Mi hermana ha estado en Londres y ha traído una tableta de chocolate de proporciones épicas, de esas que no caben en la nevera por el esperpéntico tamaño que tienen pero que, curiosamente, sí consiguen hacerse hueco en mi pequeño estómago: ese parádojico saco sin fondo que me ha hecho mutar en menos de tres días en una bestia tan psicológicamente voluminosa como Augustus Gloop y su "¿Te gussshta el ssshocolaaate?". Patológico.
Y es que, mi actual ficticia masa corporal, mi polifagia y el épico tamaño del chocolate londinense, me han hecho pensar en Star Wars: una épica saga de ciencia ficción que se va a rodar en la ciudad del Big Ben culpable de mi obesa - y polifágica - perdición mórbida. ¿Es coincidencia que una barra de potente chocolate tenga tantas cosas que ver con Star Wars? Pues, está claro, que no.
Bañándome en un charco de delicioso chocolate, me topé con una noticia que me provocó otro ataque de infravalorada ansiedad que sólo podría frenarse con la ingesta de cantidades grotescas - y ansiolíticas - de cacao. Y es que, por lo visto, Anthony Daniels - esa persona humana a la que supongo que le gustará el chocolate y que encarnó al robot C3-PO en todas las entregas de la saga - ha dejado caer que participará en la séptima entrega de la misma. Ahora entenderéis por qué esta noticia me provocó un ataque de feliz ansiedad con dulce solución.
Además de esa robótica noticia, he de decir que a mí me gusta morder el chocolate. Me meto los trozos en la boca y mastico. No pertenezco a ese grupo étnico que espera a que se deshaga en la cavidad bucal. ¿Qué decís? ¿Que Quuuuuiiiiiiinessss son esus ooootrrrross? Pues esus otrus son los pesados fans de Star Wars que son incapaces de morderse la lengua.
Y es que me tienen un poco frito todos estos seguidores de la saga que se dedican a escribir tweets del estilo de "Abrams no la cagues", "Pues no confío nada en Abrams", "Pues espero que no la cague", "Pues creo que no hace falta una película más"... "PUES HABEROS TRAÍDO" - les digo yo más chulo que Augustus. ¿Qué se creen estos odiosos kereseres*? ¿Que pueden hacer vídeos poniendo reglas al que probablemente sea uno de los mejores directores actualmente pisando esa alfombra roja manchada de dulicioso chocolate? Eeeeeeeeh, no. ¿Dónde están esos droiiiidekaaaaaasss?
Vamos a ver, a pesar de que este vídeo (que funciona a modo de amenaza fantasma) me guste mucho en cuanto diseño gráfico (si es que eso que me gusta recibe semejante nombre), he de decir que estoy en contra de muchas cosas que, como me disgustan, me hacen comer más shocolate.
Está claro que gran parte de la magia de Star Wars recae directamente sobre los pintorescos ecosistemas que nos ofrece: la Luna de Endor, Tatooine, Dagobah, Hoth... Sin embargo, no os columpiéis mucho queridos fans que no mordéis el shocolate, porque,a mí parecer, la última trilogía de la saga contaba con planetas muy innovadores como Utapau, Geonosis, Kashyyk... la llamada "frontera". Y, además, a mí personalmente me encanta ver el congreso de Corusant y el templo Jedi siendo masacrado por, o bien un emperador que debería seriamente considerar la posiblidad de apuntarse a Natur House o de hacer la patológica dieta Dukan, o bien rudos soldados de la República que reciben órdenes misteriosas de hologramas más misteriosos todavía (y que, como ya he dicho, resultan ser obesos que rompen congresos a base de lanzamientos de donuts metálicos). Mmmm donuts de shocolate.
Vale, reconozco que "la fuerza" podría mantenerse como un secreto bien guardado; algo así como un acto de fe para los fans... Pero, señores, estamos en el siglo XXI, recordemos lo que pasa con los actos de fe en el momento actual... Recordemos cómo se criticó a Damon Lindelof. Yo defiendo los secretos no desvelados (tal y como ocurre en Lost), pero parece que las nuevas generaciones los odian. Así que, cuidadín, que además me niego a que Star Wars sea un Western misterioso (todos sabemos que la gran mayoría de los secretos de los Westerns son aburridos y que no encajaría con el adorable Utini-yap-yap).
Tampoco me puedo creer que se critique "lo limpio" que son los episodios finales. A mi me pareció una jugada bastante acertada que el primer y segundo episodio contase con elegante tecnología y que, sin embargo, el tercer episodio volviese - en cierto modo - a vuestra amada suciedad para así, dar un poco de sentido al hecho de que en los primeros episodios el Halcón Milenario pareciese un trozo de chatarra. Es la moda intergaláctica, asumidlo.
Y, por supuesto. Está claro que "la frontera" es un sitio peligroso en el que puede haber pilotos de vainas sin escrúpulos, envidiosos virreyes que meten en un estadio a sus víctimas para que sean devoradas por criaturas infernales y batallas de sables de luz alucinantes (¿qué? ¿con eso no os metéis?) que terminan en cuerpos partidos por la mitad o careciendo de todas las extremidades. Pues eso, señores.
Por cierto, disculpad que Anakin sea infantil en el episodio I y que nos cuenten el chocolateado romance que posteriormente llevó a la desgracia. No tengáis en cuenta el contexto histórico.
A Jar Jar Binks os lo presto.
Y si ahora queréis ssshocolate, pues que os lo hubiesen traido.
Jerry
*kereseres: término que me he inventado para definir cosas típicas.
Bañándome en un charco de delicioso chocolate, me topé con una noticia que me provocó otro ataque de infravalorada ansiedad que sólo podría frenarse con la ingesta de cantidades grotescas - y ansiolíticas - de cacao. Y es que, por lo visto, Anthony Daniels - esa persona humana a la que supongo que le gustará el chocolate y que encarnó al robot C3-PO en todas las entregas de la saga - ha dejado caer que participará en la séptima entrega de la misma. Ahora entenderéis por qué esta noticia me provocó un ataque de feliz ansiedad con dulce solución.
Además de esa robótica noticia, he de decir que a mí me gusta morder el chocolate. Me meto los trozos en la boca y mastico. No pertenezco a ese grupo étnico que espera a que se deshaga en la cavidad bucal. ¿Qué decís? ¿Que Quuuuuiiiiiiinessss son esus ooootrrrross? Pues esus otrus son los pesados fans de Star Wars que son incapaces de morderse la lengua.
Y es que me tienen un poco frito todos estos seguidores de la saga que se dedican a escribir tweets del estilo de "Abrams no la cagues", "Pues no confío nada en Abrams", "Pues espero que no la cague", "Pues creo que no hace falta una película más"... "PUES HABEROS TRAÍDO" - les digo yo más chulo que Augustus. ¿Qué se creen estos odiosos kereseres*? ¿Que pueden hacer vídeos poniendo reglas al que probablemente sea uno de los mejores directores actualmente pisando esa alfombra roja manchada de dulicioso chocolate? Eeeeeeeeh, no. ¿Dónde están esos droiiiidekaaaaaasss?
Vamos a ver, a pesar de que este vídeo (que funciona a modo de amenaza fantasma) me guste mucho en cuanto diseño gráfico (si es que eso que me gusta recibe semejante nombre), he de decir que estoy en contra de muchas cosas que, como me disgustan, me hacen comer más shocolate.
Está claro que gran parte de la magia de Star Wars recae directamente sobre los pintorescos ecosistemas que nos ofrece: la Luna de Endor, Tatooine, Dagobah, Hoth... Sin embargo, no os columpiéis mucho queridos fans que no mordéis el shocolate, porque,a mí parecer, la última trilogía de la saga contaba con planetas muy innovadores como Utapau, Geonosis, Kashyyk... la llamada "frontera". Y, además, a mí personalmente me encanta ver el congreso de Corusant y el templo Jedi siendo masacrado por, o bien un emperador que debería seriamente considerar la posiblidad de apuntarse a Natur House o de hacer la patológica dieta Dukan, o bien rudos soldados de la República que reciben órdenes misteriosas de hologramas más misteriosos todavía (y que, como ya he dicho, resultan ser obesos que rompen congresos a base de lanzamientos de donuts metálicos). Mmmm donuts de shocolate.
Vale, reconozco que "la fuerza" podría mantenerse como un secreto bien guardado; algo así como un acto de fe para los fans... Pero, señores, estamos en el siglo XXI, recordemos lo que pasa con los actos de fe en el momento actual... Recordemos cómo se criticó a Damon Lindelof. Yo defiendo los secretos no desvelados (tal y como ocurre en Lost), pero parece que las nuevas generaciones los odian. Así que, cuidadín, que además me niego a que Star Wars sea un Western misterioso (todos sabemos que la gran mayoría de los secretos de los Westerns son aburridos y que no encajaría con el adorable Utini-yap-yap).
Tampoco me puedo creer que se critique "lo limpio" que son los episodios finales. A mi me pareció una jugada bastante acertada que el primer y segundo episodio contase con elegante tecnología y que, sin embargo, el tercer episodio volviese - en cierto modo - a vuestra amada suciedad para así, dar un poco de sentido al hecho de que en los primeros episodios el Halcón Milenario pareciese un trozo de chatarra. Es la moda intergaláctica, asumidlo.
Y, por supuesto. Está claro que "la frontera" es un sitio peligroso en el que puede haber pilotos de vainas sin escrúpulos, envidiosos virreyes que meten en un estadio a sus víctimas para que sean devoradas por criaturas infernales y batallas de sables de luz alucinantes (¿qué? ¿con eso no os metéis?) que terminan en cuerpos partidos por la mitad o careciendo de todas las extremidades. Pues eso, señores.
Por cierto, disculpad que Anakin sea infantil en el episodio I y que nos cuenten el chocolateado romance que posteriormente llevó a la desgracia. No tengáis en cuenta el contexto histórico.
A Jar Jar Binks os lo presto.
Y si ahora queréis ssshocolate, pues que os lo hubiesen traido.
Jerry
*kereseres: término que me he inventado para definir cosas típicas.
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