viernes, 5 de abril de 2013

Viernes Criticón SIN Autocorrección: El Lado Bueno de las Cosas


Aprovechando que este martes se ha publicado la crítica de Winter’s Bone - filme que propulsó la carrera de Jennifer Lawrence - he decidido que sería bastante apropiado someter a análisis su última película, en la que Lawrence consiguió ganar esa estatuilla dorada tan demandada por muchos, poco reconocida por otros y cada día menos indicativa de calidad cinematográfica.

Y, bueno, una vez más, y como ya hice con la anterior película de Bradley Cooper (El Ladrón de Palabras), voy a optar por someter a crítica a El Lado Bueno de Las Cosas sin revisar la entrada ni una, dos, tres o cuatro veces (siendo tres el número de veces que habitualmente re-leo y modifico mis pedantes críticas).

Sin autocorrección, señores. Tirémonos a la piscina.

● Año: 2012
● Director: David O. Russell
● Cast: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert de Niro, Jacki Weaver…
● Música: Danny Elfman
● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Director (Nominado), Mejor Actriz (Jennifer Lawrence - Ganadora), Mejor Actor (Bradley Cooper - Nominado), Mejor Actor Secundario (Robert de Niro), Mejor Actriz Secundaria (Jackie Weaver), Mejor Guión Adaptado (Nominada), Mejor Edición (Nominada).
● Duración: 122min.


No sé si fue el ruido que las palomitas de mi amigo hacían al entrar en su boca lo que me hizo casi vomitar viendo El Lado Buena de Las Cosas o que realmente esa película es un truño hecho y derecho que, desde mi humilde y casi pedante punto de vista (me cago en la leche; la palabra pedante ya la he utilizado antes y no puedo autocorregirme), no tiene ni buenos diálogos, ni una trama mínimamente interesante, ni una estructura lógica y ordenada, ni un drama lo suficientemente dramático como para hacernos llorar. No tiene nada de nada.

No es comedia. No es drama. Es que ni siguiera es una maldita y caprichosa comedia romántica. Es un maldito híbrido que no encaja en ningún género y que se ha quedado reprimido en un limbo más oscuro que el que ya comentaron los jovencitos hijos de Nicole Kidman en Los Otros.

El Lado Bueno de Las Cosas no tiene nada de bueno salvo la presencia de actores muy agradecidos estéticamente hablando. Y, a decir verdad, y después de haber meditado mucho lo que voy a decir, Jennifer Lawrence no se merecía ese globo de Oro y CLARAMENTE tampoco la estatuilla esa dorada que cada día despierta en mi persona los más esperpénticos instintos salvajes.


Ya me lo habían advertido mis padres - vaya, aquí he tenido que corregir porque iba a decir mi verdadero nombre y, qué queréis que os diga, paso olímpicamente de hacerlo -: “Jerry, no vayas a verla porque no te va a gustar”. Pero Jerry, haciendo caso omiso y pensando que por una maldita vez mis padres no iban a tener razón en algo (y, bueno, admitámoslo; no me fío de nadie cuando de cine se trata), fui al cine.

Mi sorpresa comenzó en el momento en el que me di cuenta de que esta ñoña historia, protagonizada por dos enfermos psiquiátricos, iba  a tener como tratamiento de primera elección el amor verdadero. Pero vamos a ver, señores del altísimo Los Angeles, déjennos en paz y paaaaaren ya de darnos la tabarra con que el amor es la cura de toda enfermedad: eso es una falacia rellena de irónica hipocresía y bañada en una salsa procedente de las heces diarreicas que los bombones de San Valentín le dieron al pobre director.


Sin embargo, y dejando de ser tan catastrofista, hiriente y poco cuidadoso, si esta película ha recibido tantas nominaciones, si ha alcanzado tanta popularidad, y si a tanta gente le ha gustado, quizás el problema lo tenga yo. Quizás ese día no debí ir al cine porque no estaba lo suficientemente “concentrado” como para someterme a un filme cuya esencia no se hace evidente en el superficial primer visionado. O quizás la gente no tiene un maldito gusto cinematográfico establecido, fijo y universal. Porque, digáis lo que digáis, hay películas que son buenas y otras que no son buenas porque, demonios, la belleza de los ojos de Cooper, el morbo de Lawrence o la antigüedad de De Niro no hacen a un filme bueno. Y ya no se dónde quería ir a parar y no puedo corregir la cantidad de estupideces que acabo de decir.

En fin, honestamente jamás sabré si "vi mal" este bodrio o si de verdad merece ser defecado en una letrina (ya ni cisterna), porque paso olímpicamente de volver a ver la película; ese inestable y molesto manejo de la cámara, esos diálogos aburridos y esa trama futbolística y danzarina absolutamente efervescente (sí, señores, efervescente), hacen que mi interés por el revisionado se reduzca a menos siete.

Yo no le veo ni la magia ni tampoco un mísero lado bueno a esta película.

Y, después de entradas así, aún me sigo preguntando por qué no me contratan en Hollywood.

●Te gustará si: te gustan las comedias vulgares.

● No te gustará si: esperas un filme merecedor de una auténtica nominación a “Mejor Película”

Jerry

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