Disney ha sido criticado
duramente a lo largo de los años; ya sea por sus supuestos mensajes subliminales,
por rumores tan disparatados como que Walt Disney era un illuminati, o porque en sus filmes supuestamente se hace referencia
al mismísimo diablo.
Yo, si os soy totalmente
sincero, no entiendo esta cantidad de basura chismosa. No entiendo por qué la
gente se empeña en sacar trapos sucios de una compañía que promueve de una
manera tan extraordinaria lo que ninguna otra es capaz: soñar.
Y es que todos conocemos
múltiples compañías que hacen filmes de animación de excelente calidad, o que
fomentan el desarrollo de la imaginación de los más pequeños en este mundo tan
poco original… Sin embargo, ¿cuántas veces han sido escuchados los deseos de
una niña con una enfermedad terminal por una de estas compañías?
Que yo sepa, sólo una vez. Os
presento el caso de Colby Curtin, una niña de 10 años que tenía cáncer y que no
quería perderse bajo ningún concepto la película Up. Esta es la historia de cómo Disney-Pixar hizo su sueño
realidad.
Colby Curtin, una californiana
de 10 años, vio los trailers de la película Up
y enseguida decidió que tenía que verla. No sé si sería una fanática de la
compañía como yo, pero Colby supo inmediatamente que Up iba a ser una película excelente. Y no se equivocaba.
Sin embargo, Colby padecía un
cáncer vascular extremadamente raro y, debido a su enfermedad, cuando el filme
fue estrenado en los cines, se vio incapaz de acudir a alguna sala para verlo.
Sus padres, debido al empeño
que la jovencita mostró para ver las aventuras de Russell y Carl, hablaron con
amigos suyos, quienes inmediatamente comenzaron a llamar a las oficinas de Disney y Pixar para ver si les podían ayudar de alguna forma.
La ayuda llegó.
Un empleado de Pixar acudió lo más rápido que pudo a la
casa de la familia Curtin para ofrecerle a la pequeñaja un visionado totalmente
privado y exclusivo de Up. Sin
embargo, Colby ya no podía ni abrir los ojos. Fue por eso por lo que su madre
fue describiéndole todo lo que iba pasando mientras la pequeña asentía y
mostraba señales de estar enterándose de todo lo que estaba pasando.
Murió esa misma noche; horas
después de que el empleado de Pixar se
fuese de su casa.
Os parecerá una tontería, pero
a mí resulta francamente enternecedor que una compañía tan grande como Pixar accediese a los deseos de una familia
tan “corriente” como la tuya o la mía. También pensaréis que el llevar un DVD a
la casa de los Curtin no es nada del otro mundo; pero recordad que la película
estaba en cines, que no había salido aún a la venta y que responder a una
plegaria de una familia no debe de ser tarea fácil (¿o acaso no creéis que
recibirán cientos de llamadas parecidas al día?).
En definitiva, puede que
Disney-Pixar tenga trapos sucios (como toda compañía, persona y cosa habitante
de este planeta), pero lo que está claro es que, la balanza entre “lo bueno y lo malo” de esta empresa está
totalmente desequilibrada.
Y todos deberíamos saber hacia
qué lado.
Jerry
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