Cuando tenía once años tuve la
suerte de pasar un año en un internado localizado en plena campiña británica,
lejos de las prisas de la ciudad, rodeado de árboles y campos verdes por los
que al amanecer paseaban siniestros cuervos, e inmerso en la cultura y estilo
de vida anglosajón que tanta fascinación despierta en mí a día de hoy.
Fue en ese recóndito pueblecito
de Shropshire donde comprobé que Hogwarts no es la única escuela donde los
alumnos son seleccionados a distintas casas, donde aprecié lo extraño que es el horario que seguimos en la Península Ibérica, y donde me sorprendí por el increíble peso que tiene el arte dramático dentro del programa escolar británico. Tanto
es así, que las obras de teatro que se representaban en el colegio eran
producciones francamente ambiciosas y respetadas, que, por supuesto, tenían
un férreo carácter y tradición británica.
Y así acabé involucrado en la producción de
Macbeth, escrita por William
Shakespeare.
● Año: 2015.
●
Director:
Justin Kurzel.
●
Cast:
Michael Fassbender, Marion Cotillard, Paddy Considine, Sean Harris, Jack
Reynor, Elizabeth Debicki, David Thewlis.
●
Dirección Fotografía:
Adam Arkapaw
●
Banda Sonora:
Jed Kurzel.
●
Duración:
113min.
A pesar de todo el tiempo que
ha pasado desde que estuve ahí, aún soy capaz de recordar algunas citas de la
obra. Recuerdo el “Double double, toil and
trouble…” que posteriormente reconocería en la tercera entrega de la saga Harry Potter, el clásico “Macbeth, Macbeth, Beware Macduff… Beware the
thane of Fife” y el “Let every
soldier hew him down a bough and bear it before him” que entonaba –
precisamente – el personaje al que yo interpretaba.
Todos estos recuerdos, que no
habían tenido utilidad alguna hasta ahora, fueron los que me ayudaron a comprender el complejo Macbeth de
Justin Kurzel. Muy en contra de lo que me esperaba, los realizadores de esta
película – encabezada por dos actores principales que están francamente
arrebatadores – decidieron mantener el inglés original en el que la obra fue escrita a pesar de que eso inevitablemente se comportase como un riesgo para nada
desdeñable con respecto al bienestar económico de esta producción en las taquillas de los cines de
todo el mundo.
Y es que, como cabe esperar,
al público no le gusta tener que recurrir constantemente a los subtítulos
para comprender los entresijos de una trama tan compleja como es la de Macbeth: llena de profecías, sentimientos y
– digamos – juego de tronos. Por lo tanto, si tenemos en cuenta que a muchos de
los espectadores de habla española ya les supone un inmenso esfuerzo ir al cine
a ver una película en versión original, imagínense su potencial indignación
cuando se den cuenta de que este filme es, en caso de no contar con un manejo
extraordinario de la lengua inglesa o de no estar familiarizado con la obra de
Shakespeare, prácticamente incomprensible sin los subtítulos. Y eso,
lógicamente, no va a hacer que se hablen maravillas de ella.
Sin embargo, toda desventaja
se ve compensada, porque el Macbeth
de Kurzel es una de las mejores producciones de este año. Gracias al trabajo de Adam Arkapaw, al que aún no conocía a pesar
de su magnífica labor en Top of the Lake y
la primera temporada de True Detective,
cada uno de los fotogramas de la película se convierte en memorable: con ellos,
el espectador es transportado a una Escocia siniestra y oscura, capaz de
transmitir al espectador la furia, el deseo y la codicia de los personajes con
tan sólo paisajes o iluminación, y en la que el público alcanzará un extraordinario
clímax gracias a un último acto que es visualmente apabullante.
Y es que Macbeth es embriagadora. Durante su proyección fui capaz de
emborracharme con su cuidadísimo apartado visual, su desasosegante banda sonora,
la obscena calidad de las actuaciones por parte de un Fassbender y una
Cotillard a los que deberían conceder – como poco – una mísera nominación al
Oscar, y por una historia tan fascinante como es la de la obra de Shakespeare.
Imaginaos en qué estado llegué
a casa que, antes de haber terminado de escribir esta entrada, hice un pedido a
Amazon: Macbeth, Hamlet, Otelo y Julio César están de camino a casa por Navidad. En su inglés original.
●Te
gustará si:
quieres ser testigo de uno de los espectáculos visuales de la gran pantalla más
fascinantes del año 2015.
●
No te gustará si:
te niegas a tener que recurrir a los subtítulos para seguir la trama de la
película.
Jerry
Imágenes
vía Telegraph & TodoLiteratura
Póster
de IMP Awards
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