Martes Criticón: Moonrise Kingdom

Cuando acudí al cine a ver Moonrise Kingdom me encontré con una amiga del colegio, y yo, tan cinematográficamente cotilla como siempre, le pregunté qué película iba a ver. Después de decirme que iba a ver la gamberra Project X, me preguntó qué película había escogido yo. Al contestarle, se le escapó una mueca que mostraba que, claramente, no había oído hablar de mi acertadísima elección.

Yo no supe cómo ¿justificar? que iba a ver una película llamada Moonrise Kingdom y lo único que se me ocurrió decir, y que considero desafortunadamente cierto, fue: “La acaban de estrenar… y además no es cine comercial”.

● Año: 2012

● Director: Wes Anderson

● Cast: Jared Gilman, Kara Hayward, Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, Jason Schwartzman, Bon Balaban.

● Música: Alexandre Desplat

● Duración: 94min

Hasta ahora la única película que había visto de Wes Anderson era Viaje a Darjeeling, un filme que trata de cómo tres hermanos emprenden un “viaje espiritual” disparatado a la India. Sin embargo, y pese a las buenas críticas que había leído por aquel entonces, no me gustó nada. No sé si se debió a que yo sólo tenía 17 años y aún me estaba iniciando en este mundo del séptimo arte, a que fue mi primera (y última) cita en el cine con la que por aquel entonces era mi novia, o a si realmente la película era mala. No tengo ni idea. Pero lo que sí sé es que, a partir de entonces, le cogí cierta tirria a Wes Anderson y, por ello, me resistí a ver Fantastic Mr. Fox, un filme que después de haber visto la increíble Moonrise Kingdom está encabezando mi lista de “Películas Pendientes”.

Moonrise Kingdom es una película que nos introduce en la vida de dos chiquillos de aproximadamente 12 años que se enamoran y deciden fugarse juntos: ella escapa de su casa y él del campamento de boyscouts al que acude todos los veranos, desatando así una divertidísima aventura en la que se verán involucrados los padres de la chica, una tropa de boyscouts liderados por el jefe del campamento del chico, un perro llamado Snoopy, el policía de la Isla en la que tiene lugar la trama y… los servicios sociales. 

La verdad es que cuando vi el trailer, hace ya mucho tiempo, lo único que me hizo pensar en ir al cine fue el colorido de la película. La trama no me pareció nada del otro mundo, y si lo hizo se me olvidó, así que, con cierta pereza, acudí al cine sin saber exactamente qué esperar. Sabía que Wes Anderson estaba tras las cámaras, hecho que me echaba mucho para atrás, pero presentía que, a pesar de no tener ni idea de lo que me iba a encontrar, la película me iba a gustar.

Y así fue: cuando la película comenzó pude apreciar inmediatamente un estilo de hacer cine poco convencional que hizo que prestase más atención. Y, poco a poco, me fui dando cuenta de lo muchísimo que me estaba gustando.

Los divertidísimos y entrañables personajes, el fantástico trabajo de todos los actores y actrices, la trama tan sumamente tierna y entretenida, el manejo de la cámara, el guión tan humorístico e inocente… Todo. No quería que acabase: quería que la película durase toda la noche porque, además de entretenerme, me estaba haciendo recordar lo que es ser un niño, lo que es creer en tantas cosas y lo que es tener ilusión.

Por si no fuesen suficientes las grandes actuaciones de todos y cada uno de los integrantes del reparto, o la historia no os resultase lo suficientemente tierna como para ablandar el corazón del espectador y hacerle recordar sus antiguos amores infantiles, esta película cuenta con una banda sonora de matrícula de honor. Alexandre Desplat (a quien ya conocemos por, por ejemplo, la BSO de las dos últimas películas de Harry Potter) consigue que esta historia goce de una música de fondo perfecta y mágica que reúne todo lo necesario para que queramos ser niños y vivir una aventura tan graciosa como esta.

Al salir del cine, saqué el móvil y escribí un tweet en el que explicaba que nunca antes me había sentido así al ver una película, que nunca había comprendido a la gente que decía que un filme era “pura poesía”… Hasta ahora.

Moonrise Kingdom es una de las mejores películas que he visto en mi vida. Es cine de verdad, es poesía hecha fotogramas… Es increíble en todos sus aspectos.

No os la perdáis.

●Te gustará si: disfrutas con una película de aventuras infantiles con un excelente reparto, un perfecto guión, una BSO de infarto y dirigida de una forma extremadamente peculiar pero del todo satisfactoria.

● No te gustará si: tu alma infantil está tan recluida que ya no recuerdas qué se sentía al ser un niño de 12 años.

Jerry