A pesar de que Fincher optase
por cambiar un poco de registro al llevar a la gran pantalla la trágica historia de Benjamin Button o las aventuras del excéntrico Mark Zuckerberg, el
director de Perdida no dudó ni un instante
en volver a ese género del que es maestro: el thriller. Por lo tanto, cuando
vio la oportunidad de adaptar una historia tan oscura como la de la novela de Stieg
Larsson, Fincher se lanzó a por el proyecto.
Rodeándose de colaboradores
habituales como el director de fotografía Jeff Cronenweth, los editores Kirk
Baxter y Angus Wall, y repitiendo en sus filas los ya oscarizados – además de peculiares
– Trent Reznor y Atticus Ross, Fincher llevó a la gran pantalla la historia de Los Hombres que no Amaban a las Mujeres
sin demasiado éxito. A pesar de la brillante calidad de esta película, las
arcas de Sony no se llenaron todo lo que se esperaba y, desgraciadamente, la potencial
secuela se quedó en un limbo indefinido del que parece que no va a salir nunca.
Lo cual es una verdadera lástima.
● Año: 2011
●
Director:
David Fincher
●
Cast:
Daniel Craig, Rooney Mara, Christopher Plummer, Stellan Skarsgard, Robin
Wright, Steven Berkoff…
●
Música:
Trent Reznor & Atticus Ross
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Nominaciones a los Óscar: Mejor Actriz (Rooney Mara – Nominada),
Mejor Fotografía (Nominada), Mejor Montaje (Ganadora), Mejor Edición de Sonido
(Nominada), Mejor Mezcla de Sonido (Nominada)
●
Duración:
158min
A pesar de que el fenómeno literario Millenium se ha comparado en alguna ocasión con el de Cincuenta Sombras de Grey, la comparación no podría ser menos acertada. Para empezar, el público al que va dirigido cada saga es tan distinto que uno – sin ningún esfuerzo – puede entender las diferentes afluencias al cine entre ambas obras. Además, no sólo las temáticas de las novelas no se parecen en nada sino que, donde una de ellas devalúa la figura de la mujer pero la ensalza como “sumisa”, la otra se vale de un contexto sumamente misógino para hacer brillar a la joven que da nombre a la novela: the girl with the dragon tattoo.
En la primera entrega de esta aclamada
saga, el público conoce al desprestigiado periodista Mikael
Blomkvist y a la siniestra hacker Lisbeth Salander, dos curiosos
protagonistas que verán cómo sus vidas se cruzan a raíz de una investigación centrada en la desaparición de Harriet Vagner: un caso abierto que es mucho más enrevesado
de lo que inicialmente puede parecer.
Gracias al estilo habitual de
Fincher, Los Hombres que no Amaban a las
Mujeres se convierte de forma inmediata en un ejemplo más de cómo hacer un
buen thriller. Contando con un maestro de la fotografía, una iluminación
tétrica, sobria, y admirable, y utilizando las partituras de Reznor y Ross como
una herramienta más para transmitir lo perturbadora que resulta la
investigación en la que se sumen los dos protagonistas de esta historia,
Fincher trajo al mundo una película que, a pesar de no alcanzar el prestigio de
su reciente Perdida, bien podría ser
considerada superior a ésta.
Y es que no sólo las
actuaciones del reparto son de extrema calidad (tal y como
ocurría con Affleck y Pike), sino que además Fincher consigue que grabase en mi retina no sólo una brutal secuencia, sino múltiples. Así como en Perdida abrí de par en par mis
ojos con ese Technically Missing, en
esta ocasión sentí como los fotogramas de Fincher hacían desaparecer mi
oportunista sueño de forma continuada: sin dejarme bostezar ni pestañear. En Los Hombres que no Amaban a las Mujeres no tenemos un momentazo. Tenemos miles. Y son "momentazos" no sólo porque su edición sea magistral, sino porque además todos los ingredientes que hacen "buena" a una película se sincronizan y le dan un ritmo, un tono y una armonía admirables.
Quizás el problema de esta
oscura historia no sea su reparto, ni su fecha de estreno, ni su calidad.
Quizás la verdadera maldición de Los
Hombres que no Amaban a las Mujeres sea su propia esencia: el despiadado,
cruel y lúgubre mundo en el que sucede. Un mundo lleno de mujeres que no sólo
no son amadas por los hombres, sino que además son objeto de sus más perturbadas
fantasías sexuales y de sus ideales genocidas. Un mundo en el que los deshonestos
gigantes empresariales manejan los hilos de la información y consiguen hacer
fracasar al siempre bienintencionado periodista que sólo quiere sacar a la luz
pública la verdad. Un mundo de familias fragmentadas que permanecen unidas por
una sangre infestada de antisemitismo, odio y dinero.
Probablemente toda la culpa es del mundo en el que el
espectador se sumerge al ver la que para mí es la película más incómoda de
Fincher. Porque en este filme no
hay hueco para el buen gusto, ni el estilo. Hay dinero, pero es sucio y está manchado de
sangre. Hay poder, pero se gana con la inducción de terror. En Los Hombres que no Amaban a las Mujeres no hay piedad ni
escrúpulos. Es oscura y despiadada. Y quizás por eso no llegó donde tendría que
haber llegado.
Quizás esa sea la razón por la que
me voy a quedar sin ver la secuela de la que probablemente se haya convertido en mi
película favorita de Fincher.
●Te
gustará si:
disfrutas de un buen thriller o si eres, como yo, un fiel devoto al impresionante
estilo de David Fincher.
●
No te gustará si:
no estás dispuesto a ver el lado más oscuro del director.
Jerry
De esta trilogía la primera parte me gustó aunque reconozco que me gustó muchísimo más el libro, pero es que las dos siguientes están tan resumidas que pierde mucha información y trama y no me convencieron para nada.
ResponderEliminarUn saludo!