La semana pasada fue publicada la crítica de la segunda parte de la saga de El Señor de los Anillos, llevada a la gran pantalla por quien es uno de mis más admirados directores de cine: Peter Jackson.
Dentro de esta perfecta secuela, si tuviese que quedarme con un solo momento de la misma, éste sería el monólogo que Sam Gamyi (Sean Astin) protagoniza al final del metraje. En este monólogo, el fiel jardinero de Bolsón Cerrado habla sobre las historias que de verdad importan, la prevalencia del bien y de cómo ese bien anima a luchar contra la creciente oscuridad que asola la Tierra Media y que, aun siendo vencida, cambiará por completo el mundo tal y como lo conocen.
Como decía en mi crítica, si Sam no os parecía el mejor personaje de esta saga con sus intervenciones en La Comunidad del Anillo (¿"O te reviento, patas largas"?), con su fidelidad al cometido que Gandalf le encomienda, su infravalorada inteligencia e intuición, su extrema valentía y su supremo amor por la Comarca, al escuchar este fragmento de la película, no sólo lloraréis, sino que aplauderéis al mejor personaje de la Tierra Media.
Que la disfrutéis.
Jerry
Creo yo que sin Sam este Frodo no hubiera conseguido nada, el más fuerte ahí es Sam y le ayuda desde el principio hasta el final, yo vi en hbogo la película y es la que más me gusta de las tres, me gusta que se separen todos porque así conoces mejor a los personajes.
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