He estado muy desconectado del
panorama seriéfilo últimamente. Debido a las innumerables tareas que lleva
implícitas el primer cuatrimestre de mi último año de carrera, he tenido que ir
dejando de ver algunas de las series que llevaba al día porque, o bien mi
prioridad estaba fijada en otras (sobre todo británicas), o bien porque no he
tenido tiempo material para relajarme y ponerme un episodio.
Con Homeland lo que ha pasado fue lo primero. Como ya comenté en una entrada hace unos meses, para mí esta serie había perdido el rumbo: las hazañas
de Carrie Mathison y compañía ya no suscitaban dentro de mí lo que una vez consiguió
su primera entrega. Todo era un despropósito. Por eso, la abandoné. Pensé que
jamás la retomaría, pero algo hizo que cambiase de opinión…
Cuando el último episodio de
la temporada fue emitido, fans incondicionales de la serie se tiraron de los
pelos y terminaron diciendo obscenidades seriéfilas en las redes sociales. Así
que yo, siendo totalmente sincero, quise convertirme en uno de ellos.
Me puse al día con Homeland sólo para poder criticarla. Y
la jugada no me ha salido bien. Nada bien.
● Creador: Howard
Gordon, Alex Gansa
● Género: Thriller
● Reparto: Claire
Danes, Damian Lewis, Morena Baccarin, Rupert Friend, Jamey Sheridan…
●
Duración: 3 temporadas (2011
- Presente)
●
País de Origen: EEUU
[ATENCIÓN: posibles SPOILERS de primera,
segunda y tercera temporada]
Homeland cierra este episodio de su tercer paso por el mundo de la
televisión con los tres minutos más acertados de la temporada. Justo en el
momento en el que una melancólica melodía comienza a conmover a la cadena de
huesecillos de nuestro oído medio, conseguimos apreciar cómo, finalmente, Homeland ha asumido que no es quien era antes.
Homeland se ha atrevido a cerrar con
un firme, sensato, y devastador portazo su tercera temporada. Y el precio que
ha tenido que pagar para conseguir la llave de la posible salvación ha sido muy caro.
Ha sido tan sumamente caro,
que los seguidores de la serie puede que no lo lleguen a entender ni en las
rebajas seriéfilas más disparatadas de la historia de la televisión. ¿Por qué?
Pues por la simple razón de que uno de los personajes clave de la serie ha dicho
adiós. ¿”Simple”?
Sí, simple.
A todos nos duele cuando un apreciado personaje se despide de la serie que tan fascinados
nos tenía. Todos lo hemos vivido. Todos conocimos el destino de Charlie en Perdidos, todos hemos llorado con las víctimas mortales de Anatomía de Grey y, sin
embargo, todos asumimos, al ver la perfectísima A Dos Metros Bajo Tierra, que la muerte en las series de televisión
puede llegar a dejar en estado de shock a sus espectadores sin ser por ello un
tachón en el hasta entonces impoluto guión. No por ello las series decaen. Sin
ir más lejos, Perdidos nos ha
ofrecido en múltiples ocasiones muertes de personajes queridísimos que,
paradójicamente, nos dejaban un buen sabor de boca. ¿Por qué? Pues porque a
veces, señores, la isla exige sacrificios. Y Homeland no juega en otra liga.
Con esta temporada ha quedado
bastante claro que esta serie americana había tocado fondo y que, si no hacía
algo al respecto, iba a terminar sufriendo una neumonía por aspiración
provocada por el insistente reflujo temático que ya venía arrastrando de la
segunda temporada. El caso del agente Brody y su juego de espías - centrado en
la figura de Abu Nazir - era carne de cañón; una carne de cañón que, al mismo
tiempo, convertía a Carrie Mathison – una heroína televisiva como ninguna otra –
en una princesa Disney que había dejado de ser quien era por una cosa: el amor.
Eventualmente, los
realizadores de la serie se dieron cuenta de su error y - con la tardía colaboración de Meredith Stiehm (productora ejecutiva y guionista de muchos episodios de la primera temporada) - decidieron poner fin al
cáncer que retroalimentaba a la serie y cerrar la temporada con unos últimos episodios que comenzaban a recordarnos lo que era Homeland. Al ver cómo se iba desenvolviendo el asunto, iba quedando más claro que, o nos quedábamos
con Carrie, o con Brody. La imposible pareja ya había dejado de tener sentido hacía mucho tiempo.
La isla pedía un sacrificio.
Muchos odiaréis mis palabras pero,
queridos fans incondicionales de la serie que ahora no hacéis más que maldecir
su desenlace, ¿de verdad queríais que los guionistas optasen por seguir
estirando el chicle? ¿de verdad habéis escuchado con atención los grandes discursos de Javadi y de Brody en el episodio "The Star"? ¿de verdad para vosotros el amor ha pasado a ser un componente esencial de la serie? Está claro
que Brody era una figura clave en la trama de Abu Nazir, y por eso mismo esa trama se cerró para dar paso a una
tercera temporada que ha funcionado como un tránsito - aburrido, fatalmente explotado, pero necesario - para el futuro de la que puede
volver a ser una gran serie. Además, también está claro que los que ahora criticáis este giro temático, os habríais quejado en la cuarta temporada al ver cómo el chicle se seguía estirando a pesar de que todos vuestros amados personajes siguiesen en la pantalla.
No os engañéis. Ya
desde la finale de la segunda temporada
se han ido despidiendo, poco a poco, viejas glorias de la serie: empezando por la desintegración de David
Estes y culminando en ese último vistazo de Dana Lazaro. Sí, Dana Lazaro. El incendio que dejó tras de sí Brody ha sido devastador,
ha sumido a su familia en la más absoluta miseria y ha provocado un radical cambio
en la CIA. Por eso mismo, ahora toca cerrar el capítulo. Aunque eso suponga
tener que pasar por una irritante tercera temporada. No os olvidéis de que no
todas las buenas series de televisión cuentan en su historial con temporadas
espectaculares (sin ir más lejos, la segunda temporada de la que ahora dicen
que es la mejor serie de la historia [sí, Breaking
Bad] tiene una segunda temporada bastante poco excepcional).
Además, no os quejéis. Los
eventos de estas tres temporadas, aunque se hayan cerrado, han dejado su
semilla en la trama. Una semilla que, para mí, era totalmente prescindible pero
que, pensándolo ahora mismo, puede ser una herramienta fundamental para permitir al personaje
de Carrie crecer y llegar a ser quien era antes: una implacable agente de la
CIA que no sucumbía al amor. Por lo menos no al amor de un enemigo público de
los Estados Unidos. A ese no.
Os pido que volváis a ver los
últimos tres minutos de la tercera temporada de Homeland. Los últimos minutos de “The Star”. Son cerca de ciento ochenta míseros segundos ocupados, en su gran mayoría, por los créditos finales. Si os da pereza buscarlo, entonces ver el vídeo promocional del final de la temporada. Comprended lo que Homeland pretende ser ahora. Reflexionad. El chicle de la suerte de Saul ya no se va a estirar más: la renegada estrella
ha desaparecido y, con ello, la serie por fin se va a reinventar a sí misma
después de haber pasado por una temporada llena de baches y meteduras de pata
que ahora – y sólo ahora – tienen solución.
Estaba en manos de los
guionistas el sacar a esta serie de la más profunda de las decepciones, y, por
lo menos, se han atrevido a iniciar el proceso. Un proceso que ha tenido un
precio muy alto y cuyo resultado ya se comentará cuando vuelva con su cuarta
temporada.
Porque sí, yo estaré ahí para
verlo. Yo, a diferencia de lo que sentí cuando terminé de ver la segunda
temporada, tengo ganas de ver lo que la cuarta tiene que ofrecer.
● Lo que MÁS me
gusta: que la serie se haya atrevido a dar ese gran paso temático para
enfrentarse a una esperanzadora cuarta temporada.
● Lo que MENOS me
gusta: que para llegar a este punto, hayamos tenido que sufrir una tediosa
temporada.
Jerry
La tercera flojeó un montón. Ahí va mi valoración global de lo que hemos visto hasta ahora ;)
ResponderEliminarhttp://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/10/el-reset-de-homeland.html
Saludos!