Como era de esperar, dos de
las películas que más espectadores vieron en la famosísima Fiesta del Cine, fueron la estratosférica Gravity y la popular – y recién estrenada – Capitán Phillips. Sin embargo, así como mucha gente acudió a ver la
segunda por motivos relacionados con la presencia de Tom Hanks o con eso de que
está basada en hechos reales, lo que me llevó a mí a la sala fue el nombre que
tenía la silla del director: Paul Greengrass.
Este británico fue el ejecutor
de dos de las entregas de la saga Bourne (el fantástico Mito y el soberbio, frenético, adrenalínico y espectacular Ultimátum) y – entre otras películas –
de la conmovedora United 93; ese
filme en el que pasábamos a ser parte de los pasajeros del avión estadounidense
United 93 que, en Septiembre del año
2001, consiguieron evitar un atentado a costa de sus vidas. Con estas tres
películas, para mí Greengrass pasó a convertirse en uno de mis directores
favoritos y, por eso mismo, llevaba esperando el estreno de Capitán Phillips mucho tiempo.
● Año: 2013
● Director: Paul Greengrass
● Cast:
Tom Hanks, Barkhad Abdi…
● Música:
Henry Jackman
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Actor de Reparto (Barkhad Abdi - Nominado), Mejor Guión Adaptado (Nominada), Mejor Montaje (Nominada), Mejor Mezcla de Sonido (Nominada), Mejor Edición de Sonido (Nominada).
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Actor de Reparto (Barkhad Abdi - Nominado), Mejor Guión Adaptado (Nominada), Mejor Montaje (Nominada), Mejor Mezcla de Sonido (Nominada), Mejor Edición de Sonido (Nominada).
●
Duración:
134min.
Lo bueno de las películas que están basadas en dramáticos – o directamente trágicos – sucesos reales, es que la atención de los espectadores suele ser más intensa de lo normal y el impacto considerablemente mayor. Por ello, Capitán Phillips juega con ventaja: ya no estamos presenciando una simple ficción dramática, estamos siendo testigos del sufrimiento de gente de verdad. Estamos sumergiéndonos en la historia de alguien tan humano como nosotros.
Pese a las múltiples quejas
que esta película generó en Estados Unidos por la supuesta poca justicia que el
personaje de Tom Hanks hace sobre el verdadero Capitán Phillips (justicia
negativa señores, por lo visto el heroico Phillips era un auténtico e infame lobo
de mar), considero que estas películas, aunque estén basadas en hechos reales
(por lo que, consecuentemente, su exactitud debería ser bastante precisa), no
dejan de ser películas. Así que tienen que ser analizadas como tales.
Capitán
Phillips
cuenta la historia de cómo el buque comercial Maersk Alabama, un barco que
partió de Oman con destino Mombasa y que principalmente transportaba alimentos,
fue secuestrado en Abril de 2009 en aguas internacionales por piratas somalíes.
Ante esto, su capitán - Richard Phillips - intentará tomar control de la
situación haciendo frente a los piratas y jugándose la vida para salvar las de
su tripulación.
Con unos hechos tan sumamente
asfixiantes (¿o es que no resultaría por lo menos agobiante que tu barco fuese secuestrado en pleno océano
por unos piratas?), muy mal tenía que hacerlo el ya curtido inductor de
secreción de cinéfila adrenalina para que Capitán
Phillips no resultase trepidante. Para Greengrass esto era pan comido. Sin embargo,
y pese a la maestría con la que el británico nos presenta las escenas más
emocionantes del largometraje, hay algo en esta odisea marítima que falla.
No me malinterpretéis, Capitán Phillips me gustó muchísimo,
pero el considerable bajón de intensidad – que no de calidad – que experimenta
su trama a mitad de proyección hace que inmediatamente, y de forma inevitable, la
comparemos con ese Ultimátum de Bourne
en el que jamás se nos ocurría mirar el reloj por la admirable hipnosis a la
que sus escenas de acción nos tenían sometidos.
Sí, comprobé la hora dos
veces. Miré el reloj porque no veía – ni entendía - cómo el cara a cara entre
el capitán y los piratas podía dar más de sí en ese océano repentinamente paralizado.
Sin embargo, fue dentro de esta incredulidad y momentánea decepción en la que
me llevé una agradecidísima sorpresa al ver que, cuando las precoces negociaciones
entre los estadounidenses y los somalíes comenzaron a tomar forma, los
atascados engranajes de Capitán Phillips
giraron de nuevo hasta alcanzar una velocidad digna de infarto. Un infarto
causado, sobre todo, por ese magistral uso de la cámara (y más concretamente de
los zooms tan característico de la
marca Greengrass) acompañado por una banda sonora que parece estar firmada por
John Powell por la intrusión del tema The
End de la soberbia United 93.
Por ello, con ese último
sprint y esa sobrecogedora conclusión, la aparentemente condenada decepción
desapareció y, Capitán Phillips –
pese a no ser lo mejor de su director - justificó que las salas españolas en
las que se proyectaba se llenasen hasta arriba.
●Te
gustará si:
disfrutas de una trepidante historia real firmada por el gran Paul Greengrass.
●
No te gustará si:
eres de los que creen que este tipo de filmes deben ser completamente leales a
los sucesos en los que están basados, o si esperas que lo nuevo de Greengrass supere
en calidad a United 93 o el Ultimátum de Bourne.
Jerry
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