Uno de los estrenos de estas
Navidades que más esperaba era el nuevo clásico de Disney: Frozen. Esto no sólo se debía a que me encanten las películas de
animación, ni a que me estuviese muriendo de ganas de ver el cortometraje “Get a Horse!” protagonizado por el
mismísimo Mickey Mouse… ¡Ni siquiera se debía a que Christopher Buck – el compositor
de la excepcional pieza musical de Paperman
– hubiese sido escogido para componer también la banda sonora de esta película!
No, señores. Lo que principalmente
desencadenó mi más terrorífica anticipación, fue mi imborrable – y quizás infantil
- condición de fiel, y ocasionalmente enfermizo, seguidor de la casa del ratón.
● Año: 2013
● Director: Chris Buck, Jennifer Lee
● Cast:
Kristen Bell, Idina Menzel, Jonathan Groff, Josh Gad, Santino Fontana
●
Música:
Christophe Beck
●
Duración:
102min
Con Enredados, Disney ya demostró que la magia que
crean sus trabajadores para hacer películas de princesas – un género que
ninguna otra compañía se atreve a abordar – sigue en perfecto estado. Muy
sabiamente, los cabecillas de la empresa de Walt decidieron aprovechar el tirón
– y el éxito – de ese peculiar relato sobre Rapunzel, para adaptar la historia
de la Reina de las Nieves, un cuento desconocido para la gran mayoría de niños
pequeños.
En esta versión de la
historia, las dos hijas de los reyes de Arendelle (Anna y Elsa) tendrán que
afrontar una durísima realidad cuya única solución posible será el distanciarse
la una de la otra. Sin embargo, sus caminos se volverán a cruzar cuando Elsa
demuestre a todo el mundo que tiene la capacidad de generar nieve y hielo a su
gusto… Con las horribles consecuencias de su deserción a lo alto de una montaña
y de la llegada de un invierno eterno al apacible reino.
El arranque de Frozen es espectacular. Con una fantástica
animación que abre los ojos del espectador de par en par, un estilo narrativo
que rinde homenaje a todos los clásicos Disney de los que nos enamoramos cuando éramos tan solo unos críos, y unas canciones
que te llegan a lo más profundo de tu ser para revolver en ese repertorio de míticos temazos de tu cinéfila infancia, el nuevo clásico de Disney deja
hipnotizado a todo espectador.
Y es que, a pesar de que el potencial de
la película se desinfle en alguna ocasión conforme va avanzando su trama, Frozen consigue lo que Enredados sólo dejó intuir: la perfecta
fusión entre el Disney que conocimos cuando éramos pequeños y el panorama
infantil actual. Hay más humor (sin llegar a estropear la purísima esencia Disney,
siempre tan reacia a incluir chistes fáciles a sus largometrajes), las
princesas tienen más sentido común sin dejar de ser verdaderas princesas, el concepto de "amor" se moderniza de una forma que jamás habríamos pensado y, lo más importante de todo, los niños saldrán de la sala –
después de irrumpir en sonoros aplausos y acertadísimos e inocentes comentarios
– cantando las canciones de la película, algo que, lo queráis o no, es un
dato muy significativo que yo mismo no observaba desde Mulán (porque no, las canciones de Enredados pueden ser buenas, pero no le llegaban a la suela de los
zapatos de las auténticas canciones
de los clásicos).
Si Disney ya dio una bofetada
a todos los escépticos e infieles espectadores con su acertadísima ¡Rompe Ralph!, en esta ocasión se vuelve
a coronar como fábrica de los sueños al encontrar el ya mencionado equilibrio
entre lo tradicional y lo moderno; un sufridísimo hito en su filmografía que no
se ve más que reforzado con ese corto animado en el que Mickey juega con
nosotros para recordarnos que Disney
sigue siendo Disney, y que nada ni
nadie va a poder decir lo contrario (aunque Disney
Channel se esfuerce muchísimo por hacérnoslo pensar).
Y, bueno, no puedo dejar de
comentar los espectaculares mensajes que esta película nos ofrece: desde la superación de los miedos, pasando por la plena confianza en los seres
queridos y el crecimiento ante la adversidad, y culminando en un aparentemente
cursi pero espectacularmente directo, sincero y realista amor verdadero.
Y todo esto se consigue con un feísimo castillo y sin un memorable villano. Pero con dos fantásticas princesas.
●Te
gustará si:
echabas de menos a los verdaderos clásicos Disney, si te gusta el género de animación,
o si simplemente quieres ver un asombroso espectáculo visual y musical.
●
No te gustará si:
no te gustan las películas de animación.
Jerry
frikibunker.es
ResponderEliminarLa colección de artículos de Disney es un viaje encantado a la infancia. Cada pieza es un tesoro que despierta memorias mágicas, transformando el espacio en un rincón donde la fantasía cobra vida.