Hijos de los Hombres es una de esas películas que llevo mucho tiempo queriendo someter a crítica. ¿Por qué? La razón es muy simple: es una película no muy conocida que debería serlo. Es una de esas joyas del cine que debería estar entre las más grandes… Es cine en estado puro… Es, en definitiva, arte.
Sin embargo, no sé si será porque parece uno de esos filmes post-apocalípticos que a poca gente le apetece ver (a pesar de que yo los encuentre tremendamente entretenidos y visualmente espectaculares), porque esté firmado por un nombre de origen español como Alfonso Cuarón (que en realidad es mejicano y que es responsable de probablemente la mejor entrega de la saga Harry Potter), o por el simple hecho de que en Filmaffinity (web de referencia de muchos cinéfilos) tiene como calificación un áspero 7.1 (a pesar de que en la referencia de todas las referencias cinematográficas, es decir: Rotten Tomatoes, alcanza un 93% en toda regla). No lo entendemos. Y si tú, osado lector, aún no has visto Hijos de los Hombres, ponte inmediatamente a verla: no te arrepentirás.
● Año: 2006.
● Director: Alfonso Cuarón.
● Cast: Clive Owen, Julianne Moore, Michael Caine,
● Música: John Tavener
● Nominación Oscar: Mejor Guión adaptado, Mejor Montaje, Mejor Fotografía.
● Duración: 114min.
Londres. Año 2027. Diego Ricardo, el hombre más joven del Planeta Tierra, muere a los 18 años, 4 meses, 20 días, 16 horas y 8 minutos de edad. La población está conmocionada: esta trágica muerte les recuerda más aún la triste realidad de los 18 años de infertilidad que ha sufrido la población. Sí, han leído bien: las mujeres son infértiles por causas desconocidas.
Si el humano se va a extinguir, no tiene nada que ver con explosiones volcánicas por ser el año 2012, ni con desastres naturales, ni supervillanos que destrozan la tierra, ni siquiera se deberá a extraterrestres invasores que puedan causar el caos en la Tierra… No. La amenaza de la extinción es mucho más intrínseca: las mujeres no pueden tener hijos. ¿Peor amenaza que esa? Ninguna. El ser humano va a causar su propia extinción. ¿Será la contaminación? ¿Quizás productos sintéticos? ¿Algún tipo de virus? Nadie lo sabe. Es una incógnita. Y, ante eso, el caos reinará en la Tierra.
Un arranque poderoso hace que cuando salen los créditos de “CHILDREN OF MEN” se nos ponga la piel de gallina. Es entonces cuando entramos de cabeza y nos sumergimos en los espectaculares y trágicos tiempos que está sufriendo la raza humana. Aunque, a pesar de que la situación sea del todo insostenible, Londres parece ser la ciudad que mejor mantiene las riendas de la sociedad civilizada: y es foco por ello de la inmigración de hordas de extranjeros desesperados por encontrar una vida mejor.
Entonces, tras la trágica muerte de Diego Ricardo, Theo (Clive Owen), un hombre que ha perdido la fe en la humanidad, se ve envuelto en una odisea (y nunca mejor dicho) de la que no os comentaremos nada para garantizaros así el efecto sorpresa, la emoción y la intriga.
- ¿Qué hiciste por tu cumple? – pregunta Caine.
- Nada: despertarme, sentirme como una mierda, ir al trabajo, sentirme como una mierda. – contesta Clive.
La historia de este filme, muy pintoresca como podréis haber observado, está basada en una novela de P.D.James. No nos hemos leído el libro pero la película sólo con imágenes se convierte en una historia hilarante, emocionante, sorprendente y del todo humana (dentro de la poca humanidad que en ocasiones vemos reflejada a lo largo del filme). Nos enseña de una forma magistral la pérdida de la esperanza, la desesperación de la humanidad, el temor a la extinción… No hace falta que te digan qué está pasando porque el propio espectador, sólo con ver las imágenes, se da cuenta de lo desestructurada que está la sociedad mundial, del terror que les acecha y de que, muy pronto, el fin del mundo (de una manera u otra) llegará (ya sea por la ausencia de capacidad reproductiva o por los equipos de suicidio y antidepresivos que distribuye el gobierno).
Si a esa increíble fotografía y puesta en escena le añades unas buenas actuaciones, entonces la credibilidad de la historia se ve multiplicada por siete. Clive Owen, a pesar de que a menudo representa papeles muy similares, se luce como nunca, Julianne Moore mantiene ese siempre presente nivel que tanto nos satisface y Michael Caine borda un papel que no estamos acostumbrados a verle interpretar (ese “Pull my finger!” es una acertada).
En definitiva, y sin querer desvelar más posibles spoilers, recomendamos fervientemente que todo cinéfilo vea esta magistral obra. Alfonso Cuarón, no satisfecho con lo felices que nos hizo a los fans de la saga de Harry Potter con ese Prisionero de Azkaban tan original y acertado, nos trae una buena dosis de buen cine: con una historia implacable, detalles asombrosos, secuencias memorables (atención al “momento de las escaleras” que presenciamos casi al final de la película), actuaciones sobresalientes y música terroríficamente perfecta. Alfonso Cuarón es de esos directores que, en “¡Malditas Críticas de Cine!”, nos tiene fascinados.
Por cierto, atención al tráiler: por si no fuera poco, también nos parece perfecto. [Eso sí: cuenta con muchos spoilers que no hemos querido revelar en la crítica... Advertidos quedáis]
Jerry.
Me gustó, original y con mucho ritmo. El problema es que los 20 minutos finales no me convencieron mucho...
ResponderEliminarNo sabía que no era muy reconocida. Yo desde que me enteré de la historia que tenía ganas de verla y me encantó.
ResponderEliminarMe pareció una manera concreta y real de abordar un tema "apocalíptico".
Sin necesidad de grandes efectos especiales (mínimos) y con un guión audaz y perfecto.
El final me pareció muy correcto o por lo menos yo no me esperaba otra cosa, para mi da en el clavo.
Muy buena la crítica Jerry, abrazo!
En la crítica menciono que no fue muy reconocida porque, aquí en España, pasó sin pena ni gloria por taquilla: no fue un "exitazo", como muchas otras películas.
ResponderEliminarEso sí, vuelvo a estar de acuerdo contigo en que el guión es perfecto y que, además, el final de la película es el adecuado.
¡A mí me encantó!
Un abrazo,