Soy una persona de costumbres
y, por eso, en cuanto me acomodo a una, me altero muchísimo si alguien me la
modifica. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, se me va olvidando lo a gusto
que me siento y tiendo a – por iniciativa propia – cambiar mi rutina por otra
con potenciales (y desconocidos) factores estresantes.
Ese mismo olvido fue el que me
llevó a proponer en mi grupo de amigos el ir a la premiere de Don Jon, una comedia romántica escrita y
dirigida por Joseph Gordon-Levitt en la que él mismo interpretaba a un adicto
al porno que, de repente, conoce a una amante de las malditas comedias
románticas. Pese a esta ¿curiosa? trama, me atreví a escribir en el grupo de
WhatsApp que tengo con mis colegas lo siguiente: “por
el trailer la película no tiene mucha pinta de ser guarra”.
Qué iluso.
● Año: 2013
● Director: Joseph Gordon-Levitt
● Cast:
Joseph Gordon-Levitt, Scarlett Johansson, Julianne Moore, Rob Brown, Glenne
Headly, Brie Larson, Tony Danza
●
Música:
Nathan Johnson
●
Duración:
90min
Don
Jon nos
introduce en la rutinaria vida de un verdadero Don Juan (un sinvergüenza Gordon-Levitt
que demuestra – una vez más – que sabe actuar) al que, como ya os he
adelantado, le encanta el porno. Para él ese género (que, aunque difiera
muchísimo del “séptimo arte puro y duro”, no deja de ser parte de él), es como
una religión, es el eje sobre el que gira toda su vida. Su devoción por él es
tan grande, que las relaciones con mujeres de carne y hueso no le terminan de
satisfacer y, por ello, siempre termina recurriendo a vídeos de cuestionable
calidad en los que las mujeres hacen todo tipo de… actividades.
Así como a Jon le cuesta
muchísimo romper con su rutina pornográfica, a mí no me costó nada comprar cuatro
entradas para ir a ver la película con mi novia, un íntimo amigo mío y su
novia. Yo creía, de verdad, que la película iba a ser muy light por eso de que – en cierto modo – se iba a parecer a la
innovadora (500) Días Juntos (filme en el que Gordon-Levitt interpretaba a un enamoradizo joven que cree que el amor es un asunto sencillo). Y, ojo, esta impresión mía no era nada descabellada porque mi
amigo, al ver la primera secuencia en la que varias escenas (no del todo
explícitas, pero sí exageradamente sugerentes) de películas porno fue
proyectada, le dijo a su novia: “No te preocupes,
sólo es así al principio”.
Y para nada.
Don
Jon
es una reflexión muy interesante sobre cómo dos tipos de películas muy
distintas (las pornográficas y las malditas comedias románticas) son capaces de
influir de una manera brutal en las personalidades de los espectadores hasta el
extremo de convertirles en monstruos materialistas que sólo creen (e idealizan)
lo que ven en la pantalla. En este enfrentamiento cara a cara se encuentran los
geniales Joseph Gordon-Levitt, como el prototipo de macarra musculitos que sólo
piensa en guarradas, y Scarlett
Johansson como una desternillante niña de papá calentona que, además de amar el color rosa y mascar chicle, sólo
busca a un hombre al que controlar.
Sin embargo, y pese a lo interesante
e inteligente que puede resultar su historia, este primer filme de
Gordon-Levitt como guionista y director tiene, desde mi punto de vista, un
garrafal error: el exceso de escenas de las películas porno que Jon ve. Y es
que, pese a que no muestren el meollo del
asunto, resulta desagradable pensar que tu novia y la novia de tu amigo estarán
escandalizándose por una película con un contenido, ya no sólo sexual sino pornográfico, que tú mismo les has recomendado.
Sí, la idea era buena, las actuaciones son espectaculares... Pero las formas no me parecieron adecuadas. Y el problema es que no puedo evitar sentir, cuando
voy al cine con compañía, que soy el responsable de que mis acompañantes
disfruten la película... y con Don Jon
me sentí en tensión durante casi todo su metraje porque sabía que este no era un filme para ir a ver en plan "parejitas".
Entre eso, y que los macarras que tenía sentados a mi lado se reían por cada frase que cualquier personaje dijese (además de que el volumen al que hablaban era muy molesto), mi sesión de cine de aquel día fue un poco desastrosa.
Así que, asumo que tendré que volver a ver Don Jon para apreciar esa joya que todos los críticos estadounidenses alaban.
Y la veré solo. Aunque quede... raro.
●Te
gustará si:
te da totalmente igual cómo lo estén pasando tus compañeros de cine.
●
No te gustará si:
eres de ese sector del público al que le horrorizan los filmes con escenas, ya
no explícitas, sino tremendamente sugerentes y evocadoras de la más absoluta
repulsión sexual (sí, sí: repulsión).
Jerry
Que sensible me saliste
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