Cuando empezaron a salir los
créditos finales de Money Monster, la
pareja de individuos que estaba sentada detrás de mí entonó un sorprendido “¡Anda!” al comprobar que la mismísima
Jodie Foster (famosa por – entre otros – su papel en El Silencio de los Corderos) había sido la responsable de la
dirección de la película que acababan de ver.
Esta anécdota, que a
cualquiera podría parecerle irrelevante, me llamó la atención porque hace unos
años yo era esa pareja. Hace unos años me metía en sala del cine a ciegas, sin
interés por conocer ningún dato de las películas que veía y sin ninguna
necesidad de reflexionar sobre lo que presenciaba en la sala. Yo iba al cine,
me compraba palomitas, veía la película, me iba a casa, y "si te he visto no me
acuerdo". Sin embargo, ahora voy al cine, casi nunca me compro palomitas, vuelvo
a casa, pienso y, si me parece que merece la pena lo que he visto, escribo.
Como ahora.
● Año: 2016
●
Director:
Jodie Foster
●
Cast:
Julia Roberts, George Clooney, Jack O’Connell, Dominic West, Caitriona Balfe,
Giancarlo Esposito…
●
Dirección Fotografía:
Matthew Libatique
●
Banda Sonora:
Dominic Lewis (producida por Henry Jackman)
●
Duración:
99min.
Hay que reconocer que, durante estos meses que llevamos de verano, la cartelera española no ha tenido una oferta cinematográfica demasiado interesante. Desde hace unos años (o desde toda la vida, quién sabe) lo que
verdaderamente mueve dinero por estas fechas son los títulos facilones: los blockbusters visualmente impresionantes
o las secuelas recicladas como Independence
Day: Resurgence (Roland Emmerich, 2016), títulos que, no contentos con estar rodados por directores poco experimentados (o, en el caso de Emmerich, mediocres), además arrastran consigo la maldición de que, en el próximo Diciembre, las probabilidades de que reciban el calificativo de “lo más pereza del año” sean muy elevadas.
Por lo tanto, propuestas como
la de Jodie Foster, que a lo mejor no aguantan tanto el tipo en cuanto a recaudación se refiere pero que
– indudablemente – son mucho más prometedoras que el resto de sus compañeras de cartelera, ayudan a que el público que esté
cansado de convencionalidades pueda ir a una sala y
disfrutar de un cine que, aunque no sea el mejor en cuanto a calidad se refiere, por lo menos se toma en serio a sí mismo y ofrece algo distinto a las mamarrachadas que se ven por estas fechas.
Tanto es así que Money Monster, un thriller en el que
somos testigos de cómo un individuo asalta el plató de un programa de
televisión que se emite en directo para denunciar la cuestionable maniobra que
una compañía está llevando a cabo tras haber perdido los ahorros de muchos de
sus accionistas, no sólo funciona como herramienta de entretenimiento o pieza digna
de disección cinéfila, sino también como un ataque a una sociedad en la que,
día tras día, los titulares de grandes periódicos se ven invadidos por casos de
corrupción, fraude o tragedias socioeconómicas.
Sorprendentemente, y sin
declararme experto en la materia, ninguna película de Foster hasta la fecha
había estado tan en el punto de mira como ésta. Habiendo recaudado ya ochenta y nueve millones de dólares, lo nuevo de Julia Roberts no ha conseguido llegar donde ha llegado por el hecho de que ella sea la protagonista (ni porque esté acompañada por otro mastodonte interpretativo apellidado Clooney), sino
porque Foster, reivindicativa como siempre, ha sabido construir una película
compleja, encauzar su trama, y aprovechar el potencial de todo
un equipo que ha contribuido a dar a luz a un filme que se
alza por encima de muchos otros de la misma familia.
Y es que en Money Monster hay un momento en el que el espectador siente cómo las piezas que la componen encajan con una naturalidad arrebatadora. Un
momento en el que, gracias a las actuaciones de sus estrellas, al detallado montaje
de la post-producción, a su banda sonora y al
trabajo de la directora, el espectador se despierta, pone a funcionar a sus cinco sentidos y hace lo que todos queremos hacer en el cine: recordar las razones que nos llevan a las salas todas las semanas.
Porque sí, al cine debería irse todas las semanas.
Porque sí, al cine debería irse todas las semanas.
●Te
gustará si:
estás dispuesto a reconocer que, aunque no sea perfecta, Money Monster tiene momentos de absoluto genio. O si simplemente te gusta Julia
Roberts, para qué mentir.
●
No te gustará si:
prefieres ver mediocridades más adecuadas al periodo vacacional que se avecina.
Jerry
Imágenes
vía Collider & Konexion
Póster
de IMP Awards
Hola! Tengo muchas ganas de verla pero creo que no podré verla en el cine. Muchas gracias por la crítica.
ResponderEliminarUn saludo!
¡De nada, Beatriz! Ya me contarás si la ves ;)
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