Martes Criticón | Passengers (2016)

Cuando, después de ver Passengers, revisé quienes habían sido sus creadores, no fue poca mi sorpresa al comprobar que su fotografía había corrido a cargo de quien acompañó a Iñárritu en muchos de sus trabajos, que la dirección la había tomado el responsable de la aclamada The Imitation Game (2014) y que su banda sonora – tal y como sospechaba – estaba firmada por Thomas Newman. 

Todos estos individuos, con carreras ya más que encauzadas, podrían habernos hecho creer que esta película sería al menos la mitad de brillante que sus anteriores trabajos. Al fin y al cabo, es bien sabido que si todos los engranajes que componen una obra son de cierta calidad, es probable que el resultado final corresponda. Aunque, a decir verdad, ese no es el caso de Passengers. Porque lo nuevo de Morten Tyldum tiene un terrible defecto: su historia.

● Año: 2016

● Director: Morten Tyldum
● Reparto: Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen, Laurence Fishburne.
● Guión: John Spaihts
● Dirección Fotografía: Rodrigo Prieto
● Banda Sonora: Thomas Newman
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Diseño de Producción (Nominada), Mejor Banda Sonora Original (Nominada)
● Duración: 116min

Pocos días antes de ver Passengers, asistí a una reunión familiar en la que se acabó hablando de cine. Si yo hubiese llevado las riendas de la conversación, jamás habría dejado que se definiese a Titanic (James Cameron, 1997) como “un peliculón”, porque este popularmente aclamado título, a pesar de contar con un último acto espectacular, no deja de ser una historia vulgar protagonizada por dos individuos cuyas personalidades fueron concebidas sobre una base de tofe que posteriormente quedó cubierta por una fina capa de canela. Pero, claro, es difícil desmontar argumentos mientras a uno le asfixia el trozo de solomillo que accidentalmente bloqueaba su vía aérea.

Recordando la conversación, no deja de parecerme curioso que precisamente un día antes de ver Passengers asistiese a aquel debate sobre el enredo amoroso de Jack y Rose. Y es que no sólo estamos ante dos de los melodramas más presuntuosos de los últimos diez años, sino que además, y a pesar de la distinta calidad de muchos de sus apartados técnicos, ambos fallan en construir una película que sea consistente. ¿Por qué? Por la falta de anclaje entre sus engranajes.

Así como Titanic toma prestado un contexto temático brillante para fallar a la hora de situar en él una historia de amor decente, Passengers patina al no dar importancia a la terrorífica situación que viven los dos jóvenes que despiertan noventa años antes de que la nave espacial en la que viajan llegue a su destino: una nueva colonia humana. Si digo esto es porque, alcanzada la mitad de su metraje, los responsables de su guión se volvieron absolutamente locos y se dedicaron a precipitar una serie de sucesos que no harían otra cosa que provocar el colapso total de la historia de Aurora y Jim, que con tanto cuidado había estado construyéndose momentos antes.

Porque sí, lo reconozco: la dinámica entre Jennifer Lawrence y Chris Pratt es buena. No pongo en duda que quizás esté influenciado por la fantástica campaña promocional de la película (en gran medida debida a la gracia que tienen los propios actores), pero alcanzado el comienzo de su último acto, lamenté que Passengers perdiese el control de la historia y decidiese echar a perder todo el componente emocional de su primera parte con un desenlace tan estúpido como la decisión de Rose de dejar que el pobre Jack muera congelado a pesar de que se había ganado un hueco en el trozo de madera sobre el que flotaba.

Y, ojo, porque no miento al decir que esto me parece una lástima. Además de que el trabajo de Thomas Newman me encanta, de que su diseño de producción es resultón, de que sus protagonistas me caen bien y de que la película tiene escenas de acción muy bien elaboradas (aunque a lo mejor demasiado cortas), Passengers al final queda destrozada por la falta de acoplamiento entre su historia y su contexto. Precisamente igual que Titanic. 

Ay los engranajes. 

●Te gustará si: eres un fan incondicional de las odiseas espaciales.

● No te gustará si: no crees que la química entre Lawrence y Pratt puede salvar a una historia que acaba estrellándose por su descuidada ambición. 

Jerry

Imágenes vía Collider

Póster de IMP Awards