martes, 6 de marzo de 2018

CRITICA | Lady Bird


Saoirse Ronan siempre me ha inspirado mucha simpatía. Desde que vi cómo aquella dulce e inocente Susie Salmon aprendía a enfrentarse a la realidad de su muerte en la tremendamente infravalorada The Lovely Bones (Peter Jackson, 2009), todo proyecto de esta joven de raíces irlandesas se gana mi atención. Por lo tanto, cuando este fenómeno interpretativo se juntó con la encantadora Greta Gerwig para la que funcionaría como su ópera prima, era inevitable pensar que o bien el resultado iba a ser bueno, o por lo menos iba ser interesante.

Cinco nominaciones a los Oscar después - incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión Original, Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto - parece indiscutible reconocer que, efectivamente, el debut de Gerwig como directora y guionista debe de tener algo que merece la pena. Y es que la historia de esta adolescente de Sacramento (California) que se hace llamar "Lady Bird", además de comportarse como un cariñoso - pero agridulce - tributo al que una vez fue el hogar de la cineasta, funciona como una exquisita "coming of age movie" que tiene un corazón que no le cabe a nadie en el pecho.

Contando con Ronan como la arrebatadora protagonista y con una serie de secundarios - entre los que se encuentran los ya conocidos por todos Timothée Chalamet y Lucas Hedges, así como Laurie Metcalf y la enternecedora Beanie Feldstein - Lady Bird es una de esas películas que, valiéndose de una dosis suficiente de humanidad y un toque de sentimentalismo, convierte una historia corriente en algo extraordinario. Porque no sólo será la propia Gerwig la que inevitablemente se vea reflejada en aquellos fotogramas, sino también muchos de los espectadores, que volverán a casa pensando que a lo mejor el trato que le han dado a sus padres nunca ha sido el adecuado, que la ciudad de la que vienen no es tan mala como pensaban, o que, a lo mejor, no todas las nominadas a Mejor Película tienen que ser películas con historias imposibles, hazañas de carácter histórico o reivindicaciones sociopolíticas de algún tipo. También es posible que una de las más dignas aspirantes a la estatuilla sea la historia de una adolescente normal, que vive en un vecindario normal y que pasa por los problemas por los que pasa cualquier adolescente normal. Una joya.


Jerry
Imagen vía Collider

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