lunes, 24 de marzo de 2014

Believe: Abrams y Cuarón juntos en televisión

Todos los que me conozcan mínimamente bien sabrán que tengo cierta devoción por una o dos personalidades del panorama – no sólo de la gran pantalla – sino también de la pequeña y estúpida caja tonta. Esta devoción, que quizás ya hayáis conocido, puede ser tan sumamente enfermiza que, en caso de ser criticada, no resultaría extraño que llegase a catalizar la más catastrofista e incendiaria reacción cinefiloseriéfila.

Pues bien, algunas de estas personalidades son el recientemente oscarizado Alfonso Cuarón y el genio de la ficción J.J. Abrams, dos profesionales del mundo del cine y de la televisión que recientemente han unido sus fuerzas para dar a luz a la aparentemente atractiva serie Believe, una nueva – y cronológicamente conveniente - apuesta de la NBC. Y, contra todo pronóstico, si en esta ocasión criticáis a esas dos personalidades, no arderá Troya. Aprovechad.

Creador: Alfonso Cuarón & Mark Friedman
Género: Aventura. Fantasía. Ciencia Ficción
Reparto:  Kerry Condon, Jake McLaughlin, Johnny Sequoyah, Jamie Chung, Arian Moayed, Kyle MacLachlan, Delroy Lindo…
Duración: 1 temporada [2014 - Presente]
País de Origen: EEUU


Supongo que podréis imaginaros las expectativas que generó el ver esos dos nombres juntos en pantalla. ¿El creador de Perdidos responsable del fantástico reboot de Star Trek ha hecho una serie con uno de mis directores de cine favoritos? Apaguemos y vayámonos, señores: las posibilidades de que este humilde blogger se volviese loco de emoción eran elevadísimas. E-le-va-dí-si-mas.

Pero no, desgraciadamente, no ocurrió eso. Desde el minuto número uno me olí que este nuevo producto televisivo podía no llegar a ser lo que yo quería que fuese. Para empezar, la cadena que la iba a emitir era la NBC (de la que no sigo ni una mísera serie porque las pocas a las que les he dado una oportunidad no consiguen engancharme), sus actores son, para mí, muy desconocidos (salvo Mulan de Once Upon a Time y el que una vez estuvo en silla de ruedas en Wisteria Lane), y J.J. Abrams, desde que hizo Lost, no ha dado pie con bola en cuanto a series de televisión se refiere (¿qué demonios eran Alcatraz y Revolution?¿Bromas pesadas?).

Así que mi escasa confianza recayó sobre Cuarón. Y ni con esas.


Believe es una de esas series americanas (sí, en este caso el hecho de que sea americana es muy importante porque es una absoluta americanada) que sigue insistiendo en ofrecer a un desinteresado público una historia ambientada en un mundo infestado de poderes cósmicos y protagonizada por un desastroso y macarra ex-convicto que tiene que cuidar a una menor de edad huérfana que se ve envuelta en una guerra entre buenos y malos tan aparentemente dicotómica y artificial que resulta poco interesante. ¿Os suena de algo? A mí no, pero apesta a poca originalidad y a apertura del baúl de los clichés de toda película o serie de aventuras.

Apesta y, encima, lo es, porque, desgraciadamente, todo es predecible en Believe. Puede que me equivoque, pero lo más probable es que el desastroso adulto termine encariñándose de la pequeña (dejando de ser un sinvergüenza de cabeza a los pies) justo en el momento en el que la susodicha es capturada por algún villano que – eventualmente –  terminará muerto o petrificado para dar así paso a la aparición del jefe del que ya parecía el jefe de la secta de villanos. Así, el círculo se cerrará para dar comienzo a una nueva vueltecita por la vulgaridad temática posiblemente más triste de esta temporada de estrenos.

  
Si a esta poca originalidad le añadimos unas paupérrimas actuaciones, dos episodios de inicio de temporada fundamentados en persecuciones que no conducen a – literalmente – ningún lado, y unos personajes que no se podrán desprender del tufo a vulgaridad que arrastran consigo, entonces creo que queda bastante claro que J.J. Abrams ha vuelto a patinar y a darse de morros en la pequeña pantalla. Y esta vez se ha traído a mi querido Cuarón.

Lo único creativo de esta historia es el aura espiritual que la joven protagonista le da a la historia. Un aura que se filtra por las rendijas del recurridísimo guión y que, pese a tener una intención muy positiva y casi admirable, parece estar metida a tanta presión que terminará por provocar la inminente implosión de la serie. Una implosión que yo, personalmente, no presenciaré porque, tras haber visto dos episodios de la misma, no voy a darle más oportunidades.

Una lástima.

Lo que MÁS me gusta: la protagonista, su ocasional música y la buena intención que tiene su historia.

Lo que MENOS me gusta: que no consigo encontrar ni una sola razón para seguir viéndola.


Jerry

1 comentario:

  1. La he empezado a ver y la niña me da entre miedo y ternura. El primer capítulo no me ha decepcionado...veremos como avanza la temporada.

    Kiss

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