viernes, 3 de agosto de 2018

CRITICA | Mamma Mia! Una y Otra Vez


A pesar de la fama que se ganó Mamma Mia! (Phyllida Loyd, 2008), el filme inspirado en el musical homónimo generó una reacción muy fría en el colectivo de la crítica cinematográfica por su tono bobalicón, la ineptitud del guión para dosificar el empalague de una historia ya de por sí ñoña, y por las cuestionables voces de algunos miembros del reparto. Sin embargo, los fallos de este fenómeno no frenaron sus asombrosos beneficios, pues, además de que se convirtió en el musical más exitoso de todos los tiempos (alcanzando una recaudación de hasta 600 millones de dólares frente a un presupuesto de 52 millones), consiguió hacerse con dos nominaciones a los Globos de Oro en las categorías de Mejor Comedia/Musical y, por supuesto, Mejor Actriz (Meryl Streep). Por lo tanto, a nadie debería extrañarle que Universal decidiese, diez años después, hacer una segunda ronda que reavivase la fiebre ABBA entre el público. Y así nació Mamma Mia! Here We Go Again.

La misma tarde en la que compré las entradas para ver esta "feel-good movie", revisé su predecesora para recordar si de verdad era tan mala como la recordaba. Y aunque no terminé de verla por cuestiones que no voy a discutir, llegué al cine echando pestes porque me esperaba un mejunje de tocino de cielo y merengue del que prefiero permanecer lejos. Imagínense mi sorpresa cuando, en el mismísimo primer número musical interpretado por Lily James (La Cenicienta, Downton Abbey), se derrumbaron todos mis prejuicios y me interesé - de verdad - por la película.

Resulta que, como en la vida real, en la isla de Kalokaire han pasado los años, y Sophie (Amanda Seyfried) se dispone a lanzar la fiesta de inauguración del hotel de su madre a pesar de que ni su marido ni dos de sus "padres" - en fin - podrán acompañarla por motivos de trabajo. Y mientras Sophie se va enfrentando a las distintas crisis que pondrán en juego la fiesta de sus sueños, a los espectadores se nos hace retroceder en el tiempo para saber cómo Donna (Streep en el presente, Lily James en el pasado) acabó en Grecia y conoció a los tres ¿amores de su vida?.

Fíjense que a pesar de lo canelosa que puede resultar esta premisa, Mamma Mia! Una y Otra Vez consigue que el espectador apueste por los antecedentes de Donna y deje un poco más olvidada la historia del presente, que resulta bastante poco interesante a pesar de que Christine Baranski (The Good Fight) y Julie Walters (Harry Potter) estén irresistibles en el papel de las amigas de Streep. Y es que resulta que los encuentros - y desencuentros - de las versiones jóvenes de los personajes de la primera entrega desprenden un tipo de energía muy distinto al de Mamma Mia! (2008): hay más pasión, los números musicales ganan complejidad, las voces están mucho más trabajadas y los personajes - que dan hasta grima por lo bien que imitan a Streep, Firth y compañía - le dan un encanto al filme que no estaba presente en la película de 2008. Así que aunque las canciones sigan forzando su acomodación en la historia y haya tramos del metraje que sean totalmente prescindibles, Mamma Mia! Una y Otra Vez consigue que las ganas de escuchar ABBA afloren y garantiza un buen rato en el cine. Aun a sabiendas de que no estamos ante una película candidata al Oscar. Y no pasa nada.



Jerry
Imagen vía Collider

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