viernes, 22 de diciembre de 2017

CRITICA | Jigsaw


Aunque hace ya siete años que la última entrega de Saw llegó a los cines (Saw 3D), a todos nos parece que el asesino del puzzle nunca ha llegado a desaparecer de la cartelera. Y es que, a pesar de los incuestionables abandonos - por parte del público - que ha sufrido la saga a lo largo de los años, el legado de aquel sádico justiciero interpretado por Tobin Bell sigue tan vivo como el primer día: un fenómeno sorprendente que, en realidad, no es difícil de entender si asumimos que la ópera prima de James Wan - estrenada en el año 2004 y financiada con tan solo 1.2 millones de dólares - no sólo obtuvo una recaudación de 103 millones, sino que además revolucionó el género de tal forma que nadie de Twisted Pictures lo iba a desaprovechar. Ni hace unos años, ni ahora. 

En esta ocasión, la llama de la franquicia ha vuelto a encenderse gracias a los hermanos Spierig, dos cineastas sin una trayectoria profesional muy reconocida que, sin embargo, pensaron que podían resucitar la leyenda de John Kramer y salir airosos de la batalla. Y a pesar de que el desenlace de su Jigsaw sea bastante impredecible - una prioridad desde la soberbia conclusión de la cinta de Wan y de su secuela (Saw II, 2005) - la película, en su totalidad, es de lo peor que el público verá este año en una pantalla grande.

Rindiendo homenaje a sus siete antecesoras, la propuesta de este reboot vuelve a ser la misma de siempre: un número determinado de víctimas deberá hacer frente a las trampas y juegos del presunto Jigsaw mientras un equipo de agentes de la ley se dedica a investigar la aparición de unos cadáveres marcados con la distintiva pieza de puzzle en su piel. Sin embargo, y a pesar de que esta fórmula ya ha funcionado en alguna de sus entregas anteriores, los hermanos Spierig sólo ofrecen un mejunje reciclado de trampas mortales, recursos narrativos efectivos - pero no por ello novedosos -, una historia que da urticaria y un elenco de actores que - a excepción del ya glorificado Bell -  hace todo bien menos su trabajo. Todo esto, eso sí, ahora nos lo ofrecen con un par de ceros más en el presupuesto y abandonando ese toque de película de bajo presupuesto que tan terroríficas hizo a Saw y Saw II en su momento.

Todo ventajas y buen cine. 


Jerry
Imagen vía Lionsgate

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