Ryan Gosling era uno de esos
actores que, hace años, me daba una pereza tremenda por haber sido el
protagonista de El Diario de Noa.
Todas las chicas hablaban de esa película como si fuese un ejemplo a seguir
para los hombres (he llegado a leer el comentario “It’s called The Notebook beause guys should be taking notes” Ugh)
y, todos sabemos qué opino de las malditas comedias románticas o de los dramas
cómicamente románticos.
Sin embargo, hace dos
Navidades, acudí al cine a ver Drive
y, desde entonces, Ryan Gosling para mí es de lo mejorcito que hay ahora mismo
en Hollywood. Por ello, y ante un trailer más que eficaz, decidí aventurarme
con The Place Beyond the Pines, fatalmente
traducida a “Cruce de Caminos”.
● Año: 2013
●
Director:
Derek Cianfrance
●
Cast:
Ryan Gosling, Eva Mendes, Bradley Cooper, Ray Liotta, Ben Mendesohn, Rose Byrne…
●
Música:
Mike Patton
●
Duración:
140min.
Cruce
de Caminos
es un drama criminal que cuenta una historia tan sumamente compleja que, aunque
uno vea el trailer una y otra vez, es prácticamente imposible de descifrar. Por
ello, cuando uno se sienta en la sala del cine y comienza a entender sobre qué
va a girar el epicentro temático, la sorpresa es mayor de lo que os podáis
imaginar.
En resumidas cuentas, la nueva
película del director de Blue Valentine,
nos introduce en una sórdida historia de cómo los actos de unos padres van a
determinar de forma inevitable los porvenires de unos inocentes hijos. En este
contexto, y de forma evidentemente enlazada, tenemos a un motorista de feria,
un policía novato, dos desgraciadas mujeres y dos críos que deberán pagar por
la carga que sus progenitores han cimentado sobre sus hombros.
Con esa premisa, Derek
Cianfrance nos sumerge en la que probablemente sea la más profunda América estadounidense:
un mundo solitario, grisáceo, lleno de crímenes, corrupción y drogas, que difiere
de forma abismal de esa realidad estadounidense que a todo habitante del otro
lado del charco se le inculca a través de los medios de comunicación. Y es que
el lugar más allá de los pinos
resulta ser un mundo desolador en el que parece que esa alegría tan bien
descrita en el teórico sueño americano es inalcanzable.
Esa alegría es sustituida por vidas
sin rutina, emociones gastadas, familias rotas, críos condenados y moralidad
cuestionable, plasmada en unos personajes fascinantes que, además, son
espectacularmente interpretados por Gosling, Mendes y Cooper. Unos personajes
que viven en un bosque de pinos que, a su vez, abraza las carreteras que
Gosling – así como sus compañeros de reparto – recorrerán en unas secuencias
que deberían ser consideradas obras de arte por su inexplicable capacidad de
hipnotizar.
Sin embargo, Cruce de Caminos tiene un badén en la
carretera que hace que, en un momento determinado del filme, el espectador
comience a revolverse inquietamente en su butaca por la pérdida de magia
hipnotizante que tanto terreno conquista en el primer tercio del filme. Y es
que, paradójicamente, el segundo tercio de la película – a pesar de ser clave
para el desarrollo de la trama y de contar con un componente muy importante del
filme – hace demasiado frustrante el giro de temática que toma la historia.
Pero que no cunda el pánico
porque, pese a que nuestra impaciencia pueda llegar a rozar el disgusto en el
momento en el que el acto final del filme comienza, el espíritu más puro de Cruce de Caminos resurge de las aparentemente
eternas sombras para hacerse evidente en un desenlace perfecto. Un desenlace
cuyos últimos minutos, seguidos por un inmenso y dramático Bon Iver, te dejan
clavado en la butaca mientras le das vueltas a la historia de tu vida, de tus
padres y del legado afortunado que, por lo menos yo, he tenido.
Por cierto, soberbios los
temas musicales The Snow Angel (Mike
Patton), Ninna Nanna Per Adulteri (Ennio
Morricone) y The Wolves (Bon Iver).
●Te
gustará si:
disfrutas de los – cada día mejores - trabajos de Ryan Gosling, de un filme con
una temática complejísima y digna de reflexión, o de profundas historias de
padres, hijos y legados.
●
No te gustará si:
eres de los que pierde la paciencia en películas con un segundo acto más
irregular.
Jerry
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