sábado, 26 de enero de 2013

Sábado Criticón: Los Miserables


Cuando hablamos del término “película buena”, un crítico de cine debería centrarse – tal y como muchos de ellos defienden – en aspectos puramente objetivos, técnicos y, además, en la concepción de una película como un “todo”.

Y es que está claro que una película podría ser comparada con una máquina; ambas están compuestas por múltiples piezas que, aunque sean de la más extrema calidad, si no están bien engrasadas, si no tienen los suficientes tornillos o si, simplemente, no están en el lugar en el que debieran, la máquina no va a funcionar.

Y eso pasa con Los Miserables.

Atentos, amantes de la película, porque cuando un filme no me gusta, no tengo ni un solo pelo en la lengua.

● Año: 2012
● Director: Tom Hopper
● Cast: Anne Hathaway, Hugh Jackman, Russell Crowe, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Samantha Barks, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen…
● Música: Claude-Michel Schönberg
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película, Mejor Actor Principal (Hugh Jackman), Mejor Actriz Secundaria (Anne Hathaway), Mejor Canción Original (‘Suddenly’), Mejor Vestuario, Mejor Maquillaje, Mejor Edición de Sonido, Mejor Diseño de Producción.
● Duración: 158min.



Partiendo de la base de que Tom Hopper me parece un director excesivamente sobrevalorado que no se merecía – ni por asomo – el Óscar a “Mejor Director” (¿Hola? ¿Darren Aronofsky? ¿David Fincher?) y muchísimo menos el Óscar a “Mejor Película” por su filme El Discurso del Rey (sí, competía con Toy Story 3, La Red Social, Origen…), no era de extrañar que Los Miserables no fuese a gustarme. Sin embargo, le di una enorme oportunidad porque, sinceramente, tenía un aspecto absolutamente exquisito.


A pesar de esa tremenda decepción que Los Miserables hizo emerger en mi persona - que explicaré en un momento -, sí he de decir que este filme cuenta con unas virtudes dignas de alabanza.

Para empezar, las actuaciones de algunos de sus actores son brillantes. Empezando por la deslumbrante Anne Hathaway (que, desgraciadamente, está en escena muy poco tiempo), pasando por Russell Crowe (tremendamente criticado por su voz y exageradamente alabado por mi parte) y terminando por Samantha Barks (una grandiosa actriz de Broadway que se ha coronado con su actuación en esta película).

Además, la música y la historia de la película son maravillosas. Pero, claro - y aquí empieza el lío -, tengamos en cuenta que esto no es mérito de esta adaptación… porque todos sabemos que el filme está basado en el musical de Broadway – inspirado a su vez en la obra de Victor Hugo ¿verdad?. Así que, vamos a ver, ¿qué mérito podría tener la música en esta cinta? (me niego a hablar de “Suddenly” – una canción inventada sólo para que la película obtuviese una nominación más en la categoría de Mejor Canción Original debido a la evidente ausencia de nominación en Mejor BSO). Ninguno.

Y oso defender esa atrevida afirmación porque, lo queráis o no, el mérito de la música en esta película debería basarse en la capacidad de los actores para entonar esas dificilísimas partituras y en la habilidad que el director debiera tener a la hora de transmitir emoción a los espectadores a través de las mismas. 

Desgraciadamente, las únicas canciones que consiguieron que me emocionase fueron I Dreamed A Dream, One Day More y On My Own. El resto me parecieron una aberración carente del espíritu que una vez hizo que me enamorase de ella al ver el musical.


No es que los actores cantasen o actuasen mal - aunque, por Dios, ¿acaso a Eddie Redmayne no le dijeron que tenía que actuar  además de cantar? ¿De verdad os parece tan sublime ese Jackman poco convincente y con una voz tan irregular?. El desastre de la música en la película yace en la ineptitud que Hopper demostró como director: los primeros planos en las canciones aburren y son el parásito más eficaz que he visto en mi vida para arrebatar toda la energía de una canción y reducir su intensidad a la que unos cascos de iPod pueden emitir en un viaje de Metro.

Por si no fuera poco, los realizadores de la película se olvidaron de que la obra que estaban preparando iba a ser exhibida en cines y no en un escenario de algún recóndito teatro. Los decorados de la película son tan simples y artificiales que uno no llega a creer que está en otro mundo – sino que ese mundo, al que supuestamente deberíamos transportarnos al ver el filme, se ha abierto paso a la sala del cine y ha sido construido con los recursos ordinarios con los que una obra de teatro normal contaría. ¿Eso es bueno? No, eso ocurre cuando ves un musical en vivo y en directo – no cuando ves una película.


Prosiguiendo con este ataque a una película que me parece que está exageradamente sobrevalorada, he de decir que el reparto de la misma no era tan acertado como en un principio creí. Para empezar, Hugh Jackman como Jean Valjean me pareció horroroso, Marius casi consigue que me muera por un síndrome de Mallory-Weiss, Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen estuvieron tan gamberros como siempre pero consiguieron que odiase a sus personajes por su capacidad para arruinar el dramatismo de la historia con una exagerada cantidad de intervenciones (¿y qué demonios les ocurría en la cara? ¿Acaso acababan de salir del “Can Can Can” del Moulin Rouge?) y jamás había visto a una actriz tan poco explotada como Amanda Seyfried.

Y, bueno, no puedo dejar de mencionar cómo aproximadamente un cuarto de los espectadores de la sala (que estaba llena – fui al estreno) se levantaron en medio de la proyección del filme y no volvieron, mientras que otro cuarto optó por recurrir a comprobar su WhatsApp y otros muchos presumieron de que la película “les había encantado” cuando estuvieron el 75% del tiempo de la película comprobando el reloj, bostezando, o hablando con el que se sentaba a su lado. Patético, así no hay forma de fiarse de otros espectadores. ¿Qué se entiende por "gustar"? ¿Qué significa para cada espectador "ver una película"?


Me tacharéis de loco. Diréis que soy un nazi. Pensaréis que soy demasiado exigente o que mi crítica es puramente subjetiva. Sin embargo, por una vez en mi vida, y en contra del 70% de las críticas de cine que he leído, he sido lo más objetivo que he podido ser. ¿Por qué? Pues porque lo que he criticado ha sido una nefasta dirección (y, por favor, que nadie niegue esto si no tiene claro que significa el término “dirección”), la ausencia de verdaderas actuaciones (repito: Marius no actuaba, cantaba – y esto es una película, no una maldita ópera) o la presencia de otras muy sobrevaloradas, la falta de cuidado a la hora de escoger un escenario adecuado y la extrema ambición de un director que, hablando en plata, se ha subido a la parra por culpa de las estatuillas que consiguió en unos premios que cada día me aterran más.

Así que, como decía al principio de esta crítica, es importante recordar que la calidad o calificación de una película no puede verse propulsada por el hecho de que sólo un elemento de la maquinaria de la misma funcione bien. Puede hacer mejorar su rendimiento u obtener resultados mejores de los que podría haber obtenido con elementos distintos, pero no por ello debe situarse como una obra maestra.

Y, qué queréis que os diga, un reparto estelar, una buena música (no original) y un bonito nombre en el póster del filme, no son razón suficiente para calificarla como “peliculón”.

No lo son.

●Te gustará si: no te fijas en el aspecto más puramente técnico de las películas o si te conformas con filmes que cuentan con buena música y un reparto cargado de estrellas Hollywoodienses.

● No te gustará si: te esperas la obra definitiva del clásico “Los Miserables”.

Jerry

5 comentarios:

  1. Pues a mí sí me gustó. Debe ser que yo no le presté ni la más mínima atención a la dirección. Desde la primera imagen de Valjean tirando de la soga al principio, entré en una especie de sobrecogimiento del que no salí hasta un rato después de haber visto la película.
    Y mi obsesión con las canciones ha llegado incluso más lejos. Sin embargo, debo reconocer que las escenas de la barricada eran un poco vergonzosas, por decirlo de algún modo. Como si hubieran apilado todos los trastos y y detrás hubiera una pared. No daba ninguna sensación de profundidad.

    Es agradable leerte de nuevo aunque no tengamos la misma opinión sobre esta película.

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    1. Por supuesto que sí. Soy la abandonadísima oveja negra dentro de un rebaño lleno de fans hechos y derechos del filme (sólo conozco a una persona a la que no le gustó)!! Así que no me extraña que te gustase... Me siento muy incomprendido con esta película.

      Eso sí, tampoco te creas que sé mucho de los aspectos técnicos del cine.. No estudio cine ni comunicación audiovisual ni nada de eso (ojalá...) así que mi opinión está basada en conocimientos escasos (aunque suficientes para poder criticar).

      Muchas gracias por tus comentarios, Marta! Y lo que sí que es agradable es recibir comentarios - es lo que más ilusión me hace de tener el blog!

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    2. El problema que le veo yo a esto, es que yo sí he estudiado comunicación audiovisual y cosas sobre cine, pero luego entro en la sala y todo lo que he estudiado se me olvida. Mi mente borra todo lo relacionado con técnica, dirección, etc. y disfruta de la película como si no hubiera mañana.

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  2. Bueno, yo también ví la película el día del estreno y no ví a nadie abandonar la sala, quizás es que estaba tan metida en el film que me aislé del resto del mundo, pero lo que sí que ví a la salida fue a bastante gente llorando (en su momento pensé que era de emoción, pero quizás Nico piense que lloraban por decepción).
    En general a mí me gustó (como a casi todo el mundo), aunque reconozco que hay partes que quedan un poco flojas, como ha comentado Marta, la de las barricadas me pareció un poco "cutre".
    Yo no me suelo fijar en la parte "técnica" de la películas,sólo me guío por las sensaciones que me crea y el "regusto" que me deja cuando salgo del cine. Por lo que admito que no puedo hacer críticas "objetivas" sobre las películas.
    Por último, decir que estoy esperando tu crítica sobre Cosmópolis...en esa peli si que se fue la mitad de la sala haciendo comentarios de decepción y aburrimiento. Un saludo!

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  3. No es que yo tenga ninguna formación en este campo ni nada parecido, y bueno, soy una persona que se emociona con bastante facilidad, pero tengo una especie de interruptor automático que se apaga cuando una película es mala: me duermo. Da igual que sea mañana, mediodía, tarde, noche, verano y invierno. Si la película es mala, me duermo.

    Los Miserables la vi en las condiciones idóneas para quedarme frita: en casa, en el ordenador, en VOSE de calidad bastante mejorable, en una noche de fin de semana y solo puedo decir que es probable que no viera muchos de los fallos de la película porque me pasé el 75% del tiempo llorando como una desgraciada. ¿Que soy una exagerada? Tal vez, pero Anne Hathaway me tocó profundamente la fibra sensible en el "I Dreamed a Dream" (todavía me entra un nosequé cuando escucho la canción), la muerte del pequeño papel de Daniel Huttlestone me horrorizó en el mejor de los sentidos, Russell Crowe en la escena del puente me dejó completamente destrozada, y Amanda Seyfried me gustó en una de las últimas escenas, cuando Valjean ya "agoniza". Pero lo mejor de todo fue, si mal no recuerdo, la escena final, cuando todos los personajes se juntan para cantar "Do You Hear the People Sing".

    Lo único que no me agradó demasiado fue la voz de Crowe y el, para mi gusto, excesivo vibrato de Hugh Jackman. Por lo demás, me entusiasmó. Supongo que eso me hace colocarme en la rama más "mainstream" de los espectadores de la película, pero sinceramente para mí lo único que cuenta es la sensación con la que llegas al fundido final. Ya se dice, para gustos, colores.

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