Cuando empecé este blog, hace ya casi un año, tendía a escribir críticas excesivamente largas que lo único que desencadenaban en el lector era una terrible pereza que le impedía prestar atención a la opinión de un humilde enamorado del cine llamado Jerry.
Eventualmente, me di cuenta de mi error y comencé a hacer críticas más reducidas y austeras... Sin embargo, eso me impedía comentar muchos aspectos del filme que me habían parecido geniales.
Y eso mismo me pasó con la de Beetlejuice.
No pude comentar en dicha crítica que la actuación de Catherine O'Hara, ya desde el minuto uno, me parecía genial. Me encantaba cada vez que salía... Y, después de retroalimentarme con ese gusto por ver a una descarada ama de casa fracasada y sin gusto que, sin embargo, me resultaba tremendamente atractiva, llegó el momentazo de la película: la cena.
Sí, señores. Beetlejuice cuenta con escenas magistrales pero la medalla de oro se la lleva esta. ¿Por qué? Porque a nuestros queridos amigos Adam y Barbara se les ocurrió una forma extremadamente inteligente de asustar a los habitantes de su casa...
¡Qué buen trabajo Burton!
Que la disfrutéis.
Jerry
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