Por eso de que la cara de
Renée Zellweger ocupó las portadas de las revistas del corazón tras su
aparentemente cuestionable lavado de cara, muchos se atrevieron a afirmar que la oscarizada
actriz no iba a ser capaz de volver a dar vida a la reportera británica más famosa del
mundo del cine. Además de que se juzgó una totalmente lícita elección personal
porque – presuntamente – atentaba contra el feminisimo y el amor propio, se llegó a decir que la
mucho menos resultona Reese Witherspoon podría sustituir a Zellweger como Bridget
Jones. Witherspoon, señores.
Sin embargo, y como ya dije hace unos meses, había que ser muy imprudente para lanzarse a la piscina
afirmando que el cambio de Zellwegger iba a poner punto y final a su carrera
como Jones. Porque, qué queréis que os diga, la Bridget de Bridget Jones’ Baby es exactamente la misma que aquella de El Diario de Bridget Jones (Sharon
Maguire, 2001). Por mucho botox que se haya interpuesto entre las dos.
● Año: 2016
●
Director:
Sharon Maguire
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Cast:
Renée Zellweger, Colin Firth, Patrick Dempsey, Jim Broadbent, Gemma Hones, Emma
Thompson…
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Dirección Fotografía:
Andrew Dunn
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Banda Sonora:
Craig Armstrong
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Duración:
123min
No es para nada frecuente salir del cine con una sonrisa tan estúpida como la que yo llevaba al abandonar la sala en la que se había proyectado Bridget Jones’ Baby. A pesar de que muchos de mis amigos y familiares se habían cachondeado a mi costa por eso de que iba a pagar por ver una “película para niñas”, acudí al cine – de forma totalmente voluntaria – a ver el nuevo trabajo de Sharon Maguire con una ilusión que, como cabía esperar, se vio correspondida.
Y es que, partiendo de la base de que el
personaje de Bridget Jones se ha convertido en un auténtico icono del cine
británico de principios del siglo XXI (y de que muchas chicas se sienten
identificadas con alguna de sus encantadoras imperfecciones), cabía esperar que el estreno de su nueva aventura fuese espectacular. Sin embargo, el resultado – a pesar de satisfactorio – no ha dejado de resultar agridulce por el poco impacto que ha tenido su paso por los cines estadounidenses. Tras tan sólo tres días en cartelera, lo nuevo de Zellweger ha conseguido alzarse con treinta y ocho millones de dólares, superando así el umbral establecido por su propio presupuesto pero defraudando en las ganancias recogidas en la taquilla americana (que sólo ha contribuido en ocho millones del total). Por lo tanto, y a pesar de que los estadounidenses se empeñen en acatar la norma que les exige marginar a todo personaje que no sea puramente americano (véase el ejemplo del fantástico Tintín de Spielberg), ya sea por la polémica morbosa o por el inmenso cariño que se le tiene a Bridget, la carrera de Jones en la taquilla parece prometedora.
Tras conocer estos datos, ya no me sorprende rememorar cómo la sala de la que salí sonriendo como un
idiota estaba llena de gente: adolescentes, padres de familia, madres, parejas
de novios, grupitos de ancianas y hasta – desgraciadamente – críos. Todos habíamos
pagado por asistir al cuadragésimo tercer cumpleaños de Bridget, cuya situación
sentimental es – otra vez – desafortunada, y cuyo mundo se ha
convertido en un Jardín de Edén infestado de la misma diversión, el mismo
alcohol, las mismas conversaciones subidas de tono, los mismos trabajos dispuestos
a dejarla en evidencia y, por supuesto, los mismos diarios, jerseys de renos y
bragas grandes. Porque, aunque Bridget ha adelgazado, un embarazo va a
hacerle ganar unos cuantos kilos de más. Como en los viejos tiempos.
Como los viejos y como los nuevos.
Porque si algo me ha sorprendido – muy gratamente – de esta nueva entrega ha sido cómo Sharon Maguire – que ya supo conquistar nuestros
corazones allá por el año 2001 – ha sido capaz de fusionar el viejo mundo de
Bridget con la revolución de las tablets, las fotos de gatitos y los vientres de
alquiler valiéndose – entre otras cosas – de un más que aceptable guión, unos gags fantásticos, y de nuevas caras como las del
desternillante Patrick Dempsey (¡quién iba a decir que yo acabaría diciendo esto!)
y la perfectísima Emma Thompson.
Por lo tanto, machotes, dejaos
de excusas. Dejaos de “películas de niñas” y admitid que os hace gracia. Os
hace tanta gracia que vais a acabar yendo a comprobar cómo la egoísta,
irresponsable y encantadora Bridget va a reconquistar al estirado, clasista y rompebragas apellidado Darcy. Y, ojo,
porque no iréis al cine para hacer un favor a vuestra novia o hermana, sino que las presionaréis
para que os acompañen. Las engañaréis para que crean que vais por ellas y, ya en la sala, las miraréis con tímido orgullo para comprobar cómo disfrutan con las bromas, la buena música y el encanto que desprende Bridget. Igual que vosotros.
Porque sabéis que Zellweger es
la única y verdadera Bridget. Y porque os habéis dado cuenta de que la Bridget
que casi se perdió con The Edge of Reason
(Beeban Kidron, 2004) ha vuelto pisando fuerte con menos kilos y más botox.
Un botox del que ahora nadie
tiene nada que decir.
●Te
gustará si:
disfrutaste con la primera entrega de una de las mejores comedias románticas de
los últimos veinte años, o si, simplemente, crees que dentro de ti, de una forma
u otra, habita una Bridget Jones que se muere de ganas por reírse de sí misma.
●
No te gustará si:
eres demasiado hombre como para reconocer que la vida de Bridget Jones, además
de ser divertida, en realidad te encanta.
Jerry
Imágenes
vía Universal
Póster
de IMP Awards
Me pareció genial. Debo admitir que no pensaba ir a verla, pero al final me convencieron... y qué buen rato pasé, la verdad! Me encantó ver a Bridget intentando adaptarse a los nuevos tiempos pero conservando su esencia de siempre. Y coincido contigo, con Patrick Dempsey te mueres de la risa... es de lo mejorcito de la pelicula jaja!
ResponderEliminarEn fin, da gusto ver cómo algunas sagas sí saben reinventarse.
Saludos Jerry!
¡Qué bien que también la disfrutases! Si te soy sincero, desde que supe que para esta película volvía la misma directora de la primera, me quedé muy tranquilo. Pensaba que, aunque podía ser mejor o peor, por lo menos no iba a "traicionar" a la original. ¡Y menos mal que no me equivoqué! Ahora queda ver qué tal le va en taquilla. Esperemos que bien.
EliminarMuchas gracias por pasarte por aquí una vez más para comentar tus impresiones, siempre es un placer. ¡Un saludo!
Hola! Seguro que terminaré viéndola pero tengo muy claro que no será en el cine. Gracias por la crítica.
ResponderEliminarUn saludo!
¡No sabes lo que te pierdes, Beatriz!
EliminarMe resulta incomprensible que los dichosos arreglos faciales de la actriz se superpongan, entre la crítica especializada, a cualquier análisis objetivo de la película en sí, incluyendo las interpretaciones, claro está. Claro que, sin ánimo de ofender, viendo a los "contertulios" de La 2 y su escasisimo conocimiento cinamatográfico, habría que concluir que quizás la cinefilia es RIP. Bienvenido a la cinefagia y a la prensa rosa??
ResponderEliminarBlog: http://vistoynarrado.blogspot.com.es/
Por eso de que indago en - precisamente - la polémica que ha habido con los cambios estéticos de Zellweger, no me queda claro si tu comentario funciona como crítica hacia la entrada que he escrito o no... Pero estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, de ahí el nombre de este blog: muchas veces los críticos abandonan la objetividad para atacar con aspectos tan subjetivos como la conformidad hacia las decisiones o el estilo de vida de los profesionales de la gran pantalla. ¡Muchas gracias por haberte pasado por aquí y haber dejado tu comentario! ¡Un saludo!
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