Además de que, después de ver el segundo trailer de Pokemon: Detective Pikachu (Rob Letterman, 2019), ir a ver el debut de Pikachu en la gran pantalla no parecía una idea demasiado mala, cuando se publicó el avance de Sonic The Hedgehog (Jeff Fowler, 2020) terminé de convencerme. Por razones que jamás comprenderé, el espantoso diseño de la criatura de Sega (que, por cierto, están enmendando después de las críticas que ha recibido) funcionó como aliciente no sólo para que el pelaje de Pikachu no me diese tanta grima, sino para no querer perderme la película. Y, por supuesto, mi razonamiento no tenía ningún sentido.
Desde que arranca Pokemon: Detective Pikachu, al espectador se le sumerge en una aventura que, además de que no tiene ni pies ni cabeza, está fatalmente planteada. No tiene ningún sentido que la problemática principal de la película, que eventualmente desencadenará el resto de sucesos - muy atropellados, por cierto - de la historia, sea la muerte del padre del protagonista cuando a él le importa menos que al público. Y aunque reconozco que esto podría ser discutible si, por ejemplo, el evento sólo funcionase como catalizador del resto de la trama, llegado el desenlace del filme queda claro que no estamos en esa situación. La muerte del padre de Tim (Justice Smith) no sólo es la responsable de que empiece la forzadísima investigación en la que se embarca este joven con un muy simpático Pikachu (Ryan Reynolds, lo único salvable de la película) y una aspirante a periodista convenientemente informada (Kathryn Newton), sino que además es determinante para el desenlace de la película. Por lo tanto, cuando dicho desenlace llega, a nadie le importa porque desde el principio no nos importaba.
Si a esto le añadimos que los personajes tienen un paupérrimo desarrollo, que las actuaciones de Justice Smith (Jurassic World: Fallen Kingdom) y Kathryn Newton (Big Little Lies, El Regreso de Ben) son bastante mediocres, y que el único punto fuerte del filme (Reynolds) es totalmente deconstruido en - nuevamente - su desenlace, no soy capaz de imaginarme que la película de Sonic pueda ser peor que ésta. Porque, por primera vez en los últimos diez años, cuando fui al cine a ver Pokemon: Detective Pikachu estuve a punto de levantarme de la butaca antes de que la proyección terminase para irme a dormir la siesta a casa. Y eso sólo me pasa cuando tengo fiebre.
Jerry
Imagen vía Collider
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