viernes, 27 de septiembre de 2013

Viernes Criticón: Rush

Muchísima gente critica a Ron Howard, ese director americano sobre el que recayó la responsabilidad de adaptar los populares bestsellers de Dan Brown corriendo el riesgo de ser condenado por un maldito club del libro con un gusto peculiar en cuanto a elecciones literarias. En su primer intento, el resultado fue un soberano desastre del que sólo se libró la épica BSO, y en Ángeles y Demonios Howard modificó la historia de la novela de arriba abajo y dio a luz una película que – además de que contaba (de nuevo) con una abrumadora y Zimmeriana BSO – destacaba bastante más que El Código Da Vinci.

A pesar de estas duras críticas, parece que nadie recuerda que el fantástico filme Una Mente Maravillosa, el conmovedor Cinderella Man y la polémica Frost/Nixon, también son obras de Howard; el desprestigiado director que, sin embargo, está preparado para dar una durísima torta a los críticos con su frenética Rush.

● Año: 2013
● Director: Ron Howard
● Cast: Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Alexandra Maria Lara, Pierfrancesco Favino, Olivia Wilde…
● Música: Hans Zimmer
● Duración: 123min.


La misma noche en la que acudí al cine a ver Rush, publiqué un tweet en mi cuenta personal diciendo que, por mucho que me esforzase, no conseguía encontrar a esta película ni un mísero defecto. Hubo quienes dijeron que es suficiente defecto que la trama de la misma gire en torno al mundo del automovilismo (concretamente la Fórmula 1), pero – paradojas de la vida - yo me considero un renegado de ese deporte y, sin embargo, salí del cine queriendo que me gustasen esas carreras en las que Fernando Alonso se hizo un hueco mientras conducía un feucho coche color azul.

Pero es que Rush no sólo tiene el objetivo de acercarnos a los circuitos de carreras… Lo que esta película pretende es reflejar una relación de enemistad totalmente destructiva (y verídica) entre dos pilotos de carreras que, si no tienen extremo cuidado, podrían acabar formando parte del asfalto en el que, día tras día, se juegan la vida.


Está claro que la dirección de Howard en este filme es, como ya decía antes, un escarmiento para todo aquel que pensase que este estadounidense no era capaz de crear un producto cinematográficto de calidad. Sin embargo, si esta película destaca por algo, es por las actuaciones de la pareja protagonista.

Todos sabíamos que Daniel Brühl (que en realidad se llama Daniel César Martín Brühl González, un español emigrado a Alemania), tiene dominada toda cámara que enfoque su rostro porque ya lo demostró hace diez años con Good Bye Lenin!... pero ¿qué hay de ese actor de melena rubia cuyo nombre no me sale pero que está casado con la Pataki y que se hizo famoso interpretando a ese pseudo-vikingo caído del cielo?


Efectivamente, el grandísimo descubrimiento de Rush es Chris Hemsworth, un actor australiano que ha conseguido guardar – por lo menos temporalmente - su muy explotado martillo Asgardiano para hacer frente a una película que, probablemente, propulse notablemente su carrera en Hollywood. Y es que su interpretación de James Hunt, un piloto de carreras fiestero, despreocupado y sinvergüenza, sorprende hasta al espectador más incrédulo.

Por último he de decir que si a una película con una realización sobresaliente, unas actuaciones soberbias y un muy eficiente guión, se le añade una banda sonora compuesta por uno de los grandes del mundo de la música cinematográfica (Zimmer), el resultado no puede ser malo. Es más, el resultado es tan bueno que, de ahora en adelante, quizás me aventure a ver la Fórmula 1.

Dicho queda.

●Te gustará si: disfrutas de una historia real escalofriante o de un drama intensísimo con una alta dosis de acción automovilística.

● No te gustará si: sigues empeñado en que Ron Howard no es un buen cineasta, hecho que no te permite ser ni un pelín objetivo en tu análisis de la película.


Jerry

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