Menos mal que, por motivos
académicos, Malditas Criticas de Cine
se ha visto sumida en unos Malditos Servicios Mínimos improvisados que me han
impedido completar mi segunda oscarizada entrada
comentando los premiados en la 85ª ceremonia de los
ya-mencionados-y-que-no-quiero-volver-a-mencionar premios.
Menos mal porque, de haberlo
hecho, habría pasado por alto una película que aún no había visto debido al
retraso que ha sufrido su estreno en España: El Atlas de las Nubes, el nuevo trabajo de los hermanos Wachowski (hombre
y mujer – que conste en acta) y Tom Tykwer (a quien ya conocemos por su bestial
historia de Paris Je T’aime).
Y es que, una vez más, la venerada
Academia me ha decepcionado mucho más de lo que os podáis imaginar.
● Año: 2012
● Director: Lana Wachowski, Andy Wachowski, Tom Tykwer
● Cast:
Halle Berry, Tom Hanks, Jim Broadbent, Hugo Weaving, Jim Strurgess, Doona Bae,
Ben Whishaw, James D’Arcy, Zhou Xun, Keith David, David Gyasi, Susan Sarandon,
Hugh Grant.
●
Música:
Tom Tykwer
●
Duración:
171min
La familia Wachowski ya
demostró tener un espléndido arsenal de imaginación a la hora de llevar a la
gran pantalla historias imposibles como Matrix.
Sin embargo, estos dos hermanos dieron un pequeño traspié con Speed Racer del que ahora se recuperan
volviendo a la cartelera con uno de los proyectos más ambiciosos y
espectaculares que he presenciado en una sala de cine.
El
Atlas de las Nubes
es una película bastante difícil de describir. Se podría decir que su trama
gira en torno a la idea de cómo todas nuestras acciones en el presente van a
ser las catalizadoras de una reacción en cadena en el futuro, al mismo tiempo
que son el resultado de otro evento del pasado. Así, se nos introduce en las aventuras de múltiples personajes – cada cual más sorprendente – cuyas vidas están
ciertamente interconectadas a pesar de que se estén desarrollando en
tiempos muy distintos.
A pesar de lo que os pueda
parecer, El Atlas de las Nubes no sólo brilla por lo increíble que es la propuesta, ni por
la intensidad que todas y cada una de las seis historias interconectadas tiene.
Esta película - cuya trama podría ser imposible de comprender - reluce y ciega al público porque está presentada
de tal forma que a todo espectador se le garantiza, no sólo que vaya a poder
seguir el hilo conductor de la trama con una facilidad casi repelente, sino que
los detalles de la película, en los que normalmente uno no se fija, están ahí –
delante de tus narices – y así uno consigue disfrutar del filme sin tener que
estrujarse el cerebro para hallar las respuestas a las preguntas que se le van planteando. Aunque no me malinterpretéis: no es, bajo ningún concepto, una película de
encefalograma plano.
Y es que, si El Atlas de las Nubes no es una película
de esas en las que se puede prestar más atención a cómo el pesado de la fila siete tose en lugar de a la propia trama, esto se debe a que, además de que la trama del
filme es bastante peculiar y uno debe mantener los ojos abiertos si quiere
enterarse de todo, los actores van a jugarnos una mala pasada.
Esto es así
porque cada miembro del reparto no va a interpretar a un solo personaje, sino a
muchos. Tom Hanks, por ejemplo, será un escritor, un científico, un médico y un
hombre rural en cuatro líneas temporales distintas y, aunque la película juegue
con el tema de las “vidas pasadas”, ese
no tiene que ser nuestro principal objetivo de atención. La atención debe fijarse en los testimonios de los protagonistas, en el poderío visual de los fotogramas y en esa forma de saltar de una época a otra que parece tan simple y que, sin embargo (y lanzando un órdago a grande), estoy seguro de que fue un trabajo complejísimo.
Sin lugar a dudas estamos ante uno de los filmes épicos más
impresionantes de nuestro tiempo. Y digo “épico”
porque, a pesar de que una de las historias consista en las andanzas de un
gracioso anciano, ¿acaso no estamos ante, no sólo una, sino seis historias de
aventuras llenas de héroes y heroínas que luchan por lo que quieren, por lo que
creen y que se enfrentan a inimaginables peligros? ¿Es que no es épico que en una
sola película se nos presenten seis películas distintas?
Sí, señores, han leído bien. Cuando
salí del cine, parte de la euforia que recorría mis arterias se debía a que me
daba la sensación de que acababa de ver seis películas distintas, de seis
épocas distintas, con un mismo reparto y una misma intención. Una verdadera maravilla que, a mi parecer,
es – y será – envidiada por muchos otros profesionales de la industria.
El Atlas de las Nubes no es sólo el resultado de un excelente trabajo de edición, una dirección - repartida entre tres directores - asombrosa,
una banda sonora que te deja sin habla, una fotografía impresionante y unos
efectos visuales merecedores de mayor prestigio.
Esta película es el resultado final de un mejunje
de soberbios elementos cinematográficos que, además, cuenta con un trasfondo filosófico y
sentimental que desborda.
Y, pese a todo esto, esta adaptación a la gran pantalla fue la grandísima
olvidada de los Premios Óscar. Una razón más para expresar mi más absoluto asco
hacia una estatuilla que, cada año, me recuerda cómo en este mundo lo que
mueve es el contacto, el enchufe, y el interés.
Pero, por favor, no dejéis de ver esta obra de
arte.
●Te
gustará si:
disfrutas con un filme épico hecho y derecho, lleno de acción, de reflexión, de
efectos visuales impresionantes y de una banda sonora que sobrecoge.
●
No te gustará si:
las películas que duran más de dos horas no son tu fuerte.
Jerry
Sí, la verdad es que esta película es flipante en todos los aspectos. Lástima que no haya tenido el éxito que se merece.
ResponderEliminarSaludos
¡Estoy totalmente de acuerdo contigo, Mario!
EliminarAún no la he visto
ResponderEliminarYo te animo a que la veas!
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