Martes Criticón | Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas

Es una lástima que películas como Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas pasen con tanta discreción por los cines de nuestro país. No sólo me da pena que su campaña publicitaria haya sido nefasta, sino que además me parece lamentable que, diez días después de su estreno (y en un cine con veinte salas como es al que suelo ir), sólo hubiese dos sesiones para ver la que probablemente sea la cinta de animación más admirable y valiosa de este año.

Sin embargo, después de pensarlo bien, me doy cuenta de que mi furia está totalmente fuera de lugar. Porque, ¿qué culpa tendrán los cines de que la gente prefiera ver Ahora Me Ves 2 (que, a pesar de llevar más de un mes en cartelera, sigue contando con cuatro sesiones diarias)? ¿Cómo pueden los cines hacer frente a mastodontes presupuestarios como el probablemente nefasto remake de otro remake llamado Ben-Hur?

¿Cómo puede sobrevivir este negocio sin respetar las prioridades de los espectadores?

● Año: 2016

● Director: Travis Knight

● Cast: Charlize Theron, Art Parkinson, Ralph Fiennes, Rooney Mara, George Takei, Matthew McConaughey…

● Banda Sonora: Dario Marianelli
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Película de Animación (Nominada), Mejor Efectos Especiales (Nominada)

● Duración: 102min

A pesar de que las críticas han aplaudido la nueva producción del estudio Laika, su recaudación en todo el mundo le está haciendo un flaco favor a Travis Knight. Y es que, aunque esta historia goce de una nota media de 8.3 - con un porcentaje de acuerdo de hasta el 97% - en la web Rotten Tomatoes, su recaudación hasta ahora ha sido de 44 millones de dólares, habiéndose llevado 38 de su país natal (EEUU) y el resto de todo el extranjero.

Knight, experto de la animación y fiel trabajador de aquel estudio especialista en el arte del stop-motion, ha decidido iniciarse en la dirección de largometrajes con una fábula samurái protagonizada por Kubo, un jovencito que, valiéndose de su shamisen y de su dominio del origami, es capaz de contar historias con las que gana el suficiente dinero para mantener a su madre, que padece una extraña dolencia. Sin embargo, el día en el Kubo decide permanecer fuera de su casa por la noche, los acólitos del siniestro Rey Luna le localizan, comenzando así una odisea de aventuras por el antiguo Japón que culminarán con la adquisición de una armadura legendaria.

Si bien hay que reconocer que el título brilla por su completa ausencia de carisma, y que su ritmo fluctúa fomentando así la temible consulta del reloj de mano, Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas es una película de animación en condiciones. No sólo cuenta una enternecedora historia que promulga unos valores familiares fantásticos, sino que además se comporta como la cinta de animación más valiosa de todo este año, situándose muy por encima de otros estrenos como Buscando a Dory (Andrew Stanton, 2016).

Y es que, así como las aventuras de aquel pececillo azul han pasado a ser no aptas para diabéticos por el descarado uso de una fórmula ya oxidada y por la aparente dejadez que invadió a los brillantes cerebros de Pixar, las aventuras de Kubo, además de ser creativas y arriesgadas, están cimentadas sobre una historia muy cruda que, pese a todo, termina siendo simpática, emocionante y, alcanzando ya su final, de lo más bondadosa y bienintencionada que he visto en mucho tiempo en una gran pantalla.

Por lo tanto, y teniendo en cuenta que soy un enamorado de la técnica del stop-motion, para mí Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas es la película de animación del año. Porque, a pesar de que su historia presenta algún bache poco afortunado, el resultado final es fantástico: por sus personajes, su banda sonora, su ambientación, su apasionante – y muy elaborada – animación y por todas las lecciones que transmite.

Así que, señores, creo que este va a ser el primer año en el que, de cara a los Oscar, no voy a apostar por Pixar. Mi papeleta será para Laika.

●Te gustará si: disfrutas de bonitos filmes de animación que, además, cuentan con un apartado técnico excepcional.

● No te gustará si: no te convencen las películas desarrolladas con la técnica del stop-motion.

Jerry

Imágenes vía Universal

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