Las Series y Mi Implicación

Tengo un serio problema: me implico demasiado.

No con la vida en general, ni con mis amigos, familia, o estudios (que también). No.  Me implico demasiado con las series de televisión.

Ya me pasó con LOST, cuyo final lloré con una euforia y alegría que nunca antes había sentido. Y no porque hubiese acabado, aunque eso me daba muchísima pena, sino porque el final de la serie me pareció excelente.

Sí, el final de LOST me pareció absolutamente brillante porque hizo que me diese cuenta de que para mí la serie, después de seis años de religiosas citas semanales con cada nuevo episodio, era nada más y nada menos que la historia de unos personajes a los que había terminado queriendo muchísimo. Me daba igual la isla, me daban igual muchos de los secretos no revelados (aunque, ojo, para mí revelaban la grandísima mayoría): la base lostiana que había construido durante todos esos años era una base llena de personajes interconectados.

Es inevitable: me implico demasiado y en ocasiones llego a querer demasiado a un personaje ficticio que se limita a mostrarme, a través de una ridícula pantalla, una realidad que no se corresponde con la mía. Es lamentable, es ridículo... Pero así es y no puedo evitarlo.

Sin embargo, os recomiendo fervientemente que no lo hagáis porque, tarde o temprano, os terminará haciendo verdadero mal.

Todo esto lo digo porque recientemente he visto un episodio de una de mis series más queridas y, desgraciadamente, mi personaje favorito ha sido sacrificado.

Sí. Los personajes no “mueren”, los personajes son “sacrificados” por el guionista/creador de la serie o por el propio intérprete. Ya sabéis: dinero, fama, gloria. Todo eso mueve masas... Los fans no son tenidos en cuenta muchas veces. Y lo entiendo, de verdad.

Ya me pasó hace muchos años con la salida de Marissa Cooper de The O.C. ¿Lloré su muerte? Sí, la lloré, pero la grandísima diferencia con lo que me acaba de pasar ahora es que en The O.C. los guionistas dedicaron una temporada entera a presentarnos el desgaste de un personaje terriblemente querido pero que, por desgracia, ya había tocado fondo. Y la sacrificaron.

Ante esta pérdida mucha gente dejó la serie y, eventualmente, esa fue la causa que hizo que The O.C. fuese cancelada a pesar de que la cuarta temporada alcanzase momentos de absoluta genialidad y nos trajese de vuelta a unos personajes fortalecidos y dispuestos a hacer ganar a la serie una calidad extrema para compensar la pérdida. Sin embargo, los fans mandan y, muy a mi pesar, la serie sufrió unos índices de audiencia súper bajos. Así que fue injustamente cancelada.

Una lástima.

Esta vez me ha tocado jugar el rol del espectador enfurecido al que le han arrebatado un personaje muy querido. Sin embargo, la grandísima diferencia de lo que me está pasando en estos momentos con lo que me pasó con The O.C. hace cerca de 6 años, es que ahora no me han preparado para esto: al revés, me han retroalimentado con un excelente feed-back positivo que hacía que las expectativas y el futuro de ese personaje en concreto brillasen más que la luz cegadora de la isla de LOST.

No me han preparado durante una temporada entera como hicieron con Marissa. No. Sin anestesia alguna, y a una velocidad exageradamente vertiginosa e injusta para semejante personaje, me han arrancado un trozo clave de la serie. Sin piedad. Sin anticipación alguna. En un abrir y cerrar de ojos.

Sinceramente, no sé cómo demonios debo reaccionar.

No lo sé.

Me implico demasiado y estoy absolutamente bloqueado. Pero si tengo algo claro es que no sé si esta serie sobrevivirá a la muerte más cruel, despiadada y acelerada de toda su historia. The O.C. contaba con un público muy fiel y sufrió un bajón súbito por una muerte premeditada y hasta predecible; y a pesar de contar con el factor de "nos lo esperábamos" cayó como una mosca.

Entonces pienso: "¿Será esta muerte el fin de una grandísima serie? Al fin y al cabo, el público manda y para mí es bastante obvio que va a haber un bajón de audiencia"

Pero lo peor de todo no es que esta serie pueda terminar siendo cancelada después de ocho temporadas de calidad extrema... Lo peor de todo es que no sé si volveré a ver Anatomía de Grey.

Jerry