viernes, 19 de diciembre de 2014

Viernes Criticón: Exodus, Dioses y Reyes

Le tengo muchísimo cariño a Ridley Scott. A pesar de que últimamente sus filmes no gocen de un reconocimiento ni siquiera cercano al que alcanzaron Alien y Blade Runner, he de reconocer que soy una de las pocas personas a las que Prometheus le pareció la “pera”.

Quizás fue ese aparentemente ciego amor hacia una cinta de ciencia ficción que, digan lo que digan, es fantástica (su condición de pseudo-precuela no perdona), el que me llevó a confiar plenamente en la adaptación cinematográfica de la vida de Moisés que este ilustre director británico iba a realizar.

Pensé que si Exodus: Dioses y Reyes era la mitad de buena que la perturbadora y espectacular Noé de Aronofsky, las historias bíblicas deberían empezar a ponerse de moda para disfrutar de relatos tan apasionantes como estos en la gran pantalla.

Pero ya no pienso eso.

● Año: 2014
● Director: Ridley Scott
● Cast: Christian Bale, Joel Edgerton, John Turturro, Ben Mendelsohn…
● Música: Alberto Iglesias
● Duración: 150min



Nadie podrá negar que la historia de Moisés tiene un enorme potencial para ser adaptada a un guión cinematográfico. Así como en el pasado el relato de Noé no había aportado ningún título digno de ser recordado, el éxodo protagonizado por Moisés ya nos había deleitado en repetidas ocasiones con unos sonados Los Diez Mandamientos y con un filme de animación que es, cuanto menos, sobresaliente.

Sin embargo, a pesar de todo lo épicas que puedan llegar a ser las andanzas del joven a través del cual Dios desató unas espeluznantes plagas sobre la tierra de Egipto para liberar a su pueblo, Ridley Scott ha fracasado en el intento. A Exodus: Dioses y Reyes le faltan muchos ingredientes para convertirse en una película recomendable.


Me resulta muy difícil criticar el filme de un director al que admiro tanto, pero, si os soy completamente sincero, además de que salí de la sala a unas horas de todo menos apropiadas para el bienestar de mi cada vez más apretado calendario de estudio, el sabor que este título de Scott me dejó en la boca fue nulo. Cero sabor, señores: ni me pareció que la tan esperada BSO de Alberto Iglesias tenía algo que aportar al mundo de la música cinematográfica, ni me sorprendió Christian Bale como Moisés (no lo hace mal, ojo, pero le prefiero mucho más con voz de ultratumba y máscara de murciélago en mano), ni creo que el filme vaya a impactar tanto al público como sí lo pudo haber hecho Noé.

Que sí, que reconozco que soy de los pocos cinéfilos que alaban la última obra de Aronofsky, pero cualquier espectador que se precie por lo menos notará – sin esfuerzo alguno - la abismal diferencia que hay entre el personaje encarnado por el antiguo Gladiator y el del Batman más famoso de todos los tiempos. A pesar de que Bale haga bien su trabajo intentando ofrecer al público a un hombre atormentado por la incertidumbre a la que su Dios le deja expuesto, el personaje en su totalidad falla: ni es creíble, ni agrada. Es un “sin más”. Y este hecho termina siendo mucho más importante de lo que parece en el juicio de valor que un espectador como yo pueda hacer sobre el filme, porque, por si no fuera poco, el resto de personajes también patinan. Y, oye, así no hay quien se agarre a un clavo ardiendo.


Sólo los más observadores se habrán percatado de que he dejado el apartado de esta ficha que hay reservado para los miembros del reparto bastante vacío. Resulta que me niego a poner  los nombres de Ben Kingsley, Aaron Paul y Sigourney Weaver. Tal y como pasó con el Bryan Carston de Godzilla, la aparición de estas estrellas sólo brilla por su ausencia. El primero tiene un papel que sabe a poquísimo, el segundo parece que sólo se dedica a poner caras de consternación cada vez que ve a Moisés hablar con el pequeño Dios, y la tercera bien podría haber sido una extra almeriense en vez de una excelente actriz cuyo potencial se ha visto más que desaprovechado. Fatal. Esto apesta a puro – y duro - marketing. A mí no me importa que los actores no sean - físicamente hablando – reflejos fidedignos de lo que podrían haber sido los egipcios o hebreos de la época, pero lo que sí que me importa es que se haya desaprovechado tanto potencial y que, encima, se haya jugado con los espectadores al prometernos estrellas que luego no hemos podido contemplar con todo el esplendor que merecen.

Pero bueno, supongo que no todo es malo en Exodus… Uno de los pocos méritos que tiene es que gran parte de su rodaje sucedió en nuestra querida España: concretamente en Almería. Y, más allá de eso, lo único que puedo decir es que las únicas razones que deberían arrastrar al espectador a la sala de su cine más cercano son la de querer contemplar unas potentísimas plagas – que, sin embargo, resultan hasta cortas para lo larga que es la película  – o aquella que impulsa a los haters a seguir odiando los nuevos trabajos de Ridley Scott.

Aun así, yo seguiré confiando en él. Tal y como hago con Shyamalan.

●Te gustará si: disfrutas de filmes poco sustanciales que sólo asombran por la calidad de los efectos visuales.

● No te gustará si: esperas ver el Éxodo cinematográfico definitivo.


Jerry

2 comentarios:

  1. Qué pena! Yo también estaba entusiasmada con esta peli porque, además, me gusta mucho el género. Todavía no la ví, pero con tu crítica ya bajé un poco las expectativas. Aprovecho, Jerry, para hacerte llegar mi saludo para estas Fiestas. Muchas felicidades!Abrazo!

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    Respuestas
    1. Hola Patzy! Qué bien volverte a ver por aquí! Pues mira, tú ve a verla, porque a lo mejor a ti sí que te gusta! Ya sabes que estas cosas pueden ser muuuy subjetivas... Y además si vas con las expectativas más bajas, entonces hay más posibilidades de que algo te sorprenda! Muchísimas gracias por las felicitaciones. Yo también te deseo una feliz navidad y un buen comienzo de año 2015! Un abrazo y muchas gracias por seguir pasándote por aquí ;)

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