miércoles, 20 de junio de 2012

Jerry Jones y el Cine Maldito: Incumplimiento de la Guía Palomitera



Para todos aquellos que se rieron cuando leyeron mi Guía Palomitera, hoy les traigo una nueva aportación que no voy  abordar de esa forma tan cómicamente irritable: si pensabais que comer palomitas es algo absolutamente carente de cuidado alguno, os voy a hacer cumplir al pie de la letra mi cuasi-psicótica guía.

Y todo esto porque os voy a presentar una triste noticia REAL que encontré el otro día de casualidad. No dejéis de leerla para valorar la locura extrema de la gente y el evitable descuido de otra…


“Nunca antes el ruido producido por comer las típicas palomitas de maíz en un cine había sido tan molesto. La policía letona ha detenido a un hombre de 27 años sospechoso de disparar a otro espectador durante la proyección del filme 'Cisne negro', el pasado sábado por la noche en un multicine en la capital letona, Riga.

Al parecer, el detenido estaba ofendido por la forma en que el fallecido comía las palomitas, según informa el diario británico Daily Telegraph. El fallecido, de 42 años de edad, murió a causa de las heridas de bala.

Según explicaron varios testigos a la agencia de noticias letona Latvian, la disputa comenzó con las quejas de otros espectadores por el elevado ruido que hacía el fallecido al comer las palomitas. Según la policía báltica, el tiroteo se produjo al final de la película, durante la proyección de los títulos de crédito, cuando el sospechoso se levantó y disparó al fallecido. La policía asegura que este tipo de crímenes no son habituales en este país, de sólo 2,2 millones de habitantes.” [Noticia del Periódico El Mundo, 22/02/2012 - www.elmundo.es]


El asesino en cuestión era un policía que se acababa de graduar en la Academia de Policía que además contaba con un doctorado en derecho por la Universidad de Letonia. Éste, tras haber cometido el crimen, esperó a que llegasen las autoridades y fue detenido de forma pacífica y sin oponer ningún tipo de resistencia. Claramente era consciente de lo que había hecho y estaba dispuesto a pagar el precio de sus acciones.

Como habéis podido comprobar, no estoy absolutamente loco: comer palomitas de forma molesta en el cine puede desatar los instintos más primitivos de los espectadores. Yo personalmente jamás me vería capaz de disparar a alguien por ello, pero sí es cierto que le llamaría la atención. Si el susodicho no me hiciese caso, entonces procedería con una silenciosa salida de la sala porque, de lo contrario, cogería manía a la película que estuviese viendo. Y eso es algo que quiero evitar desde cierto incidente con El Último Samurái (pero esa es otra historia).

Ya sabéis: tened cuidado, estudiad la Guía Palomitera y comportaos como buenos compañeros de cine.


Jerry.

[Si creéis que la historia me la he inventado, os aconsejo que os leáis la noticia aquí].

2 comentarios:

  1. En un momento de tensión, por esa película yo también habría matado de haber sido necesario

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