Es mundialmente sabido que el
día en el que uno termina los exámenes, algo grande ha de ocurrir. Hay gente
que opta por irse de compras para gastar el dinero acumulado durante ese periodo
de encierro académico, algunos deciden nutrirse con una buena dosis de
alguno de sus hobbies (como puede ser el cine) y, finalmente, hay otros que
tienen clarísimo que esa noche van a festejar la ocasión como nunca.
Además, hay gente como yo que
no se limita a una de esas actividades, sino que deciden ir más allá: a pesar
del sueño acumulado y del desgaste físico y mental de tanto estudiar, se van de
compras, al cine y salen de fiesta. Y por si no fuera ya demasiado, se van al
preestreno de la película más gamberra y obscena de este verano: Project X.
● Año: 2012
● Director: Nima Nourizadeh
● Cast: Thomas Mann, Oliver Cooper, Jonathan Daniel
Brown, Kirby Bliss Blanton, Alexis Knapp, Dax Flame.
● Música: Varios Artistas
● Duración: 88min.
Sí, ayer acudí al preestreno
en Kinépolis de Project X, una
producción del responsable de Resacón en
Las Vegas que nos invita a la mayor fiesta adolescente de la historia del
cine: dos pardillos de diecisiete-dieciocho años deciden organizar una fiesta
de cumpleaños a su amigo Thomas en su casa. El objetivo de la fiesta es
volverse populares, para lo cual deben invitar a todo el que puedan, disponer de
cantidades astronómicas de alcohol y atraer a hordas de chicas con las que
puedan…intimar.
Siendo totalmente sincero, fui
al preestreno sólo porque se trataba de cine gratis. No soy para nada fan de
las famosísimas películas de Resacón en
Las Vegas (que me parecen películas ridículas que ni siquiera hacen gracia)
y pensaba que esto sería más de lo mismo. Pero bueno, era cine gratis, así que
decidí ir e intentar disfrutar lo máximo posible de la película.
A pesar del inicial choque traumático
con el pésimo doblaje, desde un primer momento la película me resultó bastante
interesante: la forma en la que está grabada es en la polémica primera persona
que, en este caso concreto, es absolutamente perfecta. Queremos ver una grandiosa
fiesta que nos hará más gracia si parece, dentro de lo que cabe, relativamente
real: la primera persona nos ofrece un gran porcentaje de ese realismo a pesar
de las situaciones absolutamente imposibles de la película.
Y es que te lo crees. Te ves envuelto
en la fiesta del jovencísimo e iluso Thomas, rodeado de americanos sedientos de
alcohol y de mujeres en celo, con la música a tope y un grupo de personajes psicológicamente,
u hormonalmente, alterados. Entonces, la fiesta va degenerando, van apareciendo
situaciones más absurdas e imposibles, pero te lo crees porque tú estás en esa
fiesta y lo estás viviendo. La realidad de la película emerge de la pantalla y
te envuelve de una manera asombrosa gracias al volumen de la música, a los ocasionales vídeos grabados por móviles o a que el “cameraman” de la fiesta es un chico que
apenas habla (por lo que te olvidas de que existe), y entonces está claro: tú eres el espectador y el testigo de la
película. Tú grabas.
Admito que hacía tiempo que no
me lo pasaba tan bien en el cine. La película es una guarrada, tiene momentos
en los que desearías no estar sentado en ese cine con una señorita a tu derecha
o con un padre de familia a tu izquierda, pero el filme es una fiesta tan
sumamente entretenida que te conquista. Es una apuesta ganada si tú has vivido
una fiesta en condiciones porque, inevitablemente, algo de la película te va a
recordar a una experiencia previa. Y eso gusta, gusta mucho.
Si me quedo con algo de la
película es con los momentos en los que sólo suena música y ves cómo los
protagonistas bailan, se acurrucan con jovenzuelas, saltan, beben, fuman… Y si
además añades secuencias como en la que los tres protagonistas están tirados en
el suelo o como el descubrimiento de un intruso de estatura escasa, personajes como los guardias de seguridad o el
cameo de Jimmy Kimmel, entonces para mí esta película ya tiene muchas razones
para ser re-visionada.
Es un disparate.
Es una salvajada. Es animal. Es guarra hasta más no poder. Es de calidad
cinematográfica cuestionable. Pero, ¿qué más da? Es una fiesta, y en las
fiestas siempre algo se descontrola. Así que, teniendo en cuenta que esta
película es la “fiesta de las fiestas”, todo tiene que exceder lo
políticamente correcto y sobrepasar los límites de los límites.
En definitiva, si te gusta el
ambiente nocturno descontrolado…esta es tu película.
●Te
gustará si:
tienes ganas de irte de fiesta. Project X
es un grandísimo homenaje a todas las fiestas que has tenido, que tendrás y que
desearás tener.
●
No te gustará si:
por algún casual vas al cine con tus padres, si no te gustan las sobredosis de
frontales femeninos o de situaciones “íntimas” o si estás buscando una película
de extrema calidad cinematográfica.
Jerry
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