martes, 21 de junio de 2016

Martes Criticón | Buscando a Dory

A pesar de que Pixar es una de las mayores minas de oro en cuanto a creatividad cinematográfica se refiere, también le tenía que llegar su hora. Desde hace unos años, la compañía que se dio a conocer en 1995 con la revolucionaria Toy Story ha caído en la agridulce tendencia de ofrecer al público más secuelas que títulos originales. Y es que en los últimos cinco años, la pastelería de John Lasseter ha horneado cuatro secuelas y tres filmes originales, de entre los cuales sólo uno se ganó el absoluto aplauso del público.

Sí, poca gente quedó satisfecha con Brave (Mark Andrews & Brenda Chapman, 2012) o The Good Dinosaur (Peter Sohn, 2015), y aunque este hecho no quiera decir que sean mejores o peores películas, sí invita a una reflexión por eso de que Inside Out (Pete Docter, 2015) consiguió alzarse con los 860 millones de dólares en recaudación, frente a los “pobres resultados de sus hermanos de sangre (540 y 330, respectivamente)... Unos datos que son, lamentablemente, inferiores a los de las secuelas estrenadas en ese mismo lustro.

¿Le pasará algo a Pixar?



● Año: 2016
● Director: Andrew Stanton
● Cast: Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Hayden Rolence, Ed O’Neil, Kaitlin Olson, Ty Burrell, Diane Keaton, Eugene Levy.
● Dirección Fotografía: Jeremy Lasky
● Banda Sonora: Thomas Newman
● Duración: 103min


Siguiendo la estela de viejas glorias como Toy Story y Monsters S.A., las aventuras de los peces más famosos de la gran pantalla no se podían quedar sin una segunda parte. Por eso, Andrew Stanton – explotando una presunta idea que tuvo hace años – decidió encargarse de la resurrección de su grandioso debut en Pixar para alcanzar la gloria con la que se hizo la fantástica Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010) o para llegar el infierno siguiendo los pasos de Monsters University (Dan Scanlon, 2013). Y así nació Buscando a Dory.

A pesar de que toda secuela al principio genera desconfianza, teniendo un currículum como el del Sr. Stanton, muy pocas cosas podían salir mal: los personajes ya eran queridos por todos, el océano había demostrado ser un lugar lleno de potencial para desarrollar historias, las dos anteriores películas del director eran apasionantes (siendo Buscando a Nemo de mis favoritas) y el título de la secuela centraba los focos en uno de los personajes más memorables de la casa: Dory. ¿Qué podía pasar?



Desde el primer momento en el que buceamos en las profundidades del océano con esta nueva aventura, sentimos que Pixar, al querer jugar con nuestras emociones, no sólo está recurriendo demasiado a un pezqueñín entrañable, sino que además lo hace con sobrada insistencia. Y es que Buscando a Dory, al centrarse en la odisea que ella misma emprende para encontrar a sus padres, termina dedicando gran parte de su metraje a esa caprichosa herramienta llamada flashback.

Entre flashback y flashback, acompañaremos a los protagonistas hasta la costa de California, donde acabarán en un Instituto de Protección Marina en el que se encontrarán con nuevos personajes (cuyas branquias, a pesar de que ser encantadoras, no respiran con la frescura con la que sí lo hacían las de los personajes de Buscando a Nemo), vivirán nuevos - y agradecidos - disparates, nadarán al ritmo de un siempre brillante Newman, y conseguirán arrancar carcajadas a un público que no sólo pide reír, sino también llorar: algo que desgraciadamente se ve limitado por un ritmo irregular precisamente interrumpido por los enternecedores - pero a veces molestos - flashbacks, que sacan a uno de la historia para contextualizar (y, ya de paso, justificar) los eventos de esta nueva montaña rusa marítima.


Vi Buscando a Dory en un momento que para mí no era para nada sencillo: tenía las emociones a flor de piel y, a pesar de que entré en la sala dispuesto a desatarme - emocionalmente hablando - tanto como hice cuando vi Inside Out o Toy Story 3, los pelos de mis brazos apenas se pusieron de punta, la lágrima no cayó, y las risas no fueron lo suficientemente intensas como para eclipsar a las que sí experimenté con otros títulos del gigante llamado Pixar.

Pero, todo hay que decirlo: siempre es un placer volver al universo oceánico de Nemo. Sobre todo si, al volver, la banda sonora es de Newman. Una banda sonora que, acompañada con el especial (y siempre bien recibido) coro de pequeñajos que ríen, comentan y se quejan mientras ven la película, hacen de la experiencia de ir al cine algo mágico.

Algo tan mágico que uno, al salir de la sala, sólo es capaz de respirar hondo y dar las gracias por haber presenciado algo tan especial capaz de dar un toque de esperanza y ánimo a las a veces monótonas - pero siempre finitas - vidas que vivimos. 

●Te gustará si: quieres darte un chapuzón en un océano lleno de criaturas fantásticas, acompañando a tres de los personajes más queridos de Pixar, para vivir una aventura divertida y, al final del día, mágica.

● No te gustará si: crees que vas a experimentar algo similar a lo que viviste hace unos años viendo Toy Story 3.


Jerry
Imágenes vía Screenrant.
Póster de IMP Awards

6 comentarios:

  1. Tengo muchísimas ganas de verla ya que es mi personaje favorito Disney.

    La Estupenda

    Kiss

    ResponderEliminar
  2. Hola! Tengo muchas ganas de verla! Gracias por la crítica!

    Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡De nada! Gracias a ti por pasarte por aquí tan frecuentemente ;)

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  3. Submarinos saludos Jerry.

    Voy con SPOILERS... avisados estais.

    A ver, Buscando a Dory, es una película bastante solvente del estudio de la lamparilla, con una carga emotiva como una catedral y un apartado técnico inigualable (el océano nunca se vio tan azul como en esta peli). Pero tal como lo esperaba, no logra grabarse a fuego en mi como si lo hizo la original, y creo que básicamente son dos los problemas culpables de que, a pesar de ser una película maravillosa, no termine siendo entrañable como su predecesora.

    Primero, estoy totalmente de acuerdo contigo con respecto a que el guión trata casi desesperadamente de hacerte sentir mal por Dory y su destino, reiterandonos una y otra vez en flashbacks un hecho que la primera película trataba acertadamente de evitar: presentarnos a Dory como un personaje con una minusvalía... Pobre Dory y su falta de memoria a corto plazo una y otra vez. En Buscando a Nemo, era Nemo precisamente el minusválido e indefenso infante que termina encontrando la fortaleza y ganado la confianza de su padre. Pero en ésta, Dory es pintada como la pobre e indefensa minusválida y algo dentro de mi se niega a ver al personaje de ese modo por mucho recuerdo de grandes ojazos que me pongan en frente.

    El segundo problema que detecto es que en la original, a pesar de lo absurdas que pudiesen parecer las situaciones, nunca te detenías a cuestionarlas gracias a lo graciosas que resultaban y la fluidez casi orgánica con la que iban sucediendo, pero en Buscando a Dory, muchas situaciones se sienten forzadas y fuera de lugar (muy notable en todo lo que pasa luego de que Nemo y Marlin llegan al instituto, pero sobre todo, en toda la secuencia final) cosa que resiente mucho la película. Ademas, creo que los guionistas abusaron tambien del recurso "he llegado tarde" a lo largo de la búsqueda de Dory.

    Eso si, el humor que impregna pixar en sus creaciones sigue siendo soberbio, y como dije el aspecto técnico es simplemente perfecto (siento que las últimas películas CGI que he visto han sido tan perfectas visualmente que me han cansado un poco. No veas las ansias con las que espero ver lo nuevo de estudio Laika y su stopmotion: Kubo y las dos cuerdas mágicas).

    A pesar de todo, es una película que hay que ver, son personajes maravillosos que nos regalaron una las historias mas maravillosas, y es inevitable acompañarlos en una nueva historia que, aunque no sea tan perfecta como la primera tiene suficientes méritos propios.

    Saludos amigo Jerry.

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    Respuestas
    1. ¡Kratos! Como siempre, es un placer tenerte por aquí. A pesar de que últimamente no consigo contestar a tus grandes comentarios, me leo todos con mucha atención. Ya sabes que tu opinión en MCDC es más que bien valorada.

      En esta ocasión me alegra comprobar que estamos completamente de acuerdo. Desde el tema técnico, hasta la falta de fluidez... Si te digo la verdad, me alegra mucho ver que hay alguien que, desgraciadamente, también notó estos desperfectos. Pero bueno, como bien dices, aun así hay que verla porque es una buena película y... ¡es Pixar!

      Muchas gracias por tu comentario otra vez, Kratos! Ya nos irás contando tu opinión de los estrenos del verano.

      PD: yo también me muero de ganas de ver Kubo... ¡A ver qué tal!

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