Comer palomitas en el cine es
algo absolutamente divertido, placentero y satisfactorio siempre y cuando
sepamos cómo hacerlo y seamos capaces de no suponer una verdadera pesadilla
para nuestros fellow compañeros de
sala. Esto lo digo porque en más de una ocasión la poca compostura de otros
espectadores ha despertado dentro de mí la fiera que llevo dentro.
Por ello, os ofrezco mi Guía Palomitera, un sencillo manual de
instrucciones que debéis estudiaros al pie de la letra si queréis venir al cine
conmigo o con algún cinéfilo que también tenga hipersensibilidad al comer
palomitas ajeno. He de decir que todas y cada una de las reglas que ahora os describiré están basadas en alguna conducta que he observado, escuchado u olido en el cine.
1. Puntualidad.
El cine debería ser como el
teatro: si llegas tarde, la puerta se cierra y ahí fuera te quedas, mamón. ¡Sé
puntual! ¡Y más aún si quieres comprarte palomitas! ¿No te das cuenta de que
pasar por filas llenas de piernas (pertenecientes todas ellas a gente puntual)
es un deporte de alto riesgo si llevas en una mano las palomitas, en la otra la
bebida, el abrigo colgando de tu brazo y las entradas aprisionadas contra tu
esternón por tu barbilla? Además, no me estás dejando ver los benditos trailers. Maleducado, que eres un maleducado. Y ten cuidado, porque como se te
caigan las palomitas…
2. Recipiente.
Malditos ingratos aquellos que
osen comprarse palomitas en bolsas de cartón blando. ¿En qué estáis pensando?
Mi oído de lince es capaz de detectar el mínimo movimiento de tu mano dentro de
esa ridícula bolsita de cartoncillo y, sinceramente, estoy intentando
concentrarme en la película. ¿Por qué no te pides el recipiente de cartón duro
de toda la vida? Ese no provoca una sonata desagradable de ruidos papelíferos (sí, no encuentro un maldito
adjetivo que defina ese tipo de ruido).
3. Género.
Hay películas que,
simplemente, no deberían ser contempladas como pro-palomiteras. ¿A quién se le ocurre comprarse un menú grande de
palomitas para ir a ver The Artist?
Estamos hablando de una película muda; que dejará de ser muda porque tendrá una
música de fondo absolutamente inapropiada y molesta que romperá una de las
claves de la película: la ausencia de RUIDO. Eres un maldito puerco polifágico poco cinéfilo si te llevas palomitas a una película muda. Y otra cosa, si te
llevas las palomitas a una película de terror asume los riesgos: éstas pueden
salir volando como consecuencia de un sobresalto, o salir disparadas a modo de
vómito en escopetazo en caso de la visualización de filmes como Saw o Hostel.
4. Cómo Comer (I).
- No hace falta que comas con
la boca abierta, gracias.
- Tampoco es necesario meterse
17 palomitas al mismo tiempo dentro de la boca. ¿Qué estás intentando?
- Evita comer en los momentos
de absoluto silencio; destrozas una de las finalidades de la escena: el
silencio. Aprovecha los momentos en los que los personajes hablan, la música
suena, o hay un tiroteo: eso amortiguará la gran explosión sonora que emerge de
tu insaciable boca.
5. Cómo Comer (II).
No eructes, por favor. No sólo
es acústicamente molesto. También es olorosamente repugnante. Cual ganado porcino.
6. Cómo Comer (III).
No hace falta que metas tu
mano dentro del recipiente y empieces a remover las palomitas como si tu brazo
se hubiese convertido en una maldita batidora. Las palomitas del fondo del todo
no van a estar más buenas que las de arriba. Duh.
7. Cómo Beber (I)
Sé que las palomitas dan
muchísima sed pero nos haces un favor a todos si no sorbieras tu Coca Cola como si fueses un maldito
troglodita. Vivimos en una sociedad civilizada en la que los integrantes de
este armonioso grupo social no deben beber como perros con algún tipo de
déficit neurológico.
8. Cómo Beber (II)
A no ser que tengas 3 años,
que se te caiga la bebida al suelo es absolutamente imperdonable. El suelo
estará pegajoso y, siendo honesto, no me apetece echar raíces en la sala o
quedarme pegado al maldito suelo porque tu maldita Coca Cola se haya convertido en el Loctite que jamás reparó muchos de mis juguetes.
9. Compartir es Morir
No compartas tus aperitivos.
Que tus palomitas no rulen por todos
tus rancios amiguetes. Compórtate como el maldito Sr. Capullo en el que te estás convirtiendo y sé mínimamente
egoísta porque, si no lo eres, vas a molestarme con tus “¿Quieres?” o tus meneos
del recipiente para hacer oír a TODO el público que tienes en tu poder una
cantidad considerable de sabrosas palomitas.
10. Recogida
Si encima de haber dado la tabarra durante toda la película eres
tan poco respetuoso que dejas el recipiente de tus palomitas en el suelo, créeme cuando te digo que voy a coger
ese recipiente y te lo voy a enchufar por donde buenamente pueda para hacerte
ver lo bueno que está hasta el envase. Y por cierto, no te dejes las migajas
dentro: de hacerlo, te meteré 17 migajas dentro de la boca, las vas a masticar como el infeliz troglodita que eres y luego vas a beber el agua del retrete porque te dará demasiado
asco beber del grifo del baño que habrás dejado lleno de vómito en escopetazo fruto de tu sobreingesta de palomitas.
Maldito guarro.
Vale, me he puesto agresivo pero, por favor, compórtate como ser humano con pulgar oponible que eres.
Y sí, hoy he tenido un maldito
mal día.
Jerry.
Alguien tenia que decir todo esto!
ResponderEliminarVale, ya no me atrevo a ir al cine contigo :(
ResponderEliminarEspero que no sea así. ;)
EliminarCreo que hay alguien que te debe hablar de lo que supuso ver Scream 4 en el cine...
ResponderEliminar