Viernes Criticón: Everest

En las últimas semanas he estado tan ocupado salvando vidas de pacientes que vienen a la urgencia del hospital por dolores en el costado derecho de dos años de evolución, resacas mal toleradas, y molestias abdominales que son claramente imprevisibles a pesar de ser consecuencia de la ingesta de tres malditos perritos calientes para cenar, que no he tenido ni el ánimo ni las fuerzas para visitar mi segunda casa y/o dedicar más tiempo a Malditas Críticas de Cine.

Y es que, además de que el sanitario pierde un día entero estando de guardia, su estado general al día siguiente es tan lamentable que hasta el despertar de una austera siesta post-almuerzo conlleva una de las más auténticas desorientaciones temporo-espaciales que se hayan presenciado en la querida planta hospitalaria en la que trabajo.

Y como que ir al cine en pleno delirium no es plan, ¿no?

● Año: 2015.

● Director: Baltasar Kormákur.

● Cast: Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Emily Watson, Keira Knightley, Jake Gyllenhaal, Robin Wright, Sam Worthington.

● Música: Dario Marianelli.

● Duración: 121min.

En fin. A pesar de que la oferta de la cartelera últimamente no me esté pareciendo del todo atractiva, el otro día saqué fuerzas para ir al cine. Estuve barajando la posibilidad de ir a ver lo nuevo de Shyamalan (por eso de que MCDC está en pleno ciclo de películas de terror) pero al final decidí atreverme con un drama que, muy probablemente, me iba a arrancar alguna lágrima: Everest.

La trama de lo nuevo de Baltasar Kormakur, un islandés del que no había oído hablar antes, gira en torno al terrible suceso que tuvo lugar en Mayo de 1996 en los mismísimos lomos del gigante llamado Everest: esa montaña localizada en Nepal que mide cerca de 9000 metros y que ha sido la responsable de múltiples accidentes entre los que figura el llamado “desastre del 96”.

Basándose en los testimonios de los supervivientes de aquella expedición, gran parte de ellos recogidos en libros como Into Thin Air de Jon Krakauer, Kormákur se atrevió a trasladar a la gran pantalla la historia de una tragedia que probablemente haya reabierto el justificado debate sobre las temerarias situaciones a las que el ser humano se expone de forma imprudente por el más puro placer.

En aquel fatídico Mayo de 1996, un grupo de alpinistas formado por aventureros más o menos experimentados hizo precisamente eso: se apuntó a las disparatadas expediciones que compañías como Adventure Consultants o Mountain Madness organizaban por el módico precio de, aproximadamente, sesenta y cinco mil dólares. Lo que estos alpinistas no sabían era que, a pesar de contar con la presencia de guías altamente especializados, la propia montaña, influida por la hasta cierto punto previsible meteorología, iba a traicionar toda ilusión que tuviesen de contar lo fantástico que es contemplar la Tierra desde la cima de la montaña más alta del mundo porque, desgraciadamente, su expedición se vio asolada por una tormenta de nieve que acabó con la vida de ocho personas.

La película, que sobre todo brilla por el excelente trabajo que llevan a cabo casi todos los miembros de su reparto (con especial mención a Brolin, Clarke y, como siempre, el gran Gyllenhaal), no deja de ser interesante por eso de que está basada en hechos reales. Sin embargo, y ejerciendo como abogado del diablo, la excelente música de Marianelli no fue lo suficientemente efectiva como para aliviar la frialdad en la que me dejó sumido Everest.

A pesar de que la historia sea desgarradora, de que reavive la llama del debate sobre las actividades de riesgo y la responsabilidad de los temerarios que se atreven a ejecutarlas, y a pesar de que tanto la banda sonora como las actuaciones sean bastante resultonas, Everest se queda en un drama interesante que no es todo lo emocional que podría haber sido. Da la sensación de que el rodaje estuvo apurado, de que no hubo tiempo para cerrar con suficiente efectividad algunas de sus historias, y de que los realizadores no intentaron sacar un poco más de partido a la fotografía que una leyenda como el Everest les podría haber aportado. Por lo tanto, y aunque salí del cine satisfecho, no creo que este filme vaya a pasar a la historia.

Pero creo que es de lo mejorcito que hay en cartelera ahora mismo, para qué mentir.

●Te gustará si: eres un fanático de las películas basadas en hechos reales.

● No te gustará si: crees que su componente emocional va a ser su punto fuerte y que las historias de los personajes (reales) van a estar bien cuidadas y atentamente perfiladas.

Jerry

Imágenes vía Screenrant & Variety.

Póster de IMP Awards.