No termino de entender por
qué, pero desde el momento en el que vi el tráiler de Un Monstruo Viene a Verme, supe que lo nuevo de Juan Antonio Bayona
iba a ser algo especial. Algo tan especial que sería capaz de arrastrarme a la
sala de un cine el mismo fin de semana de su estreno y que
conseguiría emocionarme desde sus primeros minutos, bañados por una
formidable introducción en forma de créditos iniciales.
Y es que, aunque en las series de
televisión este tipo de créditos haya pasado a ser un requisito casi obligado
para su buena recepción, pocas son las películas que – a día de hoy – cuentan
con una primera secuencia que introduzca como es debido a los que formaron
parte de ella. Existe una triste tendencia, sólo ignorada por algunos títulos de la
Marvel, de ir directos al grano y obviar uno de los momentos más mágicos de una
película… Un momento idóneo para que sus realizadores exploten su creatividad y
dejen cimentado el camino que los espectadores van a recorrer.
Un momento muy simple que, en
definitiva, puede ganarse toda la atención del público.
● Año: 2016
●
Director:
Juan Antonio Bayona
●
Cast:
Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Toby Kebell, Liam Neeson.
●
Dirección Fotografía:
Oscar Faura
●
Banda Sonora:
Fernando Velázquez
●
Duración:
108min
De esta forma, rompiendo con las costumbres de hoy en día, los primeros minutos de Un Monstruo Viene a Verme están dedicados al arte de hacer cine. Mientras Fernando Velázquez deleita nuestros oídos con un aperitivo de las fantásticas partituras que nos acompañarán durante el resto de la proyección, Bayona ofrece una inesperada danza de curiosas acuarelas que introducen - con una efectividad asombrosa - su nuevo trabajo: un drama familiar en el que un crío de trece años tendrá que lidiar – monstruo mediante – con la terrible enfermedad de su madre.
Ese chico se llama Conor O’Malley,
un tipo reservado, soñador y con sangre de artista, que está sumido en un
torbellino de complejas emociones que no es capaz de comprender y que nacen del
devastador estado de su madre, el desarraigo de su padre, y la crueldad de unos
compañeros de clase que tampoco son capaces de procesar el daño que están
infringiendo sobre un alma tan frágil como la de Conor. Un alma que recurre a “su
amigo el monstruo” para escapar de una realidad que, desgraciadamente, le viene
demasiado grande.
En
este dramático contexto, tratado con una delicadeza exquisita, Bayona no sólo
ha aprovechado para dar vida al que es su más emocionante y sentimental trabajo
hasta la fecha, sino también para demostrar que hay veces en las que dejar
escapar la creatividad combinando la imagen real con la animación puede
originar una película tan grandiosa como para que en Estados Unidos se haya
decidido retrasar su estreno para acercarlo aun más a la temporada de los
Oscar.
Porque
sí: Un Monstruo Viene a Verme apesta a Oscar. Bayona, ayudado
por un reparto estelar y un grupo de profesionales aparentemente
extraordinario, ha cerrado la trilogía sobre la muerte y la maternidad con una
clase envidiable. Y si digo esto no es sólo porque el apartado
técnico del filme sea sobresaliente, sino porque su humanidad desborda. Si con El
Orfanato el corazón se encogía y con Lo Imposible se
ablandaba, con Un Monstruo Viene a Verme se encoge, se
retuerce, se ablanda y llora por una familia que está angustiada por lo injusta
que es la realidad que le ha tocado vivir. Una realidad que se entrega al
espectador a través de los inocentes – y muy acertados - ojos de un crío que no
entiende lo que ocurre y que, consecuentemente, hace del sufrimiento una
emoción mucho más desgarradora.
Recuerdo que, durante la
proyección de la película, hubo un momento en el que el público rió por lo que
estaba viendo. Conor había hecho una presunta travesura y varios espectadores
decidieron desahogarse con una carcajada aparentemente justificada. Sin
embargo, conforme pasaban los segundos de esa misma escena, todos y cada uno de
los que habían reído se fueron dando cuenta de la terrorífica realidad que esa
supuesta travesura reflejaba.
La realidad de un simple crío que era demasiado mayor para ser un niño, y demasiado joven para ser un hombre.
La realidad de un simple crío que era demasiado mayor para ser un niño, y demasiado joven para ser un hombre.
●Te
gustará si:
disfrutas del buen cine y de esas películas llenas de ternura pero ávidas por
arrancarte una más que justificada lágrima.
●
No te gustará si:
has tenido que lidiar con la enfermedad de un ser querido recientemente.
Jerry
Imágenes
& Póster vía Universal
Hola! Tengo muchas ganas de verla! Muchas gracias por la crítica!
ResponderEliminarUn saludo!
¡A ver qué te parece!
EliminarMi hermano..... me has convencido para ir a verla...... tiene mucho tiempo que espero una película así, y teniendo este director "Lo imposible" detras de el, definitivamente me lanzo a verla.
ResponderEliminarSaludos!!
¡Jose Francisco! Qué alegría volver a verte por aquí. ¡No dudes en contarme qué te parece la película cuando la veas! ¡Un saludo!
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