Sábado Criticón: El Renacido

Hace un año fui al cine a ver Birdman y, a pesar de que las críticas que había leído sobre ella brillaban por la exaltación de sus correspondientes redactores, mi opinión, en un principio entusiasta, quedó contaminada por la terrible injusticia que se cometió contra Boyhood en la 87ª edición de los premios Oscar. Fue en aquella insípida gala donde el vuelo de Iñárritu se llevó – entre otros muchos premios – aquel que le coronaba como mejor largometraje del año, eclipsando así a la joya de Linklater, cuyo trabajo - paradójicamente - había hecho historia.

No cabe duda de que Birdman es una buena película. Las actuaciones de los miembros del reparto son excelentes, la labor de Lubezki como director de fotografía es gloriosa, y la autocrítica que hace sobre el mundo del séptimo arte es hasta agradecida. Pero eso, muy en contra de lo que muchos piensan, no la convierte en “historia del cine”. “Historia del cine” es asumir la producción de una película cuyo rodaje va a durar doce años. “Historia del cine” es rodar una película en regiones inhóspitas de Argentina y Canadá, bajo condiciones meteorológicas adversas, y no recurrir en ningún momento a una fuente de luz que no sea natural.

Eso sí es historia del cine.

● Año: 2015

● Director: Alejandro González Iñárritu

● Cast: Leonardo DiCaprio, Tom Hardy, Domhnall Gleeson, Will Poulter…

● Dirección Fotografía: Emmanuel Lubezki

● Banda Sonora: Ryuichi Sakamoto & Alva Noto

● Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Director (Ganador), Mejor Actor (Leonardo DiCaprio - Ganador), Mejor Actor Secundario (Tom Hardy – Nominado), Mejor Fotografía (Ganadora), Mejor Diseño de Vestuario (Nominada), Mejor Edición de Sonido (Nominada), Mejor Mezcla de Sonido (Nominada), Mejor Maquillaje (Nominada), Mejor Efectos Visuales (Nominada), Mejor Edición (Nominada), Mejor Diseño de Producción (Nominada)

● Duración: 156min

El último proyecto de uno de los directores que durante los últimos años está ganando más renombre en Hollywood, ha llegado a las pantallas españolas con polémica. Así como hay quienes sitúan a El Renacido en un nivel muy superior al que alcanzó Birdman, otros la tachan de pretenciosa y poco original: ese “quiero y no puedo” que de vez en cuando se deja ver en los Oscar y que, inevitablemente, recuerda a la sobrevalorada – pero en su momento aclamada - 12 Años de Esclavitud.

Muy en contra de lo que le sucedió a la cinta de McQueen, la obra de Iñárritu no sólo se acerca al veintiocho de Febrero con un respaldo crítico mucho más sólido que aquel que retroalimentó a un filme políticamente correcto, sino que, además, y como ya he dejado caer, El Renacido ha pasado a formar parte de la historia del cine: por la osadía de Iñárritu, el talento de Lubezki, el exquisito toque de Hardy y la perseverancia de DiCaprio. Y eso, señores, hay que tenerlo muy en cuenta.

Este nuevo trabajo de Alejandro, inspirado en los sucesos reales que - allá por el s.XVIII - atormentaron a un frontiersman llamado Hugh Glass, cuenta la historia del renacer de un padre que, abandonado en algún recóndito lugar de Dakota del Sur y cegado por un ferviente sentimiento de venganza, recorre la inhóspita región bañada por el río Missouri para dar caza a aquellos que le han traicionado.

Tal y como defienden muchos de los detractores de la película, la historia de El Renacido puede no destacar por su originalidad. Sin embargo, eso no supone que el filme en sí mismo no pueda erigirse como uno de los mejores títulos del año 2015. Pues, además de que estamos ante una película visualmente embriagadora que, encima, posiblemente permita la coronación de DiCaprio como el mejor actor del año, El Renacido se comporta como una espectacular reflexión sobre la condición humana, los salvajes y primitivos impulsos que en ocasiones la gobiernan, lo cruda y hermosa que es la convivencia con la naturaleza, y lo desolador que resulta contemplar cómo los seres humanos, cuando estamos en grupo, regimos nuestra conducta por el sentimiento que un colectivo nos impone en lugar del que el propio “yo” nos dicta.

Y es que Iñárritu lo sabe bien: la venganza es un plato que se sirve frío. Un plato salvaje, lleno de fuerza, que no entiende de sentimientos y que sólo habla el idioma de lo puramente visceral. Un plato servido en un impoluto recipiente blanco, impregnado de una salsa roja con virutas de oscura esperanza, odio e intransigencia. Un plato que, una vez digerido, calma a la bestia que una vez pensó que la venganza sería su única salvación. A la bestia de Iñárritu: ese director que nos trajo joyas como 21 Gramos, polémicas como Birdman y venganzas como El Renacido.

Una venganza que me ha hecho bajar la cabeza y admitir que, ahora sí, Alejandro ha hecho historia.

●Te gustará si: disfrutas del buen cine de aventuras en el que el idioma visual cobra más sentido del habitual gracias a la osadía de Iñárritu, a la excelencia del dúo DiCaprio-Hardy y a un Lubezki que, como siempre, está arrebatador.

● No te gustará si: para ti la originalidad de una historia debe ser la base sobre la que se construya una película.

Jerry

Imágenes vía FoxMovies & Screenrant

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