martes, 22 de mayo de 2018

CRITICA | Verdad o Reto


Aunque muchos crean que las películas de terror adolescente son malas por el mero hecho de pertenecer a un subgénero que está lleno de mediocridades, la realidad es discretamente distinta. Por poner un ejemplo, la última entrega de la saga Scream (Scream 4, 2011) consiguió llamar la atención de un público que, a pesar de no conocer a Ghostface, encontró en su película una herramienta interesante para reírse del panorama sociocultural del momento sin que eso significase que los espectadores más adultos, que crecieron con la trilogía original, se sintiesen estafados. Sin embargo, como hay veces que se dan oportunidades a películas como Verdad o Reto (Jeff Wadlow, 2018), no es ningún disparate que haya quienes relacionen este tipo de películas con "cine malo". Porque lo de esta película es de juzgado de guardia.

En el nuevo intento del estudio Blumhouse por alcanzar la calidad de su obra maestra Insidious (James Wan, 2011), una adolescente - interpretada por la actriz protagonista de Pretty Little Liars - ve cómo su vida se convierte en una pesadilla tras un viaje a México que no termina como ninguno de sus amigos esperaba. En la última noche de la escapada, un chaval cualquiera de una discoteca sentencia al grupo de amigos de la protagonista al hacerles partícipes de un juego de "Verdad o Atrevimiento" en el que, cuando un demonio te pregunta por tu prioridad, a la gente se le pone cara de filtro de SnapChat.

Repito: filtro de SnapChat. Y no hago esta comparación para hacerme el gracioso, me estoy remitiendo a la misma - y exacta - descripción que hace la protagonista sobre el maleficio se ha cernido sobre ella. Un maleficio cuyas "pruebas mortales" consisten en desvelar que tu mejor amiga le pone los cuernos a su novio, acostarte con el ex-novio de tu ex-mejor amiga o confesarle a tu padre que eres homosexual. Ese es el nivel de Verdad o Reto: un filme que no es patético por estar dirigido a un público teen, sino por lo inútiles que han sido sus guionistas que, en un intento por ser ingeniosos, han pecado de estúpidos. Porque si, además de todo lo dicho, os confieso que sólo me acuerdo del nombre de la novia ficticia de uno de los protagonistas (que, cumpliendo con su condición de "ficticia", ni siquiera aparece en la película), creo que lo digo todo.

Pobre Kimberly.


Jerry
Imagen vía Blumhouse

1 comentario:

  1. Hola! La verdad es que no es mi estilo así que no creo que la vea. Gracias por la crítica.

    Un saludo!

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