Hasta ahora, en esta sección
del blog sólo había tratado películas que, en cierto modo, eran bastante
famosas.
Mulholland
Drivees un filme que prácticamente todo el mundo conoce (que su director sea el
creador de Twin Peaks ayuda); Melancolía, por otra parte, es también
extramadamente famosa por su curiosa propuesta o por ese desafortunado
comentario del director en el Festival de Cannes; y Magnolia… Magnolia puede
no ser tan conocida, pero lo es… Por lo menos más que Take Shelter, una película que a lo mejor no ha llegado a tener la
popularidad que se merecía por el simple hecho de ser una película de cine
independiente o porque su proyección en salas fue muy exclusiva y poco
accesible.
● Año: 2011
● Director: Jeff Nichols
● Cast:
Michael Shannon, Jessica Chastain.
● Música: David Wingo
●
Duración:
121min.
En esta película conocemos a
Curtis (sublime Michael Shannon), un estadounidense habitante de esa profunda –
y cinematográficamente atractiva – América, que está casado con Samantha
(fantástica Jessica Chastain), con quien tuvo una hija que, desgraciadamente,
es sorda.
A pesar de la discapacidad de
su pequeña, este humilde matrimonio vive felizmente en su casa de Ohio, bajo
una paz y tranquilidad no descrita pero sí evidente. Sin embargo, Curtis
comenzará a tener extraños sueños que le sumirán en un estado de estrés
absoluto causante de una reacción en cadena con posibles efectos fatales.
Desde que vi el trailer y leí
un poco sobre la película, supe con certeza que me iba a gustar básicamente
porque la trama me parecía muy atractiva y porque el cine independiente es algo
que, normalmente, siempre alcanza mis expectativas.
Por ello, no quise descuidarme
demasiado y comportarme de forma incauta, así que me limité a comprar el DVD y
esperar pacientemente el día y momento perfecto para verla. Ese día llegó el 27
de Octubre de 2012: me encontraba, en plena tarde, solo en casa, en un estado
pro-cine exageradamente evidente y con unas ganas horribles de ver una película
con una BSO de calidad (sí, hice trampas y escuché la BSO antes de ver la
película).
Quedé maravillado.
No es que la BSO fuese
espectacular (y al mismo tiempo tan sumamente simple), ni que los actores
hiciesen un trabajo excepcional… Ni siquiera quedé maravillado por esa trama
absorbente e intrigante… No. Lo que más me gustó fue la elegancia con la que
Jeff Nichols (director y guionista) me presentó una dramática historia de amor
padre-hija-mujer en un contexto de una interesantísima enfermedad psiquiátrica.
Fue esa elegancia la
responsable de que, llegado cierto punto de la trama, se me parase el corazón…
Y, no contento con ese paro cardíaco, una angustia sobrehumana invadió mi ser;
una angustia capaz de generar tal fascinación que me vi obligado a rebobinar
para contemplar, una vez más, la situación a la que esos extraordinarios
personajes se enfrentaban.
Espectacular, señores.
Espectacular. Esta película consigue que el espectador, al igual que la pequeña
y sorda Hannah, consiga interpretar el mínimo gesto, la mínima expresión, e
incluso los signos del lenguaje para sordos.
Esta película es arte
cinematográfico.
Esta película está cargada de
mensaje.
Esta película se merece mucho
más de lo que le han dado… O, quizás, sea esa la clave de la misma: quedar como
una joya del cine conocida por pocos y demandada por muchos.
●Te
gustará si:
sabes disfrutar de ese tipo de películas que, con un ritmo muy pausado, son
capaces de mantenerte en el filo de tu butaca.
●
No te gustará si:
no te gusta el cine independiente o poco comercial.
COMENTARIO
DEL FINAL DE TAKE SHELTER.
[A
partir de aquí SPOILERS: lectura sólo recomendada para gente
que acaba de ver el filme]
Esta película nos hace creer,
desde un primer momento, que Curtis ha comenzado a tener los primeros síntomas de
una enfermedad psiquiátrica. Yo, mientras la veía, pensaba que estaba sufriendo
algún tipo de parálisis del sueño hipnagógica con sueños un tanto extraños (yo
mismo sufro de esa enfermedad; nada grave – no os preocupéis) que,
posteriormente, serían la causa de que desarrollase algún tipo de trastorno
obsesivo ante la idea de que “una
tormenta” se estaba acercando.
Y me lo creí.
Sin embargo, cuando el final
se acercaba, supe que algo más faltaba por ocurrir. Algo grande. En cierto modo
esperaba que una tormenta llegase – aunque después de la previa utilización del
refugio, dudé bastante – pero no conseguí valorar lo que estaba ocurriendo
hasta que Hannah hizo lo que hizo.
Esa señal me paró el corazón.
Sí, señores. Al final Curtis
no está loco; Curtis no ha heredado ni un ápice de la enfermedad de su madre.
Curtis es un profeta.
A lo largo de la película
Curtis había estado teniendo una serie de pesadillas relacionadas con una
tormenta de proporciones épicas que terminaría con, por lo menos, su familia.
Estos terrores se van haciendo más intensos a lo largo de la película; hasta el
extremo de que Curtis termina somatizando todo aquello que le ocurre en los
sueños.
Justo antes de que vaya a
terminar la película, Curtis acude al psiquiatra y éste le dice que debe
tomarse un tiempo de vacaciones, alejado de su refugio, que le sirva como
preparación para la terapia que le esperará después. Sin embargo, Curtis no
necesitará esa terapia, ya que, probablemente, él y su familia pierdan la vida
en la playa.
Cuando se nos muestra a un
contento Curtis con su pequeña hija jugando en la playa a hacer castillos de
arena y, de repente, su hija mira al horizonte, mis ojos se abrieron como
platos. Después, y durante unos angustiosos segundos, ver cómo Hannah intentaba
hacer el signo que hace referencia a una tormenta hizo que se me cayese el alma
a los pies.
Curtis tenía razón.
Es en ese momento en el que
enfocan a Samantha saliendo al porche de la casa: su cara lo dice todo y, con
el reflejo que vemos en el cristal de los ventanales, nuestras sospechas se
confirman.
Hay quien dice que en realidad
lo que estamos viendo es otra pesadilla de Curtis. Sin embargo, desde mi
humilde punto de vista, yo creo que esto no es así: el protagonismo en esta
escena no recae sobre Curtis, sino sobre su mujer. Vemos a través de ella los
temores de su marido confirmados; a través de ella podemos contemplar
anonadados cómo nadie tenía razón, cómo la sociedad tachó de loco a un hombre que creía
fervientemente que una apocalíptica tormenta barrería su país… Estamos viendo
cómo Curtis, sin ningún tipo de orgullo, tranquiliza a su mujer diciéndole que
deben irse. Curtis perdona a todos los que no han creído en él.
Mientras, Samantha, sufriendo
un aluvión de sensaciones que incluyen el temor, la culpa, el desengaño y la
incredulidad, queda absolutamente bloqueada ante semejante suceso y lo único
que consigue entonar es un “vale”.
Un “vale” que, para mí, cierra una película con uno de los mejores
finales que jamás he visto en el cine.
Jerry
La vi a esta pelicula y no me parece la octava maravilla. De hecho no me conmovio, ni me sorprendio para nada. Cuando digo esto es porque es bastante predecible. Basicamente trata la historia de un tipo que tiene pesadillas, al saber eso uno ya entiende que no cruzaran para el lado de lo paranormal, de hecho no lo hicieron. Me gusto el final, le dieron tantas vueltas que si, que no y terminaron dandole el final hollywoodiense. Mi calificacion es 6/10. Muy bueno tu blog.
ResponderEliminar¡Qué pena que no coincidamos en el punto de vista de la película! Pero bueno, ahí está una grandísima parte de la magia del cine - la diversidad de gustos cinematográficos.
EliminarMuchas gracias por tus palabras!