una máquina con emociones, sentimientos, y con una batería que late más fuerte por el amor que cualquier corazón humano.

Debido a la llegada de un robot llamado EVA a la Tierra, cuya misión era la de encontrar algún indicio que demuestre a los humanos que la vida es posible en el abandonado planeta, Wall●E se verá envuelto en una espiral de acontecimientos que terminarán por localizarle en lo más alto de la escala robótica: gracias a él, los humanos podrán volver a su hogar.

Desde el primer momento de la película,el robot Wall●E hace que casi todos los espectadores sonrían de forma casi inconsciente: es gracioso, tierno, ingenuo (o quizás ignorante) y, en definitiva, es un robot que votaría a los llamados “verdes” en las elecciones del pasado 20N de España. Todo esto lo consigue sin decir ni una sola palabra (salvo su nombre) y emitiendo una serie de sonidos electrónicos que resultan de lo más expresivos. Eso es potencia y eficacia (y todo lo demás son tonterías).



A pesar de lo que yo os pueda contar, he de decir que el principio de esta película fue tremendamente polémico debido a que los primeros 35 minutos (aproximadamente) son un espectáculo visual (y para muchos puro cine) pero, en ellos, no se oye ni un diálogo que tenga “sentido” (repito: para mí sí que lo tenía). Eso sí, muchos critican este comienzo del filme y sin embargo aguantan las frases sueltas y vacías de El Árbol de la Vida: algo no me encaja.

Puede que para muchos ese principio, en cierto modo complejo y no accesible para todo espectador (como todo), la impresionante ambientación, los chistes simplistas pero del todo efectivos, y esa maquinita recoge-basura no cause ni una pizca de empatía o emoción. Sin embargo, a mí la película, desde el minuto uno, comenzó a transmitirme más que cualquier otro filme de animación.


Si a estos primeros seis minutos del filme le añadimos la música de Thomas Newman, entonces ya no sólo abrimos los ojos como platos, sino que nuestros huesecillos del oído (martillo, yunque y estribo) se sumen en un estado de cuasi-embriaguez suprema del que será muy difícil escapar (cuando termine la película quizás muchos espectadores, como yo, no puedan resistirse a permanecer quietos mientras observan y disfrutan de los créditos finales con esa música tan sumamente perfecta).  

Por si no nos conformásemos con esa capacidad de transmitir algo de una forma tan simple (¿o quizás es compleja?), la historia de amor de esta película es de las más bonitas que jamás he visto. Supera todo lo visto en cine de animación: no cae en la ñoñería de algunas princesas Disney y, además, sobrepasa a míticas historias (que no por ello “buenas”) como la de Moulin Rouge, Notting Hill o Crepúsculo. Esta historia de amor, es amor de verdad y, teniendo de protagonistas a dos robots, es más que impresionante.


Pero es que, no sólo nos convence la dirección, la historia, el personaje y la ambientación… En Wall●E también nos encantan los detalles ingeniosos del absolutamente magistral guión: el robot vive con una cucaracha; aquel bicho que nunca muere y siempre sobrevive (de ahí que a pesar de que le pise Wall●E, entre otras cosas, jamás muera… ¡tal y como en la vida real!), la elección del robot de dónde situar el cubierto de mesa, grabar la película, que los humanos sólo se comuniquen por pantallas, que Wall●E coja la luz del sol mediante mini-placas solares para cargar su batería y que el sonido de “activación” de su sistema sea como el de un ordenador Mac (clara referencia a la conexión entre Pixar y Apple), la pérdida ósea que experimentan los humanos… ¡En esta película se nos demuestra que Pixar, igual que Wall●E, ha desarrollado una personalidad genial!

En fin, señores, no dejéis de ver una película que, a pesar de no tener diálogos intensos (pero sí ingeniosos), es una grandísima obra de arte del cine: es el cine de animación llevado a otro nivel, un nivel que sólo PIXAR es capaz de alcanzar. Los personajes son tiernos, tremendamente humanos (a pesar de ser la gran mayoría meras piezas de lata, acero y similares) y sorprendentemente graciosos.

Sabemos que las películas de crítica al poco cuidado del medio ambiente pueden dar pereza, que los filmes con críticas a la sociedad computerizada en la que vivimos pueden resultar aburridas (ya tenemos padres y madres que nos lo recuerden día a día) y que las películas de animación suelen ser para niños… No os confundáis: el mensaje de esta película es buenísimo y, además, quien piense que las películas de animación son sólo para niños está muy equivocado: muchas de las grandes obras del séptimo arte son, en realidad, películas de animación.

Wall●E os llegará al corazón. Si no lo hace… llamadme, que os convenceré para que lo haga.




Jerry.

4 comentarios:

  1. Holaaa!!! Me ha encantado tu comentario de Walle! Siempre he querido ver la película pero, por alguna razón, nunca me decido a ello. Me encantan las películas de Pixar y de Disney, sin embargo ésta no me llamaba mucho aunque quería verla. Ahora con tu crítica me parece que tiene mejor pinta... Ya te contaré!

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  2. Muy buena crítica de Wall·E. Fue una de las mejores de todo el 2008. Un inmenso film de animación, que como dices, tiene una de las mejores historias de amor jamás contadas. Su crítica social es enorme y muestra la grandeza de usar un geénero tan brillante como la ciencia ficción en la animación. PIXAR se superó a sí misma.

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  3. WALL-E ES REALMENTE UNA PELICULA EXCELENTE, QUE DEMUESTRA LA TERNURA DE UN GRAN AMOR. TAMBIEN NOS ENSEÑA QUE DEBEMOS AMAR NUESTRO PLANETA. PARA MI ES UNA HERRAMIENTA QUE ENSEÑA EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE.

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